Espíritu Animal

I. Dobutsuonis

Era un sábado, jamás olvidarían el día. Eran alrededor de las siete de la tarde, y, sin embargo, ahí estaban los tres chicos, dentro de las instalaciones de la más prestigiosa secundaria de la ciudad. Marco, Kevin y Génesis eran tres niños que recién pasaban a la adolescencia, tenían doce años y acababan de entrar a esa secundaria. Los tres llevaban cerca de tres meses conociéndose y eran un grupo inadaptado.

Estaban ahí porque Marco, quien era el más irresponsable del grupo, había olvidado entregar su proyecto el viernes, así que su maestra le había dado oportunidad de entregarlo el sábado.

—Ya dimos vueltas por toda la secundaria, lo más probable es que la maestra nos haya querido dar una lección. Yo digo que nos vayamos de una vez. — Decía Marco desesperado.

Era un chico moreno y delgado, de cabello negro y ojos cafés claro; en estatura era el segundo más alto, quedando atrás solo por Génesis. Usaba un pantalón negro y camisa roja.

—Olvídalo, este proyecto vale el 50% de la calificación final, y tu único trabajo era entregarlo, y no lo hiciste. — Reclamó Kevin.

Él era el más bajo de los tres, era de piel blanca, cabello rubio y ojos azules claros, usaba una camisa de cuadro azul sobre una interior blanca y un pantalón de mezclilla.

No nos iremos de aquí hasta que entregues ese trabajo.

¡Bien! — Exclamó Marco. ¿Pero porque la maestra Rosy nos citaría en sábado? ¿No pudo esperar hasta el lunes?

—Supongo que tiene prisa con las calificaciones, ya terminará el primer periodo, deberíamos agradecer que no nos haya reprobado, ya que yo decoré ese trabajo y me costó mucho. — Comentó Génesis.

Génesis era la última en unirse al grupo, ya que entró dos semanas tarde, ella venía de otra ciudad y al llegar fue molestada por las chicas populares del salón, así que terminó en el mismo grupo que Marco y Kevin. Ella era alta y morena, de cabello negro y largo, era delgada, usaba un pantalón de mezclilla y blusa de tirantes rosa.

Los tres chicos estaban en medio de la explanada de la escuela decidiendo qué hacer, cuando a lo lejos una luz llamó la atención de Marco.
Oigan. — Dijo Marco entrecerrando los ojos a un aula. ¿Ven esa luz?

—Viene del laboratorio de la escuela, ¿Creen que la maestra éste ahí? Preguntó Génesis.

—No perdemos nada con ir a ver. —Atajó Marco.

—Esperen... ¿Y si está ocupada y la interrumpimos? — Comentó Kevin.
¡Tonterías! — Exclamó Marco. — Seguramente están viendo una película en 3D o algo así.Dijo eso y comenzó a caminar a zancadas hacia el aula mientras los chicos lo seguían. Tardaron menos de dos minutos en llegar al aula y notaron que estaba abierta, así que Marco la abrió de golpe, pero lo siguiente que pasó fue muy rápido, solo alcanzaron a ver a tres maestras, entre esas la suya, juntas en el centro del aula juntando ambas manos en lo que parecía ser una bola obscura y negra.

Parecían muy concentradas, pues en el momento que Marco abrió la puerta se sobresaltaron y la bola que tenían en sus manos explotó.

 

Pero no hubo una explosión grande que destruyera el lugar entero, ni salió fuego por doquier. No, esta explosión a simple vista solo mandó a volar a todos. Las maestras cayeron al suelo y los tres chicos fueron lanzados hacia la entrada, desmayándose. Los chicos no tenían idea de que había pasado, ni siquiera habían sentido dolor. Poco a poco comenzaron a despertar y a levantarse lentamente mientras las maestras los observaban.

Oh, no... — Susurró una de las maestras.

¿QUÉ DIABLOS ES ESTO? — Gritó Marco.

Y vaya que tenía motivos para hacerlo, pues al despertar y ver su cuerpo era claro que se había asustado. Tenía unas increíbles garras saliendo de sus manos y pies, tenía unos grandes colmillos y sus ojos habían cambiado, su pupila ya no era humana, ahora eran como las de un felino, su cabello había crecido y era color naranja bajo, y lo más sorprendente, una cola   de león le salía por detrás. Su ropa había desaparecido, y en su lugar usaba un traje de cuero negro sin mangas, con un cinturón gris. Tenía una pulsera gris en la mano izquierda, así como otra en el antebrazo del mismo color. Pero él no era ni de cerca el que más había cambiado. Kevin tenía la piel azul, acercándose más al gris, como la de un tiburón, tenía una gran mandíbula y su cabello era azul marino. Una gran cola le salía de la parte trasera, era la cola de un tiburón, y de los codos salían unas increíbles aletas afiladas. Su ropa era muy parecida a la de Marco, solo qué de color azul marino, con un cinturón de un azul más bajo y una figura triangular amarilla en el centro. Génesis por su parte tenía unas grandes alas de mariposa en su espalda, y unas antenas en su cabeza, el contorno de sus ojos brillaba un poco, por lo que era difícil reconocerla. Pero en su cuerpo apareció una especie de exoesqueleto que se veía como una armadura, pero no lo era. Formaba parte de ella. Era de color negra con morado y rosa.




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