Capítulo 3

Pasaron cinco años, el pequeño Jules entrenaba con su padre el arte de la espada por la mañana y dedicaba la tarde a horas de estudio con su madre. Al despertarse al día siguiente, fue directo a la cocina para desayunar. La mujer que ayudaba en casa le preparó la leche y la puso en la mesa. Jules estaba tan contento comiendo, cuando entró su padre y le dijo: - July hoy no podré practicar contigo con la espada. Tengo un trabajo que entregar en la capital, lo siento pero hoy me va a ser imposible estar contigo. Tienes la mañana libre hoy.- dijo con un poco de pena. Jules le contestó: - Vale padre, no pasa nada. Ya sé lo que haré por la mañana, no te preocupes.- dijo con una sonrisa malvada. El padre le miró fijamente y le dijo: - no vuelvas ha hacer de las tuyas, deja a Simphony en paz, que te conozco.- Jules le dijo: - Pero papá, no iba ha hacer nada de eso. - dijo con un tono triste.

El padre salió por la puerta, cogió el carro con el caballo y se fue hacia la capital. El niño acabó de comer, le entregó el vaso a Simphony y salió al jardín a pensar que haría ahora mismo, estaba aburrido. De repente se levantó y miro hacia la casa, fue corriendo hacia ella y le preguntó a la mujer de los quehaceres si su madre estaba en casa, ella le dijo que había salido ha comprar los ingredientes de la comida para hacerla. Jules en ese momento pensó que era buena idea fisgonear los libros prohibidos que tenia su madre escondidos en la habitación de los estudios. Entró silenciosamente para que Simphony no se enterara y empezó a mirar los libros que había. De momento no encontró ninguno que  llamara su atención, hasta que llegando a los últimos vio uno polvoriento en el cual ponía “Lección de Magia”. Le costó agarrarlo ya que era muy grande y con muchas páginas, como si hiciese mucho tiempo que no lo utilizaban. Lo puso sobre la mesa, le quitó el polvo como pudo de la tapa y lo abrió.

Empezó a leerlo, por suerte estaba en la lengua que él ya entendía y que había estudiado con su madre. Jules se puso contento al saber que el libro no estaba en la lengua de las Bestias ni el dialecto de los Demons. Estuvo un par de horas leyendo el libro, había magia básica para principiantes, tanto de agua, fuego, viento y tierra. Tuvo curiosidad de saber si tenia el potencial para usar la magia, así que se levantó, puso el brazo recto apuntando hacia la ventana,  cerró los ojos, inspiró, siguió las instrucciones del libro, dejó la mente en blanco y dictó “Aqua Blum”. De la mano empezó a formarse agua, abrió los ojos y se sorprendió al ver que le había funcionado, a lo mejor tenia el potencial para ser un mago. Al pensar en la orden lanzar, la pequeña bola de agua salió disparada hacia afuera de la habitación. Al leer otra vez el conjuro lanzado se fijó en la descripción. El tipo de magia que había usado consistía en condensar la humedad que había en el aire para convertirla en agua, y si quería hacer magia de hielo, tenia que coger agua liquida y hacer lo mismo que había hecho justamente ahora pero solidificando-la.  Pasaron los días, cada vez iba avanzando mas y mas en la magia básica de agua. Cuando acabó de aprender la magia de agua, se pasó a la magia de viento. Las mañanas antes de empezar ha hacer la práctica de espada con su padre, salía al jardín para poder hacer un poco de magia de viento. Jules pensó, si para hacer magia de agua tengo que pensar en convertir la humedad del aire en gotas, para hacer magia de aire tendré que aprovechar las ráfagas pequeñas de viento que me envuelven y atraer-las hacia mi. Hizo lo mismo y cerró los ojos. En su mente solo decía las palabras “Wind Blum” sin parar. De repente una ráfaga de aire empezó a formarse delante de él, pero sin darse cuenta cada vez se hacia mas fuerte, se transformaba en un pequeño tornado delante suyo, pero no se dio cuenta hasta que Simphony salió a llamarlo. En ese momento Jules abrió los ojos, escondió la mano, se fijó en el minitornado que había creado y cuando se giró ha responder el llamado el hechizo se fue.

Jules se dio cuenta que cuanto mas se concentraba, mas fuerte se hacia el hechizo. Dejó de hacer magia y entró en la casa. Su padre le llamó para practicar la espada. Sinceramente no era su fuerte, se defendía, contraatacaba, pero no tenia la suficiente destreza como él. Por la tarde, cuando estudiaba en casa con su madre, Jules aprovechó que vio que el lomo de unos libros de la estantería estaban escrito en el idioma de las bestias y lo utilizó como excusa para preguntarle si sabia hablar o escribir dicho lenguaje, ya que él quería aprenderlo porque habían libros interesantes escritos en ese dialecto y así los podría leer. Su madre le dijo que no sabia hablar ni escribir esa lengua ya que no vivían en ese reino, pero tenía esos libros como regalos de sus viajes con su padre. Jules le preguntó si podía enseñarle algún mapa de este mundo, para así aprender que culturas y reinos habían en esta época. Samantha agarró el libro de geografía, lo abrió y le enseñó el mapa que ellos conocían en esa época. Jules empezó preguntando que reinos eran los que salían allí, su madre le dijo: - Nosotros estamos aquí, en el Reino de Tasynia. Es el reino donde están los humanos guerreros, aquí la magia no existe. Solo nacen niños con un talento especial para la espada y el combate físico.- Jules le preguntó: - ¿Y no nace nadie con la destreza para la magia? ¿Todos tienen que ser guerreros?- la madre le dice: - desgraciadamente los que tienen el potencial para ser magos o utilizar la magia, tanto de sanación como la magia neutra y la de los elementos, se encuentran en el Reino de Humbryn. Allí están los humanos capaces de utilizar tal poder.- Él pensó que debería haber nacido en el reino de los magos, ya que tenia el talento equivocado por estar en el reino de los guerreros. La madre siguió diciendo: - Por ultimo esta el Reino de Zaum, el reino de las bestias. Es un reino donde viven Bestias parlantes, no son humanos, pero tienen su inteligencia. No suelen mezclarse con los humanos ya que piensan que son inferiores a ellos.