Mi casa, mi hogar

Hace tiempo perdí mi casa, y no sé en dónde la dejé. No sé por dónde andará, ni tampoco sé quién será su nuevo inquilino. No sé si tiene paredes nuevas, o si cambió a papel tapiz; no sé si cambiaron algún mueble, o si le arreglaron las grietas. Y por más que quisiera regresar a ella, ya no me sé el camino. Ahora le crecieron muchos yuyos y mucha maleza, y se borraron las huellas de mis pasos. Y si un día se me ocurriera cortarlo todo y ponerme a buscar, me temo que tampoco podría hallarla, pues los árboles se multiplicaron y no puedo centrar ni mi norte ni mi sur. A veces me pregunto; ¿realmente la perdí, o mi casa buscaba perderme a mí? Sólo sé que un día le dije que ya volvía y de repente me desorienté, y ya no pude volver. ¿Será que estaba esperando el momento perfecto? O quizá son delirios míos, intentando buscar alguna excusa que me cure el alma en pena. Tampoco sé si me quiera de vuelta en ella. No sé si ya no le gustaba el olor a te por la tarde, o el sonido de mi risa, o escucharme cantar día y noche sin cesar. No sé qué esperaba yo con ella el resto de mi vida. No sé dónde está, no se dónde buscar. No sé si la volveré a encontrar, o si algún día volveré a tener nuevamente un hogar.