El elemento químico tantalio, su nombre se debe a Tántalo. Según la mitología griega, Tántalo, hijo predilecto de Zeus, fue castigado con una insoportable condena por un terrible sacrilegio. Resulta que, para honrar la visita de los dioses del Olimpo, no se le ocurrió otra cosa, que matar a su hijo y servirlo estofado. Sumergido en un río con deliciosos frutos a su alcance sin poder tomar agua ni comer, murió de hambre y sed. Dicen que los químicos pasaron tanto trabajo en su afán de aislar al Tantalio que lo bautizaron de este modo.
María terminó su ponencia sobre el tantalio, y se sentó satisfecha de haber encontrado una fascinante historia de aquel elemento tan “raro” que le correspondió exponer. Miró por la ventana y quedó absorta en sus pensamientos. Ella era parecida al tantalio, pensó, su abuela María fue expulsada de su casa muy joven. El padre, alcohólico, militar retirando, la había encontrado con su mejor amiga en la cama. Así pasó a la vida de las drogas y la calle. A los dieciséis tuvo a su madre, sin saber quién era el padre. La recién nacida fue llevada a un orfanato hasta que la adoptaron a los cuatro años. Una pareja tuvo pena de una niña con aquella malformación facial. A los veintitrés, su madre, conoció a su papá, un hombre de un carácter inaguantable. Y pasaron muchos tratamientos de fertilidad para tenerla a ella; María.
Miró entonces a Sofía, su mejor amiga, y pensó que era la joven más bella del universo.
Editado: 25.04.2024