-¿Qué es esto? –Pregunto Esthella mientras sostenía un pequeño trozo de metal.
-Es una rondana solo que está rota, tiene filo así que mejor déjala o terminaras cortándote. –Contesto Deneb sin despegar la vista de la computadora que estaba reparando.
-Parece una luna. –Dijo la pequeña, mientras jugaba con el pedazo de metal. –¿Puedo quedármela?
Deneb levanto la vista hacia la rondana que sostenía en su mano, soltando un suspiro hacia ella, asintió con la cabeza restándole importancia que se pudiera cortar, puesto que ya sabría que si algo como eso pasaba, su herida, solo tardara unos 5 segundo en sanar.
Esthella solo sonrió, mientras guardaba la rondana en el bolso de su vestido, seguido de esto solo se acerco hacia donde estaba Deneb.
-¿Puedo ayudarte? – Pregunto mientras se aparragaba sobre el hombro de Deneb, para observar lo que estaba haciendo.
-Ya deberías estar durmiendo. –Dijo Deneb.
-No tengo sueño, aparte no me gusta estar sola en la habitación. –Contesto la pequeña inflando un poco sus mejillas ya que era obvio que quería quedarse junto a él.
Deneb solo sonrió mientras comenzaba a recoger sus herramientas y a limpiar.
- ¿Terminaste? –pregunto la pequeña.
-Por hoy –Dijo poniéndose de pie, mientras tomaba a la niña en sus brazos para llevársela a su habitación.
-No voy a dormirme –Protesto la pequeña poniendo su cara de disgusto.
-Bueno yo si tengo sueño –Dijo Deneb.
-Eso no es cierto –Contesto, puesto que ya conocía este truco de llevarla a dormir y luego cuando ella quedaba dormida, el bajaba a seguir trabajando dejándola sola. –Cuando me duerma me dejara sola como siempre.
Incluso si la pequeña tenía su propia habitación, ella prefería dormir junto a él, al igual que si Deneb salía ella siempre iba a su lado, al único lugar donde ella sabia y entendía que no podía a acompañarlo era al trabajo, lo cual ella detestaba, pero lo soportaba, y siempre lo esperaba con ansias a que el llegara para ser ella quien se abalanza sobre el para darle un cálido abrazo de bienvenida.
Hasta ese punto ella se parecía a una simple niña de 7 años.
- ¿y esto? –Pregunto Deneb, al ver como la pequeña amarraba el extremo un listón violeta a su mano y amarraba el otro extremo a la suya.
-No te dejare dejarme sola otra vez –Dijo poniendo una cara y voz firme, mientras entre cerraba sus ojos, intentando verse intimidante.
Ante los ojos de Deneb solo encontró ternura a aquel gesto de la pequeña, mientras la observaba directo a sus ojos y a su heterocroma a su ojo derecho azul celeste y la izquierda miel.
-Hoy te quedaras a mi lado entendido –Dijo imitando su tono de cuando la reprendía.
-Entendido –Contesto mientras de igual mente imitaba la cara que ponía ella cuando él la reprendía.
-Bien –Respondió ella cerrando los ojos y cruzando los brazos sintiéndose con una adulta reprendiendo a un niño pequeño. –Descuida si eres buen chico puede que retire el cordel después de un rato –dijo acariciando la cabeza de Deneb ya que ella estaba de pie en la cama y Deneb estaba frente a ella sentado.
-Como tu ordenes –Dijo Deneb acostándose dejando caer su cuerpo entero en la cama jalando intencionalmente su mano donde estaba el cordel causando que ella también callera a un lado de él.
-¡HMM! Como castigo ahora tendrás el cordel toda la noche –Dijo ella disgustada, por la acción de Deneb.
-Wow que estricta –Dijo Deneb sonriendo, mientras se acomodaba, dejando escapar un suspiro cerro un momento los ojos, para luego encontrarse con su pequeña quien apoyaba su cara en su hombro.
Cruzando su brazo baja la cabeza de ella, esta lo uso como si su brazo fuera su almohada y abriéndose paso para acorrucarse cerca de él.
-¿Apagaras las luces? Dijo Deneb.
-Hm... no las necesito si estoy contigo –Dijo mientras observa directamente a la lámpara en el techo, haciendo que esta comience a parpadear hasta finalmente apagarse.
-No debes forzarte –Dijo Deneb al observar que se frotaba los ojos después de haber hecho eso. –Vas a hacerte daño –Dijo mientras tomaba sus manos para evitar que ella siga frotándose los ojos.
Aquella fuente de luz que iluminaba la habitación, fue sustituida por el pequeño resplandor que salía de los ojos de la pequeña niña. Al igual que algunos destellos de su cabello comenzaba a emitir una luz baja el cual podía iluminar algunas partes de la habitación sin ser molesta para los ojos de Deneb.
Deneb siempre se deleitaba cada anochecer con este pequeño eh inexplicable espectáculo de luces, dándole tranquilidad a su mente y corazón, desde que ella llego a su lado.
Un movimiento más y un agarre de su playera por parte de la niña, esta se acurruco más cerca de él, encogiendo sus pies y manos, pareciendo igual a un felino, tomando en su mano la playera que traía Deneb, para no dejar que este escape.
Sonriendo hacia ella, el solo acaricio su cabeza, acomodando su fino mientras observa aquellos mechones que podían emitir luz propia, al final solo se podía escuchar el sonido de las olas del mar y el viento fresco que entraba desde la ventana. Pasando su vista hacia ella, contemplo desde la distancio el cielo cubierto de estrellas resplandeciente, siendo este su ultimo recuerdo de este día, antes de caer dormido.