Ese beso en Paris

36|| Única

WENDY

 

Inmediatamente que oí el timbre supe que sería Chase. Antes de entrar a mi apartamento oí como la extravagante chica lo llamaba "chasy" ¿en serio? ¿Chasy? ¿Qué clase de apodo es ese? Por alguna razón además de estar nerviosa estaba también enojada, por lo que ignoré la llegada de Chase y su vista clavada en mi que podía sentir y ver por el rabillo del ojo y me adentré al apartamento en busca de un vaso de agua y ropa cómoda para ponerme.


 

Dudé varios segundos antes de abrir la puerta, sabía que no debía posponer este tema de conversación mucho tiempo más, ademas, sería de muy mala persona y desagradecida ignorar a Chase y no abrirle la puerta.


 

Mi hola salió casi que con un hilo de voz y en cuanto hizo mención a mi vestimenta quise hacer un pozo en la tierra, meterme allí dentro y no salir hasta dentro de diez o quince años


 

—Bonito pijama —esbozó una media sonrisa y me analizó de arriba a abajo. Era una mirada... pícara y traviesa, no de odio y desagrado como la de Brittany hace unos minutos atrás. Intenté no ruborizarme ante su comentario pero fue en vano, en tan solo milésimas de segundos sentí mis mejillas arder


 

—Gracias... —fue lo único que mis labios pudieron responder


 

—Mi abuela me ha dicho que habías preguntado por mi


 

Vamos Wendy, este es tu momento


 

—Si... yo...


 

¡Llamando a Wendy desde la tierra! Vamos amiga, responde y dile a que has ido a su apartamento


 

>>¿Quieres pasar? —dije casi en un susurro haciéndome a un lado y permitiéndole entrar


 

Tomé asiento en uno de los sofás y él hizo lo mismo frente a mi y nos quedamos en silencio.


 

No lo digas Wendy, no lo digas que luego te arrepentirás.


 

—No quise interrumpir... por eso me he ido —Chase me miró confundido —Brittany —dije finalmente —ella...


 

—Wendy, por favor, no lo hagas —esta vez fui yo quien lo miró confundida —Tu bien sabes que no interrumpías nada —hace una pausa —y como supongo que ya sabes quien era ella... —suspira de mala gana —solo dime a que has ido a mi departamento— su tono de voz sonó brusco, pero estoy completamente segura que no era de la forma que lo quería decir —sino lo haces, comenzaré hablando yo...


 

Al notar que estaba muda y con la vista fija en mis zapatos, comenzó a hablar —Sé que no has ido a mi apartamento por simple curiosidad y para saber cómo estaba, de haber sido eso hubieses venido alguno de estos últimos tres días que no nos hemos visto. —al oír sus palabras sentí un poco de culpa, incluso vergüenza, pero preferí no excusarme, tampoco tenía motivo para hacerlo— Sabes... soy una persona que... usualmente dice lo primero que se le viene a la mente, ya sea algo estupido como algo que no lo es, y hace tres días que vengo buscando la forma de cómo decirte esto y no puedo. —coloca los codos sobre sus rodillas y entrelaza sus dedos nervioso — Eres única Wendy, en todos los sentidos, la conexión que tuvimos el otro día fue... fue maravillosa, jamás he sentido nada igual con nadie, es como si... nos hubiésemos conocido en otra vida y ahora nos estamos reencontrando. —estoy atónita, me esperaba cualquier cosa menos esto. Sé que ahora quien debe hablar soy yo, es mi turno de expresar lo que siento pero una vez más las palabras no salen. Como hago siempre con las personas intento no hacer contacto visual,  por lo que me centro en su boca, en el movimiento de sus labios, pero no sé hasta que punto eso es una buena idea, en este momento, mirar sus labios no es exactamente lo que debería hacer.


 

Puede llevarme a hacer algo que, quizás luego me arrepienta, o quizás no, y allí es donde está el problema.


 

Chase nota que llevo mi vista de sus labios a mis manos, y de mis manos a sus labios reiteradas veces, así por varios segundos, por lo que continúa hablando


 

>>Una parte de mi me dice que debo hacer silencio, que debo callarme esto que estoy sintiendo, pero otra parte de mi me dice que debo seguir adelante, sin miedo y decidido a aceptar cualquier respuesta de tu parte. —coloca ambas manos sobre el sofá, toma impulso y se queda parado frente a mi. Yo aún estoy con la vista fija en mis manos, intentando buscar las palabras, intentando poder reaccionar. Puedo sentir sus zapatos repiqueteando sobre el suelo, "aquí se ha terminado la chala, volverá a su apartamento y me dejará sola" pensé yo, pero de repente, el sofá a mi lado se hunde, rápidamente, sin pensarlo dos veces giro mi cabeza y me encuentro con los ojos más hermosos que he visto en mi vida.


 

Chase no se ha ido, esta sentando a mi lado, a escasos centímetros, tanto que puedo sentir el olor a su perfume, puedo notar pequeñas gotas cayendo por su nuca de su cabello que, hasta ahora no había notado que estaba mojado.

Así como tampoco había notado que estaba aguantando la respiración y todos los músculos de mi cuerpo estaban tensados. Hasta que siento su mano sobre mi rodilla desnuda.


 

—No me iré...—comenzó a decir con la vista puesta en mis ojos —pero si eso es lo que quieres...


 

—No. —dije sin pensarlo dos veces. Hacía ya bastante rato que solo se oía la gruesa voz de Chase en el silencio de la sala, era hora de que por fin me atreviera a hablar— Quiero decir... yo... quiero que te quedes. Necesito que te quedes... —coloqué mi mano sobre la suya que aún permanecía en mi rodilla y noté como esbozaba una pequeña y tímida sonrisa. —No se que es lo que está sucediendo, o mejor dicho me está sucediendo con respecto a... esto— no es necesario que nos señale, él sabe perfectamente de que estoy hablando —pero... me gusta, y... también me asusta. —su rostro pasó de estar emocionado por cómo había comenzado mi repuesta, pero ahora me observaba con preocupación y decepción —hace ya mucho tiempo que no siento nada por nadie, y de repente, todo eso que no sentí en años lo estoy siendo ahora, y eso, es lo que me causa miedo, volver a sentir y que me suceda otra vez lo mismo —mi voz comenzó a quebrarse—desde el primer momento en que te vi, supe que tú no eras así, pero... aún se me hace difícil confiar en las personas, tal y como ya lo has notado —intenté esbozar una media sonrisa pero en su lugar una lágrima se deslizó por mi mejilla.




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