Solo la existencia
en esta extraña elocuencia...
Nos hará más poetas.
Siguiendo la fragancia
de esta tormentosa elegancia.
Parecía que estaba absuelto de suerte
y más allá encontraría mi muerte.
Las flores marchitas de ese aterrador paisaje,
hacían ver que tan efímera era la vida.
Los sentimientos son inútiles contra las armas y los fusiles.
El amor se convirtió en una enfermedad
y los poetas como que estamos destinados a la extinción.
Pero en cada palabra, de cada oración
estará un pedazo de alma del qué aquí murió.