Veo bajar a Valeria de las escaleras mientras me quedo observando cómo se marcha, No quería lastimarla.
- Leo, Leo, leo… eso te pasa por querer jugar con todas cariño. Suelta Clarisa muy burlona.
Volteo furioso para enfrentar a Clarisa.
- Tu y yo no tenemos nada, solo nos besamos unas cuantas veces pero no significa que seamos algo. Digo molesto.
Veo cómo Clarisa se acerca a mi y me trata de besar torpemente.
- Solo bésame de nuevo y verás que lo que dices no es verdad. Responde Clarisa.
Quito sus manos de mi rostro y la dirijo a la puerta para que salga.
- Vete quieres. Respondo molesto.
Clarisa da la vuelta caminando exageradamente, moviendo sus caderas.
- Tu te lo pierdes. Responde.
Cierro la puerta y me siento a la orilla de la cama veo por mi ventana que da a la ventana de Valeria y veo que está sentada en su cama y tiene las manos en su rostro, poco a poco toma una postura recta y dirije sus ojos hacia mi, camina hacia su ventana y cierra las cortinas de golpe.
No se que me está pasando con ella, pero me sentí demasiado bien al besarla. Sentir sus suaves labios corresponder mis movimientos, fue algo que jamás había sentido con ninguna chica.
Veo el reloj que está en mi muñeca y ya son las 2 de la mañana. Ojalá y este día termine ya no me la he pasado del todo bien pienso.
Salgo de mi habitación y veo hacia el primer piso, ya no hay mucha gente, veo por donde están las bebidas y ay esta Daniel mi mejor amigo bailando con una chica. Decido bajar y tomar algo para tratar de olvidar lo qué pasó. Camino hacia el bar y pido un whisky. Una chica se acerca a mi y me pide que bailemos, la tomo de la mano y comenzamos a bailar, pero no dejo de pensar en Valeria. Daniel se acerca a mi con su pareja de baile y me entrega otro whisky.
Al otro día en la mañana…
Me despierto por el intenso dolor de cabeza. Estoy recostado en mi cama con la ropa que tenía anoche, vagos recuerdos me llegan de que estoy besando a Valeria y que estoy bailando con una chica rubia. Escucho que tocan la puerta.
- Leo ya despierta. Es mi madre.
- Vooy… gritó sin ganas. Me levanto a abrirle la puerta.
- Leonardo dijiste que no ibas a tomar tanto. Dice un poco molesta.
- Lo sé mamá ya, estoy seguro que será la última vez que tomaré así, te lo prometo. Le digo agarrando mi cabeza del dolor.
- Mira esta será la última vez que te lo dejaré pasar he por qué fue tu cumpleaños. Mi mamá me da un beso en la mejilla.
- Nada más me ducho y ahora bajo a desayunar.
- Bueno hijo. Me sonríe y sale de mi habitación.
Tomo una toalla me quito la camisa mis pantalones y me voy a la ducha.
Entro al baño y estoy por lavarme el rostro cuando veo un bra negro en mi lavamanos, lo estiro y siento el olor a alcohol. A mi mente llegan recuerdos de Valeria con la blusa empapada y empiezo a recordar todo lo qué pasó antes de que se fuera. Una sonrisa se me escapa al recordar de quien es este bra. Abro la llave de agua del lavamanos y ya que está lleno lo único que se me ocurre es ponerle jabón de manos, moverle un poquito al agua y meter el bra adentro del agua y me meto a la regadera para ducharme.
Un rato después…
Salgo de la ducha y veo el bra en el agua lo tomo, lo exprimo, lo mojo con agua limpia y lo cuelgo donde está la puerta de la regadera.
Salgo del baño y comiendo a vestirme y bajo a desayunar…
Horas más tarde…
estoy en mi habitación viendo una película, ya casi se está haciendo de noche cuando recuerdo a Valeria, anoche se veía preciosa y no me puedo quitar de la mente esos suaves labios, recuerdo esas mejillas sonrojarse al terminar de besarnos.
No se que me está pasando pero esa chica tiene ocupada mi mente.
De repente recuerdo el sostén que está colgado en mi baño, corro para agarrarlo y ay esta ya seco, lo descuelgo y al menos ya tengo pretextos para ir a hablar con Valeria. Doblo el bra y lo introduzco a mi bolsa trasera de mi pantalón, me dirijo a su casa y ya estando frente a su puerta, toco el timbre pero nadie responde, toco de nuevo el timbre y después de unos segundos escucho que alguien corre al llamado del timbre y es cuando se abre la puerta. Veo esos ojos verdes de Valeria.
- Ho.. hola, mm ¿a qué vienes? ¿quieres burlarte de nuevo de mi? Dice un tanto triste y seria.
- No Vale, em pero primero, puedo pasar.
- Claro, pasa.
Habré más la puerta y camino hacia afrento de su casa.
Wow tiene una muy linda casa, está súper grande y cada cosa está específicamente en su lugar, Valeria me dirige hacia su sala de estar y ay nos sentamos.
- Mira Vale, primero que nada te pido una disculpa, ayer debí controlarme un poco, no debí besarte, solo me deje llevar. Le digo sin dejar de observarla, ella agacha la mirada.
- No te preocupes por eso solo… mm me sentí, usada, al enterarme de lo que le has hecho a Frida, a Clarisa y mm a mi. Sigue con la mirada hacia abajo.
- No es así como dice Clarisa, eso es una mentira de ella, mm no te voy a mentir que un par de veces bese a Clarisa mm pero de eso no pasó, y eso fue antes de que Frida y yo fuéramos novios.
- No, no tienes porque aclararme nada, yo no soy nada tuyo.
- Lo sé vale, pero necesitaba aclararte las cosas.
- ¿Por qué? Pregunta Valeria y no se que decir.
- Emm, te considero una gran amiga estás semanas has sido muy linda conmigo aunque casi no hablamos, las pocas veces que hemos hablado me la he pasado bien contigo, No quisiera perder tu amistad. No me estoy creyendo mucho lo que digo pero en parte es verdad, es una muy buena chica.
- ¿Es enserio? gracias. Responde con una sonrisa en sus labios.
- Claro, pero oye, tengo algo para ti, introduzco la mano en la bolsa de mi pantalón y saco su sostén.
Valeria queda asombrada y de un rato para otro sus mejillas cobran un tono rojizo muy lindo, al verla tan apenada me ase sonreír y lo único que se me ocurre decir es.
- Me gustaría vértelo puesto.
Noto como Valeria me ve a los ojos y estira su mano.
- No creo que te guste. dice con un tono apenada.
Le entrego el sostén con una sonrisa coqueta.
- Y dime ¿Qué haces? Pregunto para que ya no esté tensa.
- Veía una película.
- Así cual? Pregunto.
- Es Harry Potter y las reliquias de la muerte, la has visto?.
- Me encanta Harry Potter pero la verdad es que, las últimas dos películas no las he visto.
- Quieres.. quedarte a verla?.
- Me encantaría Vale, pero no te regañarán tus padres?
- Tranquilo, normalmente mis padres vienen hasta tarde, se van desde las 4 y aveces llegan asta las 11 o 12 de la noche. Noto que se entristece un poco.
- Oye, no te pongas triste seguro y tus padres trabajan mucho para darte todo.
- Si lo sé eso no lo dudo solo que aveces quisiera que estuvieran conmigo, rara ves están en la casa conmigo.
- Vele no te pongas así, tus padre te aman y aveces tenemos que conformarnos con eso. Ella levanta su mirada y me sonríe.
- Tienes razón Leo.
- Bueno que dices si vemos ya la película.
- Claro. Responde más alegre.
Prende la pantalla de su sala y comenzamos a ver la película…
Varias semanas después…
Valeria y yo hemos salido juntos unas cuantas veces, es hermosa y una agradable chica, es excesivamente amable con las personas, siento que al estar cerca de ella me ase cambiar la percepción de las cosas, me siento tan bien a lado de ella.
Ha pasado un mes desde que somos amigos. Algunas veces las cosas se han vuelto incomodas, me la he quedado viendo como tonto y ella lo nota. Ninguna chica ha logrado que me enloquezca tanto, pero Valeria sin notarlo me vuelve loco.
Estoy decidido a pedirle que sea mi novia.
Invite a Valeria después de la escuela a comer, tengo planeado llevarla a un parque lleno de pinos, el lugar es muy bonito y le compre una pulsera con un dije de una luna, me recuerda la noche que nos vimos por primera vez.
Estoy nervioso la campana ha sonado lo que nos indica que las clases ya terminaron.
Me levanto de la banca mientras Valeria acomoda sus libros en la mochila,
- Estás lista vale?
- Ya estoy lista Leo.me sonríe.
Ambos nos dirigimos a la salida de la escuela asta mi moto, nos subimos y nos vamos a comer, después de salir del restaurante nos dirigimos al parque.
Aparco la moto y nos bajamos.
- Que lindo lugar Leo. Observa su alrededor.
- Que dices si vamos a caminar.
- Claro. Me responde con una sonrisa en el rostro.
Caminamos por unos minutos mientras admiramos el hermoso paisaje hasta llegar a un enorme pino en medio del parque, nos sentamos en un tronco caído y es donde comienzo a hablar.
- Vale, estás últimas semanas me la he pasado genial contigo, eres una increíble chica, tienes unos sentimientos muy lindos y si te soy sincero Me enloqueces. quisiera pedirte (saco la pulsera, mientras vale me mira atentamente) que fueras mi novia.