Hasta ahora recuerdo cuando, c
on la voz temblorosa y una sonrisa oprimida, me dijo “ya no te amo”.
Sentí un nudo en la garganta,
una apuñalada por la espalda,
el recorrer de la sangre fría por mis venas y el latido acelerado de mi corazón,
segundos antes de romperse en dos.
Sabía que sus labios iban a decirlo,
pero no me imaginé que doliera tanto.
No lo vi de nuevo, no supe la verdadera razón de su olvido.
Se fue con respuestas escondidas y yo quedé con la decepción de su huida.
Tiempo más tarde, me enteré que otra ya era parte de su vida.
#Escritos.