5 años antes ....
– Abel por favor no lo hagas, tengo un mal presentimiento, siento que algo va ha pasar
– No te preocupes, no creo que sea tan difícil, no es la primera vez que manejo una moto – dijo él –son dos vueltas completas a la pista, el primero que llegue a la meta gana
– Pero... – intenté replicar pero me detuvo con un beso
–¿Acaso no confías en mí?
–Claro que confío en ti, es solo que esto es diferente a manejar la moto de tu papá, es una carrera, y tengo el presentimiento que algo va a pasar
– Puedes tranquilizarte, no pasará nada
No dije más nada, era tan cabezota que cuando se aferraba a algo era casi imposible hacerlo cambiar de opinión.
Habíamos venido hasta aquí porque Alexander, el mejor amigo de Abel nos había invitado. Este era el evento del año, todos hablaban de esta carrera y a Abel se le ocurrió la brillante idea de participar.
Me despedí de él y salí de su lado. Estaba nerviosa (si a Abel le pasa algo, no podré soportarlo) pensé, por alguna razón estás cosas me ponían mal, no me gustaban las motos, mi hermano Adel, había muerto en una carrera de esas cuando yo era pequeña, no lo recordaba muy bien, pero para mis padres ese fue un golpe muy duro, y ver que el chico del que estaba enamorada iba a competir en una me hacía recordar todas las veces que mis padres me decían que no querían verme cerca de ninguna, si se enteran que estuve aquí, me matan.
Estábamos en el puerto, era medianoche. En la zona donde estábamos es donde se realiza el contrabando de mercancías, por dios, este lugar me da escalofríos, había un gran mural con fotos de todos los fallecidos en estas carreras, no sé cómo pude querer que vinieramos aquí. La carretera estaba un poco húmeda porque había llovido y mientras más observaba el panorama, más nerviosa me ponía.
– ¡Corredores en sus posiciones! – grito una chica y los corredores arrancaron los motores y junto con ellos mi corazón comenzó a latir como un loco desquiciado en mi pecho
– ¡Listos! – aceleraron en el lugar, sentía una gran angustia en mi interior. Intenté relanjandome, diciéndome a mí misma que todo estaría bien, que pronto acabaría
– ¡Fuera! – y en ese instante todos salieron como almas que que se las lleva el diablo.
Comenzaron a correr. Unos aceleraban más que otros, otros se golpeaban con las motos haciendo que chocaran. ¡ Dios ! Ver esto no ayudaba para nada. Pero algo sucedió.
Justo al comienzo de la segunda vuelta, a mitad de camino, mi corazón se detuvo, mis ojos no podían creer lo que veían, lágrimas comenzaron a salir de ellos y sentía como si mi pecho sangrara. Mi presentimiento se había vuelto realidad ....
–¡ABEL!
Su moto se había salido de la carretera, chocando con uno de los almacenes que contenían combustibles para los barcos, ocasionando así una gran explosión.
Corrí hasta estar delante de todo ese fuego, quería correr para sacarlo de ahí, pero sentí como unos brazos impedían que me moviece. Alexander me sujetaba, evitando que cometiera una gran locura. No paraba de gritar, quería que alguien me despertara y me dijera que todo había sido una pesadilla, pero no fue así, no lo era, estaba ocurriendo de verdad, él había chocado de verdad, había muerto frente a mí y no pude hacer nada para evitarlo.