Escritos de la segunda semana de mayo del 2024

UN TESTIGO MUDO Por Arturo Martínez Molina

Las gafas de sol sobre la roca, frente a la casa de piedra, hubieran sido las únicas capaces de esclarecer el misterio que reflejaban. Aunque por desgracia eran un objeto inanimado, que no ayudaba a los investigadores a resolver las muertes a las que se enfrentaban.

LA NOCHE ANTERIOR

Los cuatro jóvenes venían dispuestos a pasar una tranquila jornada en la abandonada vivienda, mientras bebían cubatas hasta la madrugada. Eran cuatro chicos de apenas veinte años, acostumbrados a ese tipo de salidas nocturnas.

  • Hay historias muy raras sobre este lugar, se habla de una ancestral criatura que lo ronda —explicó Jose.

  • Y otras de un fantasma ligado a esta olvidada morada del pueblo. ¡Esos son historias de viejos! —opinó Miguel.

  • No asustéis a mi novia, ¡que ya bastante me ha costado de convencerla de venir aquí! —pidió Esteban al entrar con los refrescos.

  • ¿No quieres que estropeemos tu plan de acostarte con ella esta noche?

Las dejó junto al alcohol, sobre la mesa de piedra y observó a sus amigos.

  • ¡Pues sí! Y por vuestra parte, dedicaros a envenenaros con esa hierba y dejarnos en paz —advirtió al mirarlos.

  • Descuida que será lo último que nos interese de ver esta noche —sentenció Miguel indiferente.

Los tres empezaron a preparar los vasos de plástico, cuando la chica entro en la casa. Esta lo hizo medio dudando, por los rumores sobre ella.

  • ¿No había algún sitio menos tétrico en donde festejar esta noche?

  • Tranquila, Nuria. ¡Que conmigo ni pensaras en esas cosas! —dijo su novio al abrazarla.

Sus amigos sonrieron con discreción, sabían que era la treta de Esteban. Así le era más fácil el hacer el amor con ella, aunque ignoraba, que era la propia chica la que lo simulaba y no merito suyo.

 

Tras ingerir varios vasos, la muchacha se incorporó y agarro la mano de su pareja.

  • Creo que ya estoy a tono para complacerte. ¿Me acompañas? —insinuó con voz sexy.

Esteban, sin pensarlo demasiado, se incorporó y la siguió al exterior, a una pequeña construcción contigua

  • ¡Y aún se creerá nuestro amigo que ha sido todo obra suya! —comentó Jose sonriendo al quedarse solos.

  • Nuria es una pilla, sabe como calentarlo y que la satisfaga en condiciones —respondió su amigo— Pero ahora vayamos a lo nuestro, tenemos la cabaña para nosotros dos —continuó.

Apartaron la bolsa de droga que empleaban como engaño, y se enzarzaron en su particular coito amoroso.

Unos gritos les obligo a detenerse y vestirse, procedían del exterior y eran las voces de sus amigos.

  • Date prisa, igual entran antes de hora y descubren nuestro engaño —insto Jose.

Tras un tiempo prudencial, salieron a buscarlos y al no verlos, se empezaron a preocupar.

  • ¿Crees que esos gritos eran en realidad lo que parecían? —planteó Miguel.

  • Será alguna broma de ellos, estarán escondidos y aguardando asustarnos —replicó su amigo.

Lo último que llegaron a ver, fueron las gafas de sol de Esteban sobre una roca, antes de que una ola de tierra se los engullera.

DE VUELTA AL PRESENTE

La pila de huesos humanos en el suelo, intrigaba a la policía, que no sabía como explicarlo. Todo rastro de carne había desaparecido de ellos.

Ningún animal conocido de la zona, era capaz de hacer eso.

FIN

Obra bajo licencia de Safe Creative: https://www.safecreative.org/work/2405097931103-un-testigo-mudo?12



#4672 en Otros

En el texto hay: terror

Editado: 10.05.2024

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