-En ese lugar de allí, en la esquina- señaló al fondo de mi derecha y su izquierda- allí se encontraba una mujer- hizo una pausa para tomar el café que se encontraba en la mesa y yo solo podia esperar ansioso por la finalidad de su relato-una mujer muy bella, de ojos claros como la copa de un árbol contra luz, de pelo claro como hilos finos de oro, ¿Te acuerdas de ella?- negué con la cabeza sin emitir algún sonido- me lo suponía- desvia la mirada hacia el fondo en el rincón vacío- quería creer que era el único observador aquí y me lo acabas de confirmar, si fui el único que notó su aspecto nuevo en este edificio- miré la tasa medio vacía de café y mande aquel trago hacia mi boca mientras él no dejaba de decirme- fueron tan cortas las visitas que tuvo en este lugar, pensé que se quedaría aquí pero me equivoqué- después de esas palabras se me fue inevitable no hacer una mueca de desagrado y tristeza por él- te confieso, algo inexplicable llamó a mi espíritu conectarse con el suyo, en ese momento tan inesperado en un lugar tan poco común...- hizo una pausa muy intrigante para mi-... fue cuando nuestras miradas se conectaron como uno solo, entrelazando nuestras vidas hacia un futuro lejano donde los dos seríamos felices- fue muy conmovedor aquella confesión y una sonrisa se me escapó- exactamente- me afirmó- esa mueca hice yo cuando la vía por las tardes en aquel rincón leyendo tan dulce como nunca- no puse que decir o que actuar entonces solo me le quede mirando esperando a más información- pensé que sería una buena compañera o quizás lo es, no lo sé- se enredó y lo podía notar- solo me gustaría que se haya quedado aquí para pactar nuestros caminos- iba a preguntar que pasó pero de inmediato antes de pronunciar una palabra me interrumpió- hasta que la vi en aquel tren despidiéndose junto a una maleta y no supe que hacer más que quedarme inmóvil.
-Ánimo amigo- dije por fin- de seguro se volverán a cruzar si están destinados a estar juntos- me sonrío muy alegre.
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Escrito de: Dante.