MI SUK
Las bocinas sonaron y mi última esperanza murió.
Mason no llamó ni mandó ningún mensaje.
Y tampoco apareció en los pasillos del aeropuerto.
No había ninguna razón para pensar que él llegaría a este lugar antes de que yo abordara el avión, pero mi lógica quería creerlo. No tenía idea de si ya hubiese llegado o no a aquella cafetería en la que había prometido esperarle...
Lo más seguro era que no.
Me estremecí.
¿Por qué no llegaba?
De haberlo hecho, ya me hubiese llamado al no encontrarme. Pero el celular seguía sin sonar, y eso solo indicaba una cosa: él todavía no llegaba, o... no iba a llegar jamás. ¿Era que se había arrepentido y fue cobarde para romperme el corazón? ¿Era que había fingido y nada de esto había sido real? Todas las cuestiones se arremolinaron en mi mente.
Muchas posibilidades.
La mayoría ciertas, o tal vez no.
Tal vez, existía una explicación lógica.
De todas formas, cuando subí las escalerillas del avión, no pude evitar mirar sobre mi hombro hasta el último segundo. Incluso cuando tomé asiento al lado de una ventanilla lo busqué hasta donde mi vista me permitió.
Entonces, con previo aviso, el avión despegó.
Y la ilusión de ser Leah quedó atrás.
El sueño había terminado.
* * *
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