Escucha mi silencio

Capitulo 15

En la vida siempre habrá días buenos y días malos. Hoy el día había comenzado mal, pero no tenía idea de que se pondría peor.

 

Tres meses después de haber conseguido mi nuevo trabajo había comenzado a buscar opciones de lugares donde vivir por mi cuenta, pero la verdad reside en que más allá de haber conseguido un buen trabajo que me permitiria un poco de libertad y normalidad realmente disfruto de vivir con Adam.

 

Nuestras salidas se manifestaban cada vez más seguido y compartimos tantas cosas el uno con el otro que en meses me conoce más de lo que yo me conozco a mi misma. Realmente me gustaría poder quedarme aquí, pero la culpa de detenerlo a lo que sea que le siguiera me carcomía por dentro. Pasados más de cuatro meses desde que prácticamente me le confesé tenía más que claro la negativa de sus sentimientos hacía mi y, si quiero al menos conservar nuestra amistad, lo mejor sería dejarlo avanzar sin llevarme a cuestas.

 

Para ser lunes se veía demasiado animado, es fácil de saber cuando se despierta de buen humor pues prepara el desayuno con más abundancia que regularmente y lo lleva a mi cuarto para desayunar juntos en la cama. Pero yo no estaba de tan buen humor, las flores estaban en su mejor época para ser cortadas lo que significa que sin importar cuanto me esfuerce hoy el turno sería más largo, caluroso y agotador. Hoy debía comenzar una hora antes para poder terminar el pedido a varias florerias a tiempo, así que Mildred se había ofrecido a pasar por mi, nos habíamos vuelto grandes amigas en poco tiempo.          

 

Adam había conectado una luz roja en mi habitación y la sala que se encendía cada vez que alguien tocaba el timbre, un gesto tan lindo que solo había opacado mis intentos de dejar de lado estos sentimientos.

Tras un agradable desayuno y un poco de plática matutina la luz se encendió con intensidad a pesar de faltar un par de minutos para ser la hora acordada en la que mi amiga vendría a por mi.     

 

Le pido a Adam que se encargue de abrirle la puerta mientras yo término de preparar mis cosas y apenas tengo todo listo me dirijo al living, donde para mi sorpresa no se encuentra mi amiga sino un hombre mayor de traje hablando calmadamente con mi pelinegro. La conversación se detiene en el momento en el que el aparente magnate nota mi presencia.

 

¨Buen día, Kyle Avellone¨ Se presenta con un leve apretón de manos y no estoy segura de haber captado bien su apellido.

 

¨Alexandra Quinz, un gusto.¨ respondo con simpleza, dirigiendole a Adam  una mirada dubitativa quien solo se limitó a sonreír de lado.

 

Ni siquiera tuve tiempo para poder formular alguna pregunta cuando la otra luz, esa que se encuentra encima de la puerta principal, se encendió nuevamente, dando a entender que el timbre volvió a sonar. Esta vez si se trataba de mi más reciente confidente, quien con un saludo corto dio paso para dar marcha directo al trabajo.

 

El camino fue silencioso y aburrido al igual que la mayoría de las semanas anteriores, sin embargo un sentimiento de leve angustia permaneció conmigo todo el día.

 

Las horas parecen más largas y el calor más sofocante mientras mis ansias de volver a casa incrementan por segundo. Un extraño escalofrío me recorre cuando me percato de que es la primera vez en meses que Adam no me envia un mensaje durante todo mi turno laboral, así que antes de volver al departamento me tomó unos segundos para enviarle un simple texto; ¨¿Cenamos fuera ?¨

 

Ni siquiera quiero cenar afuera realmente, pero la necesidad de saber si ocurrió algo es más fuerte que yo. Su falta de respuesta no hace nada más que sembrar una semilla de angustia en mi pecho. Algo esta mal, muy mal.

 

Mildred parece anormalmente animada y asumo que se debe a la  nueva chica a la que le pidieron que asista para la nueva ala de de germinación. No hace mucho de que me confesó que es bisexual, pero aún no se lo ha dicho a sus padres.

 

Cuando la hora de salida llego podría haber jurado que habían pasado el doble de horas de las que el reloj indicaba, pero mi trabajo estaba hecho y sabía que con todo lo que había conseguido avanzar ese día el resto de la semana sería un poco más relajada.

 

Antes de dejarme en el departamento Mildred me hace prometer salir ese fin de semana a un nuevo restaurante ¨Naturalista¨  con todos los chicos del invernadero después de la última jornada semanal, acepto a regañadientes antes de salir disparada hacía el lugar donde resido.

 

Por algún motivo pienso que al abrir la puerta me encontré con algo fuera de lugar o algo alarmante, pero no es así. Lo único fuera de lugar parece mi paranoia y la sonrisa despreocupada con la que Adam me recibe me hace sentir una tonta.

 

¨¿Como estuvo el trabajo?¨ pregunta mientras se abre paso en la cocina, probablemente para comenzar a preparar la cena.

 

¨No respondiste mi mensaje¨ Al segundo en que término de hacer la seña correspondiente me reprimo mentalmente por parecer que lo estoy acusando de algo, por lo que para suavizar mis palabras rápidamente agrego; ¨Hay un nuevo restaurante Naturalista y pensé en pasar a probar.¨



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En el texto hay: depresion, romance, drama

Editado: 19.02.2019

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