A la hora de cenar, Volto buscó a su hijo en el comedor.
—¡Rain! —exclamó al verlo. Rain volteó.
—¿Papá? —Rain estaba sentado junto a Slade, West, Pranch y Lavanda, quienes también voltearon a mirarlo—. ¡Papá! —exclamó Rain, iba a pedirle que se sentara con él, pero después de saludar, Volto les dijo que él y su equipo tenían una mesa reservada para ellos.
—Rain —le susurró Laly después— ¿podrías pedirle un autógrafo? —Rain se rio.
—Pídeselo tú, se va a poner contento.
—¿Rain, por qué vino tu padre? —le preguntó Slade—. Es decir, ¿por qué tan armado y con un grupo de personas igual de armadas que él?
—Es que están preparados para una batalla.
—Ah.
—¡Wow! —interrumpió Laly—. La vida de tu padre debe ser muy interesante ¿no?
—Nah, no te creas.
***
—¡Zed! —Lo detuvo Amanda fuera del comedor, mientras todos se dirigían a sus habitaciones.
—Hola, Amanda —la saludó él—. ¿Estás mejor?
—Sí, yo no me desmayé por varios días como una debilucha.
—Bueno, me alegro que estés bien —le respondió Zed.
—Ahora que no está la metida de tu amiguita Laly puedo decirte lo que quería decirte. Escúchame bien, me encantaría que dejes a Laly de lado y que vuelvas conmigo, es todo lo que te pido.
Zed negó con la cabeza.
—¿No? —lo interrogó Amanda—. ¿Y por qué no?
—¿Por qué quieres hacer eso? —le preguntó Zed—. No me amas.
—No amo a nadie —le respondió Amanda con sinceridad—, pero contigo me sentía comprendida.
—Está bien, pero esa no es una razón suficiente para querer tenerme como pareja —le respondió él con pesar. Le dolía rechazarla y que ella se sintiera mal, pero realmente pensaba eso, jamás había sentido amor de parte de ella y ahora se daba cuenta de eso.
Toxia irrumpió en la escena.
—¡Zed! —exclamó, tomándolo del brazo—. Tengo que pedirte un favor, ven.
—¿Perdón? —intervino Amanda—. Yo estaba hablando con él. —Toxia sonrió con satisfacción.
—Zed es MI compañero, no el tuyo, no es mi culpa que el tuyo no esté con vos. —Volvió a sonreír al devolverle el comentario que Amanda le había hecho antes, cuando ella quería hablar con Twister.
Amanda se retiró enfadada, ya se encargaría de esa mocosa venenosa.
—Discúlpame, pero es que es una estúpida engreída —le dijo Toxia a Zed.
—¿Y qué favor querías pedirme? —le preguntó él algo confundido.
—Ah, nada, solo quería interrumpir tu charla con Amanda.
—Oh —Se sorprendió Zed.
—De nada —Le sonrió Toxia retirándose—, para eso están los amigos.
Todos se fueron a sus habitaciones. Volto y su equipo durmieron en algunas habitaciones sobrantes de los docentes y empleados.
***
Al día siguiente nadie hablaba de otra cosa que no fuera el baile y la 5ª prueba. Solo quedaban 14 chicos ¿de qué trataría la próxima prueba? ¿Cómo sería?
Cuando ya estaba anocheciendo, la mayoría de los chicos estaban listos para el baile. El director se encontraba algo preocupado ¿y si Killcide aparecía? Si bien él y sus asistentes ya estaban más preparados en caso de un ataque sorpresa de Killcide, no quería que Volto considerara la escuela insegura y quisiera cambiar a Rain a otra institución. De todos modos, la visita de Volto y su equipo jugaba a su favor, al menos ahora, con ellos presentes, seguro Killcide se lo pensaba dos veces antes de atacar.
Lavanda estaba en la habitación de Rain, quien se peinaba nerviosamente. West entró en la habitación, ya listo para el baile.
—¿Listo para romper corazones? —le dijo—. Oh —agregó después al notar la presencia de Lavanda—, no sabía que ella estaba... en tu cuarto. —West le guiñó un ojo con picardía a Rain.
—Vine porque tu amigo necesitaba ayuda urgente con su vestuario para el baile —se rio ella—, o eso me dijo. —West asintió mientras observaba a Rain:
—Nada mal, buena elección, me gusta esa camisa azul. Chicos, — sonrió después, cambiando de tema West, mientras abrazaba a Rain— los he notado muy nerviosos a ambos últimamente, quiero que me prometan que van a relajarse, el baile es para eso, para sacar todas las partículas de estrés que tengamos guardadas en el cuerpo —dijo, haciendo la mímica de que se sacudía pelusas de la ropa.
Lavanda se rió con ese comentario, esa risa tan contagiosa que siempre hacía sonreír a Rain, pero esta vez no.
—¡Esto es grave! —exclamó West—. ¡Oh no! ¡Tendré que llamar a emergencias! ¿Qué te tiene tan preocupado Rainy? —Rain suspiró y luego le regaló una sonrisa mostrando todos los dientes a su amigo.