Espada de Hierro

Ceniza

VIOLET

 

 

El golpe en la sien izquierda, fue tan fuerte, que por un momento creyó ver puntos negros. Sintió que algo liquido le bajaba de por la mejilla, se llevó los dedos y noto que era sangre. 

El hombre mayor con una barba larga, le alzo el mentón con los dedos torcidos y callosos, luego su mano impacto contra su rostro, dándole una fuerte bofetada, que le partió el labio inferior, violet le enseño los dientes, con todo el odio que pudo. 

—pero mira lo que tenemos aquí, eres una putilla, ladronzuela mugrosa—hablo él capitán, mientras sus dos hombres se acercaban con miradas maliciosas, sin parar de reírse. 

Una bomba cayó desde el techo de una de las casa, violet sonrió de medio lado, se puso de pie, aunque sus piernas se tambalearon, se resbalo un poco, pero luego empezó a correr, era Lambert, la estaba ayudando. Los hombres maldijeron detrás de ella, pero no pasaría mucho hasta que empezaran a buscarla. 

Lamber bajo del techo y se reunió con ella, pasando el brazo por la espalda de violet, para que se apoyara en él. Su pecho se movía de arriba abajo, agitado. 

—me alegro de que estés bien— dijo violet, con un suspiro. 

—yo igual, lo siento, sé que no explotaron como debía—lo dijo con sinceridad, apenado, mientras le observaba el rostro. 

Más hombres se unieron a su búsqueda, algunos iban a caballo, gritando a los lejos, el miedo en el pacho de violet, se fue agrandando cada vez más. Sabía lo que debía hacer. 

—escucha, quiero que le lleves esto a Aslak—empezó a entregarle la bolsa. 

—pero..—iba a protestar, pero ella lo hizo callar con una mirada feroz. 

—ellos, no te han visto, y me quieren solo a mí, además si nos atrapan a los dos, nada de esto hubiera valido la pena, has lo que tengas que hacer y nunca mires atrás—hablo entre jadeos, en los ojos de él, pasaron muchas emociones contradictorias, pero al final, suspiro y asintió. Se llevó la mano de violet al corazón que bombeaba frenéticamente, un calor la invadió, pero no podía pensar bien en este momento. 

—has lo que tengas que hacer, y nunca mires atrás—repitió las palabras. Cogió la bolsa en sus manos y salió a correr. Lo perdió de vista poco después. 

Empezó a correr, tan rápido como pudo, el dolor en su cabeza se volvía más doloroso a cada paso, un mareo la invadió, debía de tener una contusión, su cuerpo lo sentía débil, y no podía soportar dar un paso más, pensando que en cualquier momento, iba a caer sobre el asfalto y no despertar, algunas personas la veían, pero solo se hacían aun lado sin intentar ayudar, o hacían cara de repugnancia, como si fuera una enfermedad. 

Sin darse cuenta entro en un callejón sin salida, había un contenedor de basura, así que se subió en el, para llegar al techo, le costó todo su esfuerzo poder subir, solo le faltaban las piernas, cuando una mano la agarró del tobillo con fuerza, ella maldijo, y trato de que la soltara, miro hacia abajo y era uno de los hombres del capitán, con su otro pie, le pego con la suela en el ojo, él sujeto soltó un bramido. Pero la sujeto con más fuerza, y la arrojó al suelo, sonó el impacto de un golpe en el suelo, sollozo al recibir el golpe, pensó que todos sus huesos se habían roto, como si una cuchilla se hubiera clavado dentro de sus pulmones, en ese momento solo quería ir a casa, no el basurero donde vivía, si no con sus padres, se preguntó si alguna vez la amaron, una parte esperanzada de ella no perdía la fe de que tal vez si la hubieran querido, pero sabía que no era real, porque si la hubieran amado, no la abrían abandonado, como si solo fuera una carga de la cual hay que deshacerse. 

Los dos mismos hombres de antes, la pusieron de rodillas de manera brusca, ella empezó a hiperventilar, no tenía escapatoria, su cuerpo empezó a temblar, sabía lo que le pasaba a los ladrones cuando los atrapaban. El capitán sonrió con suficiencia, luego le cogió la mano derecha, violet se estremeció y trato de alejarla, pero él hombre se la apretó más fuerte, de la muñeca, enterrándole las uñas en la piel. Él le observo la mano, delgada y bonita, si no fuera por la mugre, tendría las manos de una artista, él no borro esa horrible sonrisa de la cara, en ningún momento. 

—es hora de que aprendas, a no robar al hombre equivocado, o de lo contrario te arrepentirás—dijo, soltando saliva entre los dientes, miro encima de ella a los dos hombres y asintió con la cabeza—sujétenla bien— 

Ella se quedó petrificada, en un intento desesperado, empezó a moverse para libarse, pero los dos hombres la sujetaron de ambos hombros a cada lado, obligándola a arrodillarse. Violet no dejo de forcejear. El capitán saco una botella de vidrio oculta en su abrigo, con un líquido ámbar, más oscuro que la sidra, era alcohol puro. Lo destapo, y lo roció en las manos de violet, ella supo enseguida lo que se proponía, así que dejo su orgullo aun lado, grandes lagrimones le bajaron de por las mejillas. Y hizo lo que más odiaba hacer en la vida, suplicar. 

—por favor señor, lo siento, tengo a mi hermano enfermo, no tuve otra opción—suplico con la voz quebrada. El fingió pensarlo. 

—no me interesa las razones por lo que hiciste, simplemente robaste al motín equivocado, deberías agradecerme que no tome medidas más drásticas, como cortártelas—dijo furioso, encendió un cigarrillo y se lo llevo a los labios, inhalo y expulso una nube de humo. 

—por favor!!—rogo una vez más, cuanto odiaba esas palabras, llorando más fuerte. Él le dio una sonrisa de medio lado y arrojo la cerilla a sus manos, a las que se prendieron en fuego, violet grito, hasta que se siento sin voz, el fuego era agonizante, empezó a extenderse de los dedos hasta las muñecas, la piel se le quemaba a carne viva, mientras las gotas de sangre caían al suelo, la carne roja quedo a la vista dejando horrorosas vejigas. Solo quería que terminara, sentía que se le iba el alma a los pies, nadie la ayudaría, pensó que iba a morir, cuando los hombres le colocaron un trapo en las manos, deteniendo el fuego, y deprendiendo trocitos de carne, violet sollozo. No veía con claridad, entro en chok, sin moverse. "Aslak" pensó, ero lo único que se le venía a la mente. "cuanto lo siento". En medio del torbellino de su mente, escucho a alguien decir. 




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