Este capítulo va dedicado especialmente a Yoli hermosa.
Escucho detenidamente lo que nos dice el ginecólogo, escucho que menciona lo de su peso. Valeria tiene unas curvas hermosas que me fascinan pero si es necesario que haga ejercicio tendrá que hacerlo.
Anhelo tener un bebito, de mi niña Valeria, ya quiero verla con su pancita redondita, quiero ver a un angelito correr por la casa y ya que el doctor le dijo que ya podría dejar de tomar las pastillas, ya podremos intentar que mi esposa quede embarazada.
Después de un rato de escuchar las indicaciones del ginecólogo, ambos salimos del consultorio y nos vamos en la moto hacia la casa.
1 mes después…
Estoy en la cocina viendo cómo Valeria termina de hacer el desayuno, aunque mi niña es tierna y amable, cuando está en sus días, a veces quiere llorar o se enoja con facilidad, veo sus hermosas piernas descubiertas por su corto vestido que le Hacienda de maravilla haciendo ver su linda cintura, sus grandes caderas y sus bellas piernas.
Ella me está contando de cómo están sus papás y los míos ya que les llamo por video llamada.
- Mamá todavía me extraña… y yo a ella, aunque no nos veíamos mucho en todo el día, los extraño. Veo que baja la mirada con la mirada rota.
- Nena, por favor no estés triste verás que pronto iremos a visitarlos. Sus ojos me miran llenos de lagrimas y poco a poco una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
- Gracias mi niño.
Se voltea y sigue preparando el desayuno.
Escucho mi teléfono sonar por un mensaje, lo tomo de la mesa y veo que es un mensaje de Aleja.
Claro bebe nos vemos a las 10 de la noche, ya sabes cómo te estaré esperando…
Aleja
Wow, creo que Aleja se equivocó de destinatario. Decido responderle.
Te has equivocado de persona.
Leonardo
Lo siento Leo.
Aleja
Al instante mi mente regresa al día que quería ir por ella al parque dejando a Valeria acá en la casa. Ese día yendo a toda velocidad hacia al parque donde la vi con ese tipo, me di cuenta del gran error que estaba cometiendo al dejar sola a Valeria. Me aleje un poco de Aleja, todavía somos compañeros de patrulla pero las cosas cambiaron un poco, ella a un sigue coqueteándome pero trato de no pensar en ella.
Mis pensamientos se interrumpen por la voz de mi niña Valeria.
- Estás bien?. Dice al notarme perdido en mis pensamientos.
- Si nena, solo pensaba, en que ya quiero ser papá.
- Jejejeje tienes que tener paciencia mi amor.
- Lo sé nena ojalá y ya sea pronto.
Valeria toma asiento y comenzamos a desayuna.
1 mes después…
Estoy en la base formado con mis demás compañeros, escuchamos que el comandante Miller menciona nuestros nombres por el pase de lista.
- Aleja Escalante?. Dice el comandante Miller y no recibe respuesta.
Vemos a Aleja entrar con un vestido súper corto, de color negro dejando ver su bien trabajada figura, los compañeros de atrás empiezan a hacer bulla y a lanzarle halagos. El comandante Miller voltea y la observa.
- Lo siento comandante hoy pedí permiso, acá tiene mi documento. El comandante lo recibe, lo observa y lo firma.
- Acá tienes Aleja.
- Gracias comandante. Dice con una sonrisa en los labios mostrando sus perfectos dientes.
Es muy hermosa. Antes de irse se voltea hacia nosotros y con la mano en el aire se voltea para despedirse.
- Adiós chicos. Dice coqueta.
Mis ojos se cruzan con los suyos y me guiña un ojo. No le quito la mirada de encima hasta que desaparece de nuestra vista.
Después de que en comandante termina de pasar lista nos asigna a donde iremos a cuidar y yo como siempre me tocará en Valle pero ahora solo.
Salgo a toda prisa de la base hacia el estacionamiento para ir por la patrulla y ay veo a Aleja, tiene un cigarro entre sus manos, veo que lo pone en sus labios e inhala profundo ella en seguida me ve y camina hacia mi.
- Té estaba esperando. Dice caminando hacia mi moviendo sus caderas de lado a lado.
- Y eso?. Digo y una sonrisa se forma en mis labios.
- Me llevas a mi casa?. Dice mientras pone una mano en mi hombro.
- Claro súbete.
Ella se dirige hacia el asiento de copiloto, abre la puerta y se sienta.
Yo rápidamente caminos hacia mi asiento y arranco rumbo a su casa. En pocos minutos llegamos.
- Bien aquí es tu destino. Digo, al voltear a verla veo que ya está a pocos centímetros de mi rostro y con rapidez inclina su rostro y comienza a besarme.
Mis labios comienzan a moverse acompañándola en el beso. Mi mente se pierde, haciendo que de mi surja un deseo por poseerla.
Ella comienza a levantarse sin dejar de besarnos y con un movimiento se sienta en mis piernas haciendo que sus piernas se abran frente a mi. Poco a poco voy bajando mis manos hacia sus glúteos haciendo que la ex!tacion sea mucho más de la que sentimos.
Aleja trata de de quitarse el vestido y hay, mi mente se detiene con una sola imagen, la de Valeria.
De golpe dejó de besar a Aleja ella me sonriente.
- Sabia que me deseaba. Dice riendo.
- Esto no está bien. Digo con la respiración agitada.
- Tu miembro me dice lo contrario. Suelta y me siento terriblemente mal y culpable por mi erecc!on.
- Por favor bájate. Digo incomodo.
Ella toma su bolso y sale por mi puerta arreglándose el vestido.
- Serás mío. Dice y se voltea moviendo a propósito sus caderas
Arranco a toda prisa tratando de distraerme y no pensar en lo que acaba de pasar pero es casi imposible.
Los días pasan y Aleja de vez en cuando me roba algún beso, me ha tratado de seducir y aunque trato a veces de pensar en otra cosa siempre termino viéndola, le he pedido al comandante Miller cambiar de compañero pero la lista ya está hecha y no puede cambiarlo.
Son las 5 de la mañana, estoy en la patrulla y escucho el fuerte ruido de la radio, todavía está oscuro. veo a Aleja que está durmiendo en los asientos de atrás, está recostada de lado haciendo que sus pechos casi se salgan de su camiseta. No dejo de verla, por un momento pienso en tocarla pero trato de controlarme.
1 mes después…
Mis ojos se van abriendo, me estiro y noto que a lado mío no hay nadie en la cama. Escucho ruidos en el baño y escucho a Valeria toser. Me levanto a toda prisa y toco la puerta.
- Nena estás bien?. Tarda segundos en responder.
- Si ya voy. Escucho el inodoro y pasos, Valeria abre la puerta y hay la veo un poco decaída.
- Nena, no te vez bien, estabas… vomitando?.
- Si, algo me hizo daño, tal vez fue el vaso de leche que tome anoche pero ya me siento mejor. Dice mientras se seca el rostro que tiene mojado con agua.
- Ok esta bien pero cualquier cosa me avisas en el trabajo he?.
- Esta bien. Dice y la abrazo.
Valeria se dirige hacia la cocina para preparar mi desayuno, yo me quedo poniendo mi uniforme.
Escucho pasos fuertes y veo pasar rápido a Valeria dirigiéndose al baño y empieza a devolver el estómago.
Rápido me dirijo hacia ella y le tomo el cabello y ya que termina jala la cadena del inodoro.
- Mi vida tiene a que ir al médico, alístate yo te llevaré, llamaré a las oficinas para decir que no me voy a presentar a trabajar.
- No espera, ya me siento mejor, no es para tanto, no quiero que faltes mejor ve a trabajar y yo iré al médico, no te preocupes estaré bien.
- Pero nena…
- Pero nada, tranquilo no pasará nada yo puedo ir sola.
- Esta bien, pero cualquier cosa me avisas y me regreso de inmediato.
- Esta bien.
Después de un rato, salgo hacia mi trabajo con la moto.
En todo el día llamo a Valeria para saber cómo está, Aleja casi no me dirige la palabra, tal vez por qué no le gusta que llame a Valeria, pero no me importa.
Ya son las 5 de la tarde y llamo de nuevo a Valeria ya que hasta las 3 le toco su cita y a esta hora ya está de regreso a la casa.
- Nena cómo estás?, cómo te fue con el médico. Pregunto preocupado.
- Jeje tranquilo estoy muy bien. Dice Valeria.
- Te dieron tratamiento nena?. Pregunto.
- Solo me dieron indicaciones, no es nada grave.
- Estás segura?. Digo dudando de su respuesta.
- Si muy segura. Dice Valeria feliz.
- Mañana temprano llego a la casa ya quiero verte.
- También quiero verte, primero dios nos vemos mañana. Dice Valeria.
- Si mi niña, bueno tengo que dejarte, seguiré manejando.
- Esta bien cuídate mucho, Te amo.
- También Te amo nena.
Cuelgo y sigo conduciendo.
Al otro día…
Saco las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta de mi casa, abro la puerta y me dirijo hacia la cocina veo a Valeria caminar hacia mi recibiéndome con un gran abrazo. La tomo por la cintura y la levanto.
- Buenos días mi amor. Digo enterrando mi cabeza en su cuello inhalando su aroma.
- Buenos días mi niño, cómo estás?.
- Muy bien nena, estoy hambriento.
- Ya está, listo el desayuno, ve a cambiarte ya te sirvo. Dice Vale.
Ella camina hacia la estufa muestras que yo camino hacia la cama y me acuesto como siempre antes de cambiarme. Siento un bulto en mi almohada y me levanto, veo mi almohada y la tomo, de bajo ay una cajita blanca con un moño rojo.
Tomo la cajita, desató el listón y levanto la tapa.
Mis ojos no pueden creerlo.
Hay una pequeña mamila con una nota que dice…
VAS A SER PAPÁ…