Abrió sus ojos de manera abrupta y miró al frente, se encontraba desorientada, observó el tosco paisaje que la rodeaba, ella se encontraba sentada en un montón de hojas secas y estaba rodeada de árboles que le daban al paisaje un aspecto tenebroso y opaco.
Se estremeció debido a una ráfaga de aire frío que corrió, se levantó cuidadosamente, sentía temor, se sentía observada.
Miró sus pies, estaba descalza, no recordaba como había llegado allí, se sintió perdida, no recordaba nada de lo que había sucedido.
Empezó a caminar sin rumbo alguno intentando salir de ese lugar, de pronto se sintió perseguida y empezó a correr, se desesperó y lágrimas de impotencia empezaron a recorrer sus mejillas frias debido al clima. Se escuchó un estruendo, rápidamente levantó la vista y se encontró con un panorama no muy agradable, empezó a caer una lluvia torrencial.
Nuevamente empezó su carrera sin rumbo, este lugar parecía no tener final alguno, se detuvo en seco y miró el suelo, sus pies empezaron a sentir el agua que se colaba a través de la hojarasca que había allí tirada.
De un momento a otro se vió atrapada, unas manos extrañas le taparon la boca y la sostuvieron por la cintura, sintió temor.
¡moriría a manos de un extraño!
Empezó a moverse más no logró soltarse, sintió como la llevaban a otro lugar, escuchó ruidos extraños, la voz sumamente gruesa y tenebrosa de la persona que la había capturado, estaba perdida, era su fin, luchar le sería inútil; moriría allí.
Se sentó de un sólo movimiento, estaba sudando y jadeando, acababa de despertar de una pesadilla horrorosa, pero se sintió tan real como todos de sus sueños. Llena de miedo miró a su alrededor sólo para asegurarse de estar en casa y no en ese tenebroso lugar. Pasó una de sus manos por su cabello tratando de calmarse, respiró una y otra vez hasta que su cuerpo dejó de estar a la defensiva.
Se levantó de su cama, sus piernas aún temblaban por su pesadilla, fue por un vaso de agua y se relajó. Volvió a su cuarto y se sentó en la cama, le era imposible conciliar el sueño nuevamente, iba a costarle bastante olvidar esa sensación de estar vigilada.
Suspiró, sería una madrugada de insomnio muy larga. Con el recuerdo de su pesadilla aún latente en el fondo de su mente se prometió que luego se encargaría de analizarla, estaba consciente que no era como las demás personas, no. Sus sueños y pesadillas siempre trascendían la realidad.