El 1 de enero me despertaron los mensajes felicitando el cambio de década de los padres de Gabriel, de sus hermanas y el suyo, un escueto "Feliz año nuevo Pequeñita" y una nueva notificación del grupo de las hermanas de Gabriel, del que días antes tanto él como Luna habían salido.
Alexander y ella, pasaron las fiestas en Cádiz con sus familias y no volvieron hasta el 7 de Enero, día en que Alexander retomaba las clases con un examen sorpresa para sus alumnos, para que se acostumbraran a las putadas que la vida les reservaba, según sus palabras. Miré la hora, las 7 de la mañana en mi reloj y las 00.10h en Galveston...ya era 2020 en EEUU.
Esperaba encontrarme otra felicitación de año nuevo en ese grupo del que solo formábamos parte las tres, pero en cambio lo que recibí fue un vídeo de 6 minutos de Chloe. En la vista previa, aparecían sus padres con sus nietas sentadas sobre ellos y con manos temblorosas lo reproduje.
Comenzaba con la familia al completo sentada en el enorme salón de la casa de una de ellas frente a la chimenea, con Erin y Gabriel juntos riendo mientras su padre les acercaba una guitarra española y les animaba.
Me senté en la cama apoyando la espalda en mi viejo cabecero de mimbre y paré el vídeo en la imagen congelada de mi diablo riendo, creo que pasaron minutos hasta que me atreví a reproducirlo de nuevo. Su madre, cogía a la hija de Erin y su padre a las de Chloe y le pedía a su hija que tocara algo. Erin entre risas, tocó unos acordes de prueba y le dio un codazo a su hermano mientras le decía "anímate, hazlo por mí..." y él, que la miraba como aquel que nunca podría negarle nada y entre lo vítores de sus cuñados comenzó a cantar con ella a dúo "All of me" de John Legend y mi corazón perdió su ritmo para latir al compás de su voz.
"Qué haría yo sin tu inteligente boca atrayéndome,
y sin ti echándome a patadas. Tengo la cabeza dando vueltas,
no es broma, no puedo saber qué es lo que pasa por esa hermosa cabecita. Estoy en tu viaje del misterio y estoy tan mareado,
no sé qué me golpeó, pero estaré bien.
Mi cabeza está bajo el agua, pero estoy respirando bien,
tú estás loca y yo no estoy en mis cabales."
Agoté la batería de mi teléfono reproduciéndolo una y otra vez, consciente de que ellas sabrían que lo había visto por los tics azules que me delatarían, pero no fui capaz de responder y el resto de las fiestas, toda mi familia al completo absorbió mi vida entre abundantes comilonas, juegos, chistes y canciones, hasta llegar al 5 de Enero y esperar que por la puerta de la vieja casa de la montaña apareciera Gabriel de nuevo. Pero nunca llegó.