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Capítulo 48

MARLON

Dejé la guitarra en su base.

Alcé la mirada y me encontré con Terry.

Estaba de pie en la entrada del estudio.

Poco más de un mes después del accidente, me sentía casi renovado, al menos físicamente; porque, aunque ahora estaba conectado con mi causa, mi fuego, mi camino, me faltaba un latido preciso. Era increíble lo vivo y apagado que podía sentirse un corazón al mismo tiempo; porque allí estaba, al igual que en los últimos días, encerrado como un ratón enjaulado en el estudio de producción musical de Terry. Ahora yo era su único artista, así que no tenía que compartir los horarios con nadie más. Llegaba desde temprano y no salía hasta el final del atardecer. Solo me levantaba para esto, y es que ella me consumía el aire.

El recuerdo de Leah estaba en todas partes.

—Se supone que aún no deberías trabajar tanto.

Me restregué los ojos y me levanté de la silla de piel.

Terry, enfundado en una sudadera de los Beatles, se mantenía recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho mientras me escrutaba con gran detenimiento. Sabía que estaba siendo un poco imprudente con mi propio bienestar, pero todo lo que podía ser capaz de hacer era avanzar en este único camino que me llevaría a encontrarla de nuevo: para volver a sus brazos, para hacerle saber quién era, para que... se olvidara de cualquier idea absurda que se le hubiese ocurrido para justificar mi desafortunado abandono en aquella cafetería.

—Ahora no voy a tener ninguna presentación ni compromiso de ningún tipo por tres largos meses, ya lo hablamos con la discográfica, así que... esto es lo único que me queda. —Señalé la guitarra con las cejas antes de poner los brazos en jarra—. Además, estoy trabajando en un tema en especial, ya te lo había dicho, el que será el próximo sencillo. La discográfica me dio libertad creativa, así que... voy a proponer algo diferente de lo que fue nuestro último álbum de country. Esta vez será pop en español.

Él asintió, se notaba contento.

—Has recuperado la inspiración.

—Algo así.

Lo vi entornar los ojos con suspicacia.

Yo me mantuve inescrutable.

—Marlon, ¿hasta cuando piensas decirme qué fue exactamente lo que ocurrió en ese crucero? Desde tu vuelta, has estado actuando muy extraño; es decir, te noto más animado y feliz, conectado con tu música, así que es evidente que el viaje te vino bien y eso es lo que yo mismo esperaba, incluso estás volviendo a componer, cosa que no hacías desde... hace más de dos años. Pero, no lo sé, siento que algo se me está escapando. Y tengo la impresión de que eso es la causa de todo esto.

Señaló alrededor con el índice: La sala de estar del estudio (en donde no se encontraba el equipo tecnológico), aunque estaba limpia como siempre, se había convertido en mi pequeña guarida. Lo revelaban las prendas de ropa que estaban arrugadas en un brazo del diván, las pantuflas bajo la pequeña mesa de centro, las bolsas de comida para llevar en el pequeño bote de basura...

—Bien, tú ganas.

Me dejé caer de nuevo en la silla y entrelacé las manos sobre las rodillas con la mirada clavada en el piso laminado de madera. Concentré la atención en las líneas de las vetas antes de levantar la barbilla e inspirar hondo.

Terry asintió satisfecho.

—Pues bien, te escucho.

* * *

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