Escucha mi silencio

Capitulo 2

Puedo ver como su boca esta entre abierta y el vaho sale en cortas y apresuradas inhalaciones, se ve como si hubiera corrido un maratón para llegar a mi.

 

Por unos segundos sony incapaz de moverme, solo lo observo anonadada como esperando a que haga algo más que mirarme mientras respirar agitadamente.

 

En ese segundo, sin poder contenerlo más, le grito.

 

Lo que en mi cabeza sonó como un ¨¿Que mierda haces aquí Adam?¨ puede haber sonado completamente diferente en la realidad, pero, por la forma en la que su mirada cambia a una de sorpresa, sospecho que fue capaz de comprenderme.

 

Si no me equivoco esta es la primera vez que el me escucha hablar, hablar de verdad, con la voz y no a través de una pizarra o señas, supongo que es por eso que luce tan impresionado.

 

Observo sus manos mientras las junta y me señala antes de formar ¨… saber que haces tu aquí.¨ Me cuesta un poco de trabajo comprenderlo, puesto que sus señas son mucho más fluidas y rápidas que las mías, por no decir que solo alcanzo a rescatar un poco del mensaje. El parece comprender que lo entiendo a medias y lleva ambas manos al rostro antes de pasar una por su corto cabello negro. Entonces extiende una en mi dirección, para ayudarme a levantarme y modula con los labios ¨arriba¨.

 

Estoy a punto de aceptar su mano cuando recuerdo lo que acaba de pasar, en lugar de tomarla la golpeo con furia con mi mano y me levanto del piso haciendo recuento de daños.

 

Lo veo suspirar y cuando esta a punto de modular algo más me doy media vuelta, comenzando a caminar hacía la parte del puente que no recorrí al venir.

 

No sé que es más grande en este momento; la humillación o el odio a mi misma.

 

No debí dejarle esa carta, no debí permitirme mirar hacía abajo, no debí dar por sentado que esta vez el destino estaría de mi lado.

 

¿Cuán inútil soy si ni siquiera soy capaz de matarme?

 

La molesta y conocida sensación de pesadez vuelve a instalarse en mi pecho y, a medida que siento las lágrimas de impotencia acumularse en mis ojos, aprieto el paso.

 

Esto es todo, debe ser que esta el la vida a la que estoy destinada; una larga y triste vida, llena de fracasos y soledad. Todos van a terminar por cansarse de mi. Un par de meses fueron más que suficientes para demostrarme que mis amigos no lo eran realmente, todas las personas con las que solía reír y hacer bromas de mal gusto ahora no son más que una parte difusa de mi vida antes del accidente.

 

¿Que clase de vida me espera?         

 

Ni siquiera quiero imaginar los rostros de mi padre y de Ámbar cuando Adam le notifique a mi padre de esto, porque estoy más que segura de que lo hará.

 

Mi labio inferior comienza a temblar mientras contengo todas mis piezas en su lugar.

 

Quiero gritar mil maldiciones, quiero golpear a alguien, quiero tener un nombre y un rostro al que culpar de todas mis desgracias. Quiero mi vida de antes, esa que era perfecta sin que yo lo supiera, quiero mis viejos amigos, a mi novio, quiero tener una madre a la que poder abrazar en momentos como este, en los que solo un abrazo materno es capaz de contenerte. Siento como si mi cuerpo fuera capaz de explotar por las emociones que apenas soy capaz de contener.

 

Largos y ásperos dedos se envuelven en mi muñeca, deteniendo mi paso y devolviendome a la horrible realidad.

 

¨¿A donde vas?¨ Modula Adam con sus delgados labios una vez que lo veo al rostro.Quiero responderle que se vaya al demonio, pero no logro moverme, si lo hago me romperé frente a el, quien es casi un completo extraño para mi.

 

¿A donde voy?

 

No puedo volver a casa porque se supone pasaría la noche en lo de Ámbar y no puedo ir a lo de Ámbar porque se supone que pasaría la noche en lo de Logan, quien hace no más de una hora término conmigo. Aún así, prefería pasar la noche en la calle a quedarme hablando con mi astuto profesor de lenguaje de señas, quien como siempre lograba entrometerse en mis pensamientos más oscuros sin darse cuenta de ello.

 

Intente simplemente encogerme de hombros, como si no fuera que hace menos de 5 minutos que pretendía tirarme del maldito puente, de verdad lo intente.

 

Siempre fui buena en mantener apariencias, pero en ese momento fue como si todo lo que venía cargando y ocultando durante meses me aplastara como un simple insecto.

 

Una amarga y quebrada sonrisa fue todo lo que fui capaz de ofrecerle antes de que mi máscara comenzará a caerse a pedazos.

 

La primera lágrima ni siquiera había llegado a la mitad de  mi mejilla cuando el frío de la noche fue opacado por el calor de su abrazo. Nunca había sido demasiado partidaria de los abrazos, pero en ese momento no podía pensar en nada mejor. El me apreto con fuerza entre sus brazos, a pesar de los intentos llenos de ira que hacía por librarme de el, esperó pacientemente a que mi ira se transformara en histeria y de la histeria volviese a mi recurrente estado de agonía interna en el que llevo meses.



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En el texto hay: depresion, romance, drama

Editado: 19.02.2019

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