Esperaré Para Amarte

Capítulo 15 - Lina

"𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂 
𝒚 𝒏𝒐 𝒕𝒆𝒏í𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒔𝒐
𝑪𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅í 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒅𝒆𝒅𝒐
𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒕𝒂𝒑𝒂 𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍."

𝑨𝒏𝒅𝒓é𝒔 𝑪𝒆𝒑𝒆𝒅𝒂 & 𝑴𝒐𝒓𝒂𝒕.

 

Las pocas horas que llevaba en la biblioteca, a diferencia de los días anteriores, se estaban haciendo pesadas. Mi cabeza estaba en cualquier sitio menos allí.

Llevaba toda la mañana deseando estar en aquella cama nuevamente, rodeada de aquel par de brazos fuertes y protectores. No lo iba a seguir negando, podía aparentar lo contrario para el resto, pero tenía bien claro que Gael me provocaba cosas que nunca había sentido. De igual manera, sabía que permitir que pase algo entre nosotros era un error. O al menos  me quería convencer de eso.

-    Gael nunca aceptaría que yo… - Dejé la frase en el aire sintiéndome una tonta por estar hablando sola.

Espabilé esos pensamientos molesta. No quería darle vueltas a eso. 
Miré una vez más el reloj y aunque faltaban diez minutos para las doce decidí salir y cerrar.

Habíamos quedado con Julia para comer. Quería llegar con tiempo e ir pidiendo. Conocía sus gustos a la perfección y aquel sitio de pizzas era uno de mis favoritos desde que había llegado a Madrid hacía ya un mes.

Un mes que parecían meses, al final, cuando pensaba en este viaje como una aventura no me equivocaba. Lo estaba siendo en todo su esplendor. 
Llegué al sitio y busqué una mesa libre en el exterior, el tiempo estaba siendo agradable los últimos días. El sol ya comenzaba a calentar más y eso solo daba indicio de que el verano estaba a la vuelta de la esquina. 
Tomé asiento en una de las sillas metalizadas y una vez el camarero se presentó y le hice saber los gustos elegidos y lo que beberíamos, éste anotó la orden y se retiró amablemente.

-    Lina Catalina, ¿llego tarde? – sentí la voz de mi amiga y levanté la mirada del móvil, dejándolo a un lado y poniéndome de pie para saludarla como siempre hacíamos.

-    Siempre llegas tarde pero hoy debo aclarar que yo salí más temprano. Necesitaba respirar aire puro. – sonrío ante mi propia burla y vuelvo a tomar asiento.

-    Ay ay…¿por qué siento que a tí te está faltando algo más que aire puro? – Fruncí mi ceño sin entender a qué se refería pero no dije nada ya que el camarero apareció con nuestra orden interrumpiendo nuestra charla.

Las dos agradecimos al empleado del lugar y empezamos a entrarle a la pizza como si no hubiera mañana. La locura de la noche anterior había hecho que me olvidara hasta del café mañanero. Así que llegado el mediodía, mi estómago comenzó a hacerme notar la falta de atención que tuve con él durante tantas horas.

-    Joder, está buenísima. – afirmó Julia con disfrute, su boca llena y la porción de pizza a medio comer entre sus manos.

-    Creo que es hasta ahora la mejor pizza que he probado. – vuelvo a confirmar pero esta vez en voz alta.

Así nos la pasamos por un rato,. haciendo comentarios del lugar, la comida, nuestra mañana… pero poco a poco la charla fue desviándose hacia otros temas de conversación. Parecía mentira que a pesar de vivir juntas, se sentía como si no compartiéramos un momento entre amigas desde hacía mil años.

-    ¿Y qué tal con mi primo? – Tosí cuando soltó aquella pregunta como si nada y me vi obligada a beber un trago largo de mi limonada.- ¿Estás bien? – asentí aún algo atragantada y luego de unos segundos contesté.

-    Perdona, me entusiasmé demasiado con la pizza – Dije a modo de excusa- Con Gael bien, hay momentos en los que siento que podemos llegar a ser buenos amigos. Tú sabes…me hace reír y lo he pasado genial. Por otro lado siento como si no terminara de conocerle bien. -me encogí de hombros quitando importancia.

Y entonces Julia comenzó a hablar de él como si de alguna manera intentara justificar lo que yo decía anteriormente. Me contó de sus padres y esa presión que él sentía para dedicarse profesionalmente al fútbol. De lo exigente que siempre había sido desde pequeño consigo mismo. Y según Julia, Gael no era feliz del todo, no al menos como a todos nos gustaría serlo. Él buscaba complacer a otros en primer lugar, más que a sí mismo más que preocuparse por realizar sus propios sueños.

La escuché atenta, asintiendo y ya sin apetito alguno.  No podía entender cómo alguien que se veía tan sonriente y amigable siempre pudiera estar librando tantas presiones en su interior, yendo en contra de sus propias metas para priorizar las de otros.

El corazón se me estrujó de solo pensar en lo que debíae significar para él aquel problema en su pierna. Teniendo en cuenta que lo único que buscaba era complacer a su padre. No lo juzgo, muchas veces me he visto en ese lugar. Pero la sola idea de haber tenido que estudiar abogacía por papá, me ponía de los nervios.

-    ¿Y tu tío nunca se dio cuenta? ¿Nunca le preguntó qué quería él? – no quería indagar demasiado o Julia notaría enseguida el doble interés que me daba el tema en cuestión, pero no podía evitar intentar entender un poquito la postura de un padre que focaliza sus sueños frustrados en un hijo. No podía entenderlo, no.

-    Parece que no. Y Gael es un tío demasiado bueno, Lina. De esos que ponen primero a los suyos y luego allá por último se acuerdan de sí mismos.

Asentí sin decir más al respecto. Terminamos de comer, pagamos la cuenta y nos despedimos. Julia tenía que hacer algunos recados y yo debía volver al trabajo, a pesar de no querer hacerlo. Al final regresaba más confundida que antes. De repente saber todo aquello de Gael me generaba ganas de todo, menos de pasar de él. Enhorabuena, Lina (como dirían aquí) oficialmente estás perdida. Miré al cielo mientras caminaba hacia la biblioteca.

-    Solo dame una señal, Diosito querido. – suspiré frustrada y apuré el paso para no llegar tarde al turno de la tarde.

***

Me miré una vez más en el espejo y suspiré dudosa. Es cierto que nunca jamás en la vida me vestía demasiado formal. Es cierto que no me gustaban mucho las discotecas. Pero sí me gustaba bailar. Así que durante el almuerzo de más temprano, habíamos decidido salir de fiesta aquel día. 
Mi amiga terminaba su turno y yo me preparaba en  la habitación de descanso que tenían en el local para los empleados del lugar. 
Se suponía que aquel miércoles era su día de descanso, pero por cubrir a una compañera que a último momento tuvo problemas familiares, había tenido que trabajar igual.



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En el texto hay: distancia, amor, amistad

Editado: 27.04.2024

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