Espía Adolescente

Capítulo 10

Pateando traseros sucios

 

Soy diferente de todos los demás porque todos los demás no soy yo. 

-Julián Aguilar

 

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Alex Piterson

Una gota.

Dos gotas.

Tres gotas.

¡Mierda! Mamá debe tapar esas goteras... ¡Espera! Yo no tengo goteras en mi casa. De hecho, yo misma me encargué de taparlas todas y cada una, porque, honestamente me tenían la vida hecha mierda. Inmediatamente abro mis ojos, y la cruda realidad me golpea como un balde de agua fría en el rostro. «la misión, el desvío, Nick... y los putos mafiosos»

Me encuentro en un cuarto feo y asqueroso, lleno de tubos oxidados y una gotera que me tiene hasta la puta madre. Estoy atada a una silla de madera mal hecha de punta a punta. Incluso siento que una astilla de mierda está pegada a mi culo.

Genial.

—Dua... ¿Dónde estoy? —pregunto algo confusa.

—Estás en un pequeño almacén, debajo la piscina de un yate lleno de sicarios que trabajan para un mafioso Albanés.

¡Santa mierda!

—¡Por las hermosas Nikes de Moisés! —exclamo— ¿Cuánto tiempo estuve inconsistente?

Catorce horas. —responde la perra descarada.

—¿Catorce horas?—cuestiono perpleja— ¿Por qué coño no me levantaste? Por lo visto no eres muy eficaz, querida.

—Lo siento, no tiene acceso a esa modalidad.

Putos niveles de mierda.

Puto Nick.

Puta agencia. 

Si me muero aquí por no tener acceso a una puta modalidad espía, voy a jalarle las patas al pendejo de Nick por el resto de su vida.

—¡Oh, vamos! Púdrete, Dua. —ruedo los ojos— ¿La chica aún tiene el anillo?

—Afirmativo, Alex Piterson. Según su ubicación, el anillo se encuentra aproximadamente a tres pisos sobre ti.

¿Y esto es qué? ¿Titanic? ¡Jacksálvame! Hagámoslo en la piscina.

Ok, no.

—¿Cuántas personas hay aquí, Dua la sabelotodo para nada eficaz?

—Aproximadamente hay siete hombres a bordo, todos armados. Te sugiero que empieces por desatarte o romper la silla, y buscar algún objeto de defensa para iniciar con la matanza.

Oh la la, matanza. Eso me gusta.

—Me enorgulleces, Dua, Me enorgulleces mucho.

Pongo toda mi atención en las circunstancias, y en la silla a la que estoy atada. Intento desatarme, pero es inútil. «putas películas. Lo hacen ver todo tan fácil» Entonces, recordé lo que Mark me enseñó la semana pasada en el entrenamiento de supervivencia. Se supone que debo tratar de levantarme o impulsarme hacia adelante y luego guiar todo mi peso hacia atrás, y romper la silla.

Tres... Dos... Uno... ¡Culo al piso, sóbate que duele!

Creo que esto era más fácil en las películas, y dolía menos en el trasero de Mark. Bueno, él tiene glúteos de acero y cuerpo de modelo... ¡Alex! ¡Concentración, perra, concentración! Deja de pensar en el culo de Mark.

Me levanto, pero no es como pensé que sería; al estilo 'Machete a todo terreno' Al contrario, sigo atada, bueno, enredada. Si ven que en las películas todo es color de rosas, no les crean, es color mierda en la vida real.

Me levanto e intento soltar las sogas de mis hombros y torso, pero, cuando estoy a punto de terminar de desenredarme y cantar victoria, escucho pasos acercarse a mí.

¡Coño!

¡Es mi primera misión, pendejos!

¡Consideración, malnacidos. No soy una veterana!

Los pasos se unían con los fuertes latidos de mi corazón, en un momento pensé que no viviría para contarlo. Estaba inmóvil, no sabía qué hacer.

Los pasos se convirtieron en una sombra y la sombra en un hombre tenebroso vestido de negro, con una cicatriz que traspasaba la mitad de su rostro. Un brillo malicioso destelló en su único ojo bueno al verme, es como si su rostro sólo reflejara "muerte sin piedad" ¡Oh, esperen! Y más muerte. Se veía decidido, decidido a acabar conmigo; la pendeja, no veterana y virgen Alex Piterson. 

Es en este momento es donde mi estupidez actúa sin pensar.

—¡Wichi lukis michis trikis! —le grito lo primero que viene a mi mente.

¿Qué significa eso? Sabrá Dios. Lo acabo de inventar.

El matón parece confundido.

—Çfarë dreqin do të thotë kjo? —responde este, dejándome más confundida que con mis propias palabras en idioma Mizifú.

¿Qué carajos acaba de decir este loco?

¡A la verguis!

Antes de que él pueda decir otra cosa en su idioma Umpa Lumpa, levanto mi pierna e intento darle una patada ninja, pero todo termina siendo lo contrario. El matón toma mi pierna con una sola mano y utiliza una de sus rodillas para golpear la parte trasera de mi pierna, haciéndome caer al suelo. El hombre se acerca a mi en lentos pasos, como si yo no le preocupara y el fuera el puto amo. Así que tomo lo primero que veo para defender mi flaco trasero. «Botellas de plástico». Estaban en todo el lugar, así que debía sacarle provecho. ¿No era así la frase? Si la vida te da botellas... Lánzaselas al puto albano.

Lanzo cada una de ellas a su cara, pero él no reacciona. ¿Y este quién se cree? ¿Terminator?

Entonces pasó lo que temía que pasara. Se me acabaron las putas botellas. ¡Coño! ¡Mierda de la mierda mundial!

Sinceramente ya me había dado por muerta, o lo habría hecho, sino fuera por el recuerdo de la voz de los chicos en mi cabeza.

«¡Coño, Alex! ¿Qué carajos tienes con las pelotas? »



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En el texto hay: accion, badboy, novela juvenil amor

Editado: 05.04.2021

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