Escuela de Villanos: Los inicios

Capítulo 4: Fin del examen

El tiempo se acabó y todos tuvieron que entregar e irse a sus aulas para seguir con sus clases normales.

—Mañana se les entregarán los resultados, y se sabrá quién quedó eliminado— les informó el director.

***

—¿Cómo conseguiste las respuestas?—le preguntó Flux a Tad, arrastrando a su amigo hasta su habitación, para estar seguro de que nadie escuchara.

—Pues— le contestó este— si quieres saber...

—¡Claro! ¡Dime!

—Anoche entré a la oficina del director en modo invisible y espié entre sus papeles, hasta que las encontré y las anoté en un papelito de un talonario que tenía el viejo.

—Wow, eres genial, te debo una, no hubiera aprobado sin tu ayuda

—¡Ajá!—se escuchó entrar a Dafs— Lo escuché todo, ¡todo! ¡Y voy a contárselo al director! ¡Tramposos!

Flux y Tad se miraron asustados. ¡Eso podría descalificarlos de las pruebas!

—¡No!—le gritó Flux—¡Espera!

—No le digas—le suplicó Tad.

—Yo hago lo que quiero y punto—les contestó.— Lo que hicieron fue moralmente incorrecto, no me parece que merecen ganar las becas.

—Primero que nada, ¿qué hacías escuchando atrás de mi puerta?—le preguntó Flux—¿Eso te parece correcto?

—Sabía que tramaban algo, así que me puse a escuchar. Porque pensé que contarían todo en voz alta, como no son tan listos. Y lo grabé, ahora voy a mostrarle esto al director.

A Flux se le escapó una llamita de las manos. Esa que siempre le salía cuando se enojaba.

—Está bien—se rindió Tad, con un suspiro—ganaste, ¿qué tenemos que hacer para que no nos delates?

—Mmm— pensó el chico rubio—Creo que ya sé. ¿Ya conocen a la chica nueva? ¿Wany?

—Emm... no—le contestó Flux.

—No, no la conozco—fue la respuesta de Tad.

—Bueno, yo se las muestro. Tienen que preguntarle algo por mí.

—Está bien—le dijo Tad—¿pero prometes que no le vas a decir nada al director?

—Prometo no decirle nada, siempre y cuando averigüen lo que necesito.

—De acuerdo— le dijo Flux—¿Y qué necesitas?

—Que averigüen—continuó Dafs más calmado— si tiene novio.

Los chicos se miraron extrañados. ¿Eso era todo? Normalmente hubiera pedido algo más difícil, pero menos mal que solo era eso.

—Vengan—les pidió —Yo la busco y les digo quién es.

—Yo voy—propuso Flux. Tad ya había hecho demasiado buscando la información y ayudándolo a aprobar, él podía ir a hacerle una simple pregunta a una chica.

Wany se encontraba con Katy y Stacey, hablando sobre la escuela y todo lo que aún no le mostraban.

—¿Ya conociste a Slade?— le preguntó Katy.

—No— contestó Wany.

—Te va a caer bien, te lo presentaré.

—Controla el clima—agregó Stacey, haciendo referencia a sus poderes.

Estaban buscando a Slade cuando se encontraron con Flux. Katy le envió una mirada fría.

—No vengo a hablarte a tí— se adelantó a aclararle él antes de que Katy pudiera decir algo, e inmediatamente después se dirigió a Wany:— ¿Tienes novio?—le preguntó.

—¿Por qué preguntas?—quiso saber Wany.

—Necesito saber. ¿Sí o no?

—... No...—le respondió algo nerviosa Wany.

—Ah, OK, adiós— saludó finalmente Flux, retirándose, no quería estar mucho tiempo cerca de Katy. Dafs no le había advertido que ella estaría con Wany. Pero Katy lo siguió unos pasos, alejándose de sus amigas y lo agarró del brazo.

—¿A qué viene esa pregunta?

—A nada—le contestó él, forcejeando para soltarse.

—¿A nada?—repitió ella, incrédula—¿Y para qué querías saber?

—¡Qué te importa!—le gritó él— ¡Ahora dejame!— Y se soltó bruscamente, dirigiéndose a su habitación.

Katy volvió con sus amigas que ya habían ido a ver a Slade.

—¿Y bien?— le preguntó Dafs a Flux, emocionado, en cuanto este volvió con ellos.

—No tiene— le contestó Flux— Ahora dejanos en paz ¡y dame esa grabadora!

Dafs, muy contento, se la dio, Flux la apretó tratando de quemarla, pero el fuego no salía. A Dafs lo que hicieran con su grabadora pareció no importarle, porque se alejó alegre.

Y Tad se acercó a Flux, que ya se estaba cansando de intentar quemar la maldita grabadora.

—¿Qué te pasa amigo?—le preguntó Tad—Normalmente produces un poco de fuego ¿no?

—Sí, ya sé—le contestó este—pero es tan difícil, ni te imaginas.—resopló, arrojando la grabadora al suelo y rompiéndola de un pisotón— Y tú controlas tus poderes tan fácilmente, y yo no puedo ni con lo básico del mío.




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