POV Guan-yin
Cuando llegamos nos reciben dos siervos los cuales nos abren la puerta y nos ayudan a bajarnos del carruaje—¿dónde está el príncipe?—le dice Mei-yin a uno de los siervos al bajar.
—¿Cuál de los tres señorita?—ella lo mira con impaciencia.
—Huan Yue por supuesto—manifiesta mi hermana y yo no lo negaré también quería saber donde estaba para poder al menos cruzar unas palabras con él y tal vez se acordaba de mí.
—Oh no te hagas tantas ilusiones Guan-yin lo más probable es que no se acuerde de ti—escuché una voz en mi mente sin embargo, sabía que no era mi amigo el Espíritu—ah ya viene el otro a molestarme—dije en un susurro tocando mi cabeza.
—¿Estas bien hija mía?—mi padre se me acerca.
—Estoy perfectamente—contesté—gracias por preguntar.
—Bien—me dice y se voltea tomando de la mano a su mujer empezando a caminar y yo me pongo a su lado.
—¿Cómo se llama este lugar?—pregunté y todos se voltean a verme y Mei-yin y Tao se ríen.
—Es la ciudad prohibida—comenta mi padre.
—¿Ciudad prohibida?—me preguntaba que era todo aquello pues, veía murallas alrededor del lugar.
—Señorita, ¿realmente no sabe que esto es la ciudad prohibida?—me dice el siervo.
—Realmente es una persona del campo—Mei-yin musita a mi par.
—¿Qué dijiste Mei-yin?—mi padre parece que escuchó algo de parte de ella.
—Yo no he dicho nada—manifiesta con una sonrisa y yo solo pensé en que estaba mintiendo aunque, sino hubiera estado tan cerca mío tal vez no la hubiera escuchado pero, como si la escuché...
—¿Por qué se llama así?—decidí no darle importancia a las provocaciones de mi querida hermana y ya cuando vine a preguntar mostrando curiosidad estabamos en la entrada.
—¿Tienen permiso especial?—pregunta un siervo que estaba parado cerca de la entrada del lugar.
—Es el general y su familia ¿verdad que si general?—mi padre asiente con la cabeza.
—A ella jamás la había visto con usted—me señala—¿es también su hija?
—Así es.
—Pueden entrar al salón de la armonía suprema—empiezan a entrar mientras que yo noto que además de las murallas alrededor del salón había quemadores de incienso de bronce con dos estatuas las cuales me quede viendo para saber que eran exactamente y en eso se me acerca alguien.
Volteo a mirar y me encuentro con Huan Yue y se me acelera el corazón del nerviosismo—príncipe—digo y lo veo sonreír—vaya, tiene tan hermosa sonrisa.
—Gracias—parece que lo dije sin querer en voz alta que vergüenza—debes ser Guan-yin, ¿cierto?
—Si-si—logré decir.
—¿Cómo pudiste venir aquí?, ¿viniste con tu señora?—tal parece que cree que soy una sirvienta o algo así.
—Vine porque nos invitaron a mi familia y a mi.
—¿Cómo es eso?, ¿no eres una sirvienta o invitaron al general con sus siervos?
—La verdad es que yo soy hija del general—lo veo asombrarse.
—¡Ah, disculpa!
—¿Qué son estás estatuas?—las toco y Huan Yue hace lo mismo poniendo su mano sobre la mía al mismo tiempo y sentí su tibieza.
—Perdón—él aparta su mano rápidamente—son dos estatuas de dos chiwen.
—¿Chiwen?—no entendía bien.
—Dragones que ahuyentan el fuego.
—Oh bien, ¿por qué se llama ciudad prohibida?
—Debido a que las personas comunes no pueden entrar—mientras me decía esto llega un hombre y se nos acerca con un palo en la mano.
—¿Quiere que entre con usted y lo guíe adentro hasta su asiento o le paso el bastón príncipe?—le pregunta y yo me pregunto para que lo querría él.
—Estare bien, estoy con Guan-yin entraré con ella no necesitaré por ahora el bastón— lo veo ofrecerme su brazo y pienso en porque tendría que usar el bastón.
—¿De verdad quiere que vayamos juntos adentro?—le pregunto por si lo estaba molestando y lo veo asentir con la cabeza.
—Si quiero asi que ven, tomate de mi mano y no dejes esperando a este pobre ciego—le hago caso pero, pienso en lo último que dijo.
Caminamos adentro y nos dice uno de los siervos el lugar donde estaban nuestros asientos justo al lado del otro, eso me hizo feliz pero, me quedo viendo a Huan Yue mi príncipe—¿cómo no me di cuenta antes?—pensé en mis adentros—lo disimula muy bien si realmente está ciego sin embargo, ¿por qué no me lo dijo antes?—pienso en esto si realmente fue mentira o verdad.