Un corazón que nunca había amado,
se encontró un día con el amor.
El corazón,
al sentir aquel sentimiento que no podía explicar,
pero que sentía que era lo correcto.
Se dejó llevar por el camino de los enamorados.
El amor le hizo ver que lo que sentía era como la primavera:
Flores, alegría y belleza.
Poco a poco se fue calentando su relación como cuando llega el verano.
Eran inseparables y se juraron que estarían juntos por siempre.
Pero el destino jugó sus cartas y ellos no salieron victoriosos.
El "Juntos por siempre"se fue desvaneciendo en el tiempo.
Como cuando caen las hojas muertas en un frío otoño.
El amor desistió de seguir una relación
que sabían que había llegado a su fin.
Pero que no querían reconocer,
así que decidió irse sin dar explicaciones.
Al ver como el amor se iba, el corazón entró en depresión.
Murió y revivió tantas veces
que ya no sabía si estaba vivo o solo era una ilusión.
Entre llantos y lamentos,
se juró así mismo jamás volver a sentir ese sentimiento.
Se volvió frío como un tempano de hielo,
se convirtió en un corazón de invierno.