Espinas en el alma

Capítulo#3

Llevamos media hora en las mismas, él firmando papeles y yo sentada en la silla frente a su escritorio mirando todos sus movimientos.


– Papá – le llamo y él deja de escribir para mirarme por primera vez desde que entramos. Él no dice nada y vuelve a lo suyo. 
Un segundo después, deja la pluma sobre la mesa y los papeles los hecha a un lado para luego mirarme y comenzar hablar


– Estoy muy decepcionado de ti, Aitana – me dijo con tristeza en sus palabras – Tienes idea de todo el lío que has formado – yo no digo nada


1- Te vas a una carrera de motos en el lugar más peligroso de la ciudad a pesar de todas las veces que tu madre y yo te hemos dicho que no queríamos que pasaras ni cerca de una


2-Nos desobedeciste y no te importó nuestro dolor, el de haber perdido a tu hermano y el miedo de que te hubiesemos perdido a ti también


3- Después, dejas que Abel se suba a ese cacharro y participe en esa absurda competencia.. – lo interrumpo


– ¡Pero yo no lo obligué! – me estaba molestando toda esta situación, a caso nadie creía en mi –Le dije que no participara, que no era buena idea, pero como de costumbre no me hizo caso - mi padre no me interrumpe y yo tomo la palabra otra vez


– Crees que ustedes son los únicos que sufren. Me he estado sintiendo culpable todo este tiempo, siento que no hice lo suficiente por evitar todo esto, pero aún así, ustedes me hacen sentir peor, recargando todo su dolor en mi, haciéndome ver como la única culpable, cuando en realidad ¡no lo soy! No tengo culpa de que la carretera estuviese mojada, no tengo culapa de que la moto resbalara y de que chocara ¡No es mi culpa! 


– Pues eso no es lo que Emily nos contó. Ella dice que tú fuiste la promotora de todo y que Abel solo te hizo caso a ti, que todo fue por tu culpa, que tú deseabas dejarlo y que no sabías cómo, que fue por eso que lo incitaste a que participara, con el objetivo de que algo le pasara y así poder librarte de él


–¡¿Cómo puedes creer en semejante sarta de mentiras!? ¡Eres mi padre y me conoces, sabes que yo nunca haría algo así!


– Después de esto, ya no sé ni qué creer, no te reconozco Aitana, te miro y veo a una completa desconocida ocupando el lugar de mi hija, ya no veo a esa niña encantadora que eras antes


– ¿Sabes? Creí que como mi padre me creerías y te darías cuenta de que estaba siendo sincera contigo, que por lo menos estarías de mi parte y me apoyarías 


Él no dice nada y yo me tomo su silencio como un "lo siento, pero no confío en ti", es duro escuchar de tu propio padre que no confía más en su hija. En qué momento hemos llegado a esto.


De repente me siento mal, comienzo a verlo todo borroso y cuando menos me doy cuenta ya estoy desplomada en el suelo.


.........


Poco a poco abro los ojos y observo todo a mi alrededor. Las paredes son blancas, habían cortinas azules y un fuerte a olor a desinfectante clínico. Estaba en la enfermería de la escuela. De repente, la puerta se abre de golpe dejando ver a mi padre siendo perseguido por mi madre, ambos con cara de querer matarme por algo que hice


–¡Tienes idea de lo que has hecho! 


No lo vi venir, de un momento a otro siento como la mano de mi padre se impacta en mi mejilla, dejandome con gran ardor en todo el rostro. Estaba impresionada, en mis 17 años, mi padre nunca me había levantado la mano ¿Que estaba pasando?


– Eres una insensata, te has arruinado la vida, eres una niña todavía ¡por dios! – decía mi madre bastante molesta 


Yo estaba en shock, no sabía de lo que estaban hablando y niniguno tenía intenciones de contarme nada, así que, recuperándome un poco del trauma, pregunto: 


–¿De que están hablando? 


– No te hagas la decentendida Aitana, o nos vas a mentir a la cara y nos dirás qué no sabías que estabas embarazada – me dice mi madre


¿embarazada? Como era posible, Abel y yo nos cuidabamos, el me recordaba la píldora todos los días, solo hubo una vez que no me la tomé y lo hicimos con preservativo, así que no entiendo cómo pudo ser. Pero el caso es que lo estoy, y por las caras de mis padres y  el dolor punzante en mi rostro, no creo que sea una broma.


– Nunca creí que me fuera a sentir tan decepcionado de ti, eras mi más grande orgullo y de la noche a la mañana has cambiado radicalmente. Crees que criar un hijo es fácil, para nada, no quiero ni imaginar lo que dirán nuestros amigos si se enteran de que estás embarazada de un bastardo


– No es ningún bastardo, es tu nieto, mi hijo, como puedes hablar así ¿Eso es realmente lo que les preocupa? ¿El qué dirán sus "amigos"? No me lo puedo creer, ustedes son mis padres, se suponen que me deben de apoyar, no atacarme como lo hacen


– Yo nunca podré apoyar una locura como esta – dijo mi madre


– Pues yo lo haré con o sin su ayuda


– Por supuesto que lo harás, no consentire un aborto, lo vas a tener, pero lo harás sola, no recibirás ni un centavo de nuestra parte, mañana mismo dejas la escuela, el último año lo terminarás en casa y no habrá universidad, si quieres estudiar, trabaja para que te pagues tus estudios. En este momento te vas a casa con tu madre a recoger tus cosas, irás para casa de tu abuela, ya es una decisión tomada, no permitire que todos se enteren de tu deshonra a nuestra familia


Lágrimas brotaban de mis ojos con cada palabra que decía, me estaban lastimando pero aún así a ellos no les importó, se dieron media vuelta y salieron de la habitación dejándome a solas.


........


–Ya hemos llegado – me informa mi padre


Desde la discusión en la enfermería, mis padres no me habían hablado más, intentan evitarme a toda costa. Ese día regresé a casa y me encerré en mi habitación, necesitaba pensar en todo y a la misma vez, en nada, mi padre se ocupó de lo relacionado con mi salida de la escuela, para no levantar sospechas de ningún tipo, no quería que nadie se enterara



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En el texto hay: romance amor adolescente

Editado: 21.10.2021

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