Escritos Anonimos 2.

Capítulo 6: Agua.

La sociedad pasa por una etapa de encierro, aislamiento social. 
   He escuchado por terceros que personas se buscan a sí mismas, me lo han contado directamente, he sido testigo de ello. 
   Entiendo que estar en constante  movimiento te impide dedicarte tiempo a ti mismo, que al estar con mucha gente en general te desgasta tu propia personalidad y empiezas a adquirir pequeños cristales de la personalidad de los demás, haciéndote creer que tus impulsos, tus gestos son originales pero en realidad no lo son. 
   Ciertas palabras como éstas me hicieron pensar durante las madrugadas desveladas, no me permitieron conciliar sueño alguno y mucho menos tuvieron la piedad necesaria o gramo de  misericordia por mi cansancio. Me hicieron pensar estas palabras: "Si todos se buscan, ¿Qué hago yo?, ¿Qué estoy esperando?, ¿Acaso estoy haciendo algo mal, qué personas a mi alrededor buscan estractos de si mismos y yo aún sigo contando números sin razón alguna más que para pasar el tiempo?. 
   Ya había decido durante un tiempo a tomarme mis instantes de silencio e investigación, lo intenté, juro que lo intenté. Recorrí la casa que por muchos años habite como si fuera la primera ves que mis pies tocaban el suelo de aquella propiedad. Recuerdo abrir cada puerta con mucha curiosidad, estaba muy convencida que un mínimo fragmento de mi misma se escondía por algún lado y ese mismo me ayudaría a encontrarme. Mi pensamiento fue el siguiente: "Por tantos años viviendo aquí, seguro que mi personalidad se desprendió dejando algún rastro de mi misma por éstas paredes, puestas, azulejos, recuerdos, fotos, llaves..." Se que no tiene lógica pero para ese momento de búsqueda lo tuvo.
   Pase días allando nada, en absoluto. Encontré retratos, fotos, videos, libros, frases, azulejos con tantas historias, rincones de mi niñez con tantas anécdotas y aún así... Nada. La nada misma. 
   La había dando por perdida aquella misión, supuse que al imponermelo los pedazos de lo que no conocía se habían espantado, supuse que llegarían hacia mí con el tiempo si no los presionaba. 
   Los días pasaron y me consumía la impaciencia, las personas entusiasmadas me platicaba acerca de sus hallazgos y yo aún seguía solo con saber mi nombre, confieso que ese periodo de guerra me desanimó. 
   Supuse que el tiempo quizás no era ese para descubrirme y deje que las horas pasaran. 
   Sin embargo, ¿Cuándo mi impaciencia se iba a esperar aquel día en el que me vi en el reflejo del agua tan transparente que parecía la mismísima nada?. Ese día al estar en frente de mi transparencia me di cuenta porque no me encontraba, porque los fragmentos que por semanas había investigado y buscado por obligación no llegaban a mi. No los había espantado, tampoco era el tiempo que suponía. 
   ¿Cómo puedes buscar algo que ya conoces muy bien? Así fue, me busqué y no hallé nada. En realidad siempre lo supe, aunque no me había dado cuenta. 
   Siempre supe quien era, a donde voy, a donde quiero llegar, quién me salvó de la perdición, quien dio su vida por mi, siempre, aunque no lo sabía hasta ese día que me vi en el agua, siempre supe quien era, quien soy. 
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Escrito por: La Identidad. 



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En el texto hay: sentimientos, aventuras, testimonios

Editado: 02.07.2020

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