Espada de Hierro

Revelaciòn

VIOLET

 

 

Aún faltaban horas para el amanecer, cuando se despertó de repente con una opresión en el pecho, como si algo malo hubiera sucedido, se llevó la mano al lado izquierdo, sintiendo los latidos de su corazón. Vestida solo con su bata de dormir, parándose de la cama, se colocó unas pantuflas, y salió a buscar algo de aire fresco, cerró la puerta de su habitación. Caminar por los pasillos de manera silenciosa no le fue difícil, ya que solía hacerlo con frecuencia. 

Entro por la puerta trasera hasta los establos, donde los caballos relinchaban, algunos otros estaban dormidos, uno la miro con los ojos abiertos, con una mirada inteligente, Violet se acercó a donde estaba la hermosa yegua pura sangre, era completamente blanca, el animal acerco la hocico para olerla, Violet acerco la mano y luego la Yegua se la lamio. Eso solo provoco una sonrisita por parte de Violet. 

—creo que tú y yo vamos a ser muy buenas amigas—dijo en susurro, se acercó un poco más, sobándole detrás de las orejas. Violet abrió la puerta y luego se acurruco junto al caballo, sobre el heno. Más tarde le preguntaría a Stromy si ya habría recibido alguna información, ya serian tres días, una parte de ella sentía nerviosa pero esperanzada. Estaba tan cómoda, que no sintió sus parpados cerrarse. 

Violet abrió los ojos, desconcertada miro hacia a todos lados, pero luego recordó que durante la noche, había ido hasta los establos, al parecer se había quedado dormida, se puso de pie en un salto, se despidió de la yegua, cerrándole la puerta, luego salió corriendo, no le importaba estar en pijama, no tenía tiempo para ducharse. Llego hasta la oficina, para preguntar una vez más. Con un fuerte suspiro, decidió tocar la puerta antes de entrar. 

—adelante—escucho la voz de Madan Stromy desde el otro lado, pero esta vez estaba junto a la ventana dándole la espalda, el sol le reflejaba en su bello perfil, algo le dio un mal presentimiento a Violet en ese momento. 

—¿algo no anda bien?— pregunto, Madan Stromy se dio la vuelta, y la miro con esos ojos únicos, el del lado izquierdo, con un arcoíris parecía aún más vibrante y asintió, el corazón de Violet latió más fuerte. 

—no sé cómo decirte esto, pero creo que es mejor que sepas la verdad que la mentira, hoy me llego un paquete, junto con una carta de mis hombres, yo....de verdad lo siento mucho—dijo Madan Stromy con voz compasiva, lo que sorprendió a Violet. 

Violet se acercó a la mesa, a paso lento, hasta donde estaba el abrigo marrón rasgado y lleno de sangre, que antes había pertenecido a Aslak, ella lo cogió con las manos temblorosas, un sollozo salió de su garganta sin poder evitarlo, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas, sentía el pecho oprimido. 

—¿qué paso con los demás?— balbuceo, abrazando la prenda contra su pecho. 

—me temo que sus cuerpos tampoco fueron encontrados, se cree que también están muertos— 

Violet empezó a temblar, sin importarle que Madan Stromy la viera, su cuerpo sufría incontrolables sacudidas, era como si su corazón estuviera desgarrado, y no pudiera respirar, como si se asfixiara con cada segundo, no se dio de cuenta mucho después de que unos brazos la habían rodeado en un abrazo, meciéndola, Violet por un momento se permitió ser vulnerable y rodeo a Madan Stromy por la cintura, manchando su pecho de lágrimas. 

—todo va a estar bien—repitió ella varias veces. 

No noto cuando la llevaron a su Pieza, ni cuando Mayte entro a la habitación con comida tratando inútilmente de animarla, no quería salir de la cama, era como si el tiempo se hubiera detenido. Pero no podía creerlo, no habían encontrado el cuerpo de su hermano, tal vez no estaba muerto. aun no podía aceptarlo, tenía que verlo por ella misma, no iba a rendirse. 

**** 

Los días pasaron rápidamente hasta convertirse en meses dejando a tras el invierno dando a paso a la primavera, pero la herida aun no sanaba completamente. Empezó a recibir clases de baile, y al principio se le daba fatal, no sabía cómo mover la cadera correctamente, ninguna de las niñas intento hablarle, solo seguía escuchando los susurros ofensivos por parte de Elissabat y su grupo de amigas. Cada tarde después de acompañar a Mayte en la cocina, buscaba a Madan Stromy quien después de haberla consolado, volvió a ser del todo seria. 

Cuando los demás estaban durmiendo, Madan Stromy de manera muy paciente, empezó a enseñarle a leer, aun que le costó bastante trabajo aprender cada letra y conformar oraciones. También le enseño como provocar un golpe en las partes más débiles de un cuerpo para infringir más dolor, o los movimientos más oportunos, haciendo ejercicios para volverse más resistente. 

Entro al salón, donde dos amplias mesas de madera se extendía, con sillas a cada lado, los sencillos floreros, con claveles, la comida estaba servida, todas las niñas estaban sentadas, violet se encontró con la mirada de Elissabat, llevaba el cabello recogido en una elaborada trenza, con un vestido llamativo, esta última le dio una mala mirada, mientras reanudaba la conversación con sus amigas, como si no la hubiera visto. Violet busco un lugar libre donde sentarse, pero se dio dé cuenta de que todos estaban ocupados, miro ambas mesas, cuando noto que una de las amigas de Elissabat, Henna de cabello castaño, con ojos oscuros, tenía dos platos en su mesa, violet supuso que uno era el de ella, y aunque no debía, le dio tanta rabia, estaba cansada de los abusos y las burlas, y ya no iba a permitir que siguieran jugando con ella, se acercó echa una furia. La cara que debía tener violet debió de asustar a Henna, quien abrió mucho los ojos. 

—por qué cogiste mi plato, acaso no sabes contar— a Henna se le puso la cara roja. Elissabat frunció la boca y enseguida intervino. 




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