Estirpes de Linajes

Capítulo 10

Al entrar en la habitación se echó en la cama pensando lo que había descubierto. En instante pensó en escribir una carta a sus padres y a Venelope. Al coger el papel sin querer le dio un golpe con el codo en la mochila que estaba ubicada en la mesa, al hacerlo la recogió para ponerla de nuevo en la mesa y se cayó la carta que le dio el Rey Throme. Al recogerla recordó que no lo había leído desde que llegó a la Portaven. Así que se sentó en la mesa con carta en mano y empezó a leerla. Y decía:

“Hola Jules. Espero que recibas ésta carta como se merece. La última vez que nos vimos en las puertas de mi ciudad, no pudimos hablar con claridad ni presentarnos como es debido. Tu aventura empieza en cuanto aprendas lo necesario para irte de viaje. Nosotros   el grupo llamado  Los lobos carmesí.  Empezamos siendo dos y luego los demás se fueron uniendo por el camino.  Eramos todos diferentes tanto de personalidad como de razas. Con el tiempo todos y cada uno de los miembros acabamos siendo familia de alguna manera. No digo que te pueda pasar a ti, pero quería que lo supieras. Nosotros no pudimos acabar con la raíz del mal de este mundo, no por falta de esfuerzo sino por falta de destreza. En ti volví a sentir esa esencia que fueron los lobos carmesí. Tienes el potencial necesario y tu forma de ser atrae a las personas. Eso vi en nuestro primer encuentro. Como presente para empezar bien tu viaje te traído una Daga de Mago. Ésa daga tiene algo especial, espero que la uses como es debido, algunas veces tiene un carácter muy especial, suele ser un poco traviesa. Se llama Ging. Conoce-la y hazte amigo suyo. Es muy útil cuando se le necesita. Que tengas un buen aprendizaje. Cuídate mucho muchacho.

Atentamente Throme. “

Al acabar de leer la carta, dijo en voz alta: - ¿Ging?- Cuando dijo el nombre el armario empezó a iluminarse, se acercó para ver lo que era. Al abrir el armario se fijó que era la daga, la desenvolvió y la agarró por le mango. Al hacerlo se dibujó un circulo con un sello curioso en el suelo alrededor de Jules. Después de éso de la Daga salió un espíritu de una chica muy bella. Parecía que fiera elfa ya que tenía las orejas acabadas en punta, de piel color azul celeste. Al acabar de salir de la Daga le dijo a Jules: - ¿Eres mi nuevo Maestro? - Jules le dijo: - ¿Maestro? ¿Tu quién eres?- El espíritu le dijo: - Me llamo Ging. Soy un espíritu de soporte y protección. ¿Como te llamas tu?- Jules le contestó: - Yo me llamo Jules, encantado. ¿Aunque es algo raro, estás flotando?- Ging le dijo: - Te dije que soy un espíritu. Para sellar el contrato de Maestro y sirviente, necesito que digas exactamente “Yo Jules acepto el contrato hasta que mi muerte lo rompa”. - Jules le dijo: - ¿Así sin mas? ¿Exactamente que eres? - Ging le respondió: - Soy un espíritu como te dije antes, yo te ayudaré en todo lo que me pidas, te protegeré tus espaldas y también actúo de potenciador de hechizos. Ahora di la frase y me vincularé a ti. - Jules contestó: - “Yo Jules acepto el contrato hasta que mi muerte lo rompa”- en ese instante el sello del suelo empezó a girar descontrolado, en la muñeca derecha de Jules se empezaba a dibujar un rombo con una letra en medio. Era la letra “G” en griego. Al acabar el ritual la habitación se iluminó y la luz desapareció de golpe. En ese momento pasaba Myles por el pasillo, al ver ese suceso abrió la puerta para preguntar a Jules si estaba bien. Cuando abrió la puerta la Daga fue directa a Myles. Myles esquivó la Daga de milagro, Jules al ver que lo atacó dijo: - Para Ging.- Ging le respondió: - ¿Él no es una amenaza Maestro?- Jules le respondió: - No, él no lo es. Luego te daré unas instrucciones.- Myles no entendía nada. Jules lo ayudó a levantarse, lo llevó hacia una silla de la habitación y se lo contó todo. Antes de irse Jules se disculpó de nuevo con Myles y se despidió. Cuando cerró la puerta se dirigió hacia Ging y le dijo: - Bueno Ging, vamos a darte unas instrucciones. No ataques a nadie sin que yo te dé permiso. A ver… tendré que darte una señal o decirte alguna palabra para cuando esté en peligro de verdad y no pueda hablar. Tu puedas entenderme… ¡ya sé! Cuando chasque los dedos, esa será tu señal de atacar quien esté enfrente mio. ¿Lo has entendido?- Ging le contestó: - Tiene su lógica. De acuerdo. Entonces de momento no estás en peligro. Eso lo entendí. Por cierto no te dicho una cosa importante. Evita hablar conmigo delante de la gente o pensarán que estás loco. - Jules extrañado le dijo: - ¿Por deberían tratarme como a un loco?- Ging le dijo: - El vinculo que tengo es contigo. Eso quiere decir que solo tu puedes verme y escucharme. - Jules sorprendido le dijo: - Y porque no lo has dicho antes...- Ging se río y le dijo: - Porque era mucho mas divertido ver como te miraba ése mayordomo. Venga me voy a descansar. - dijo riéndose mientras volvía dentro de la Daga.  Jules después de eso se fue hacia la mesa ha escribir la carta a sus padres como hacia cada semana, al finalizar se fue directo hacia la catedral de la ciudad. Cuando iba a salir del palacio un Guarda le preguntó a Jules donde iba, porque no podía salir él solo hacia el centro. Jules le dijo que quería ir solo ya que le gustaba pasar desapercibido como hacia antes de llegar aquí, el Guarda le dijo que le llamaría una escolta, pero si él quería estar solo lo estarían vigilando desde una cierta distancia. Jules aceptó y se fue directo hacia la catedral. Al llegar entró, se sentó en un banco mirando hacia el crucifijo y el altar. Al rato de estar en silencio, empezó hablar en voz alta, preguntando cuanto tiempo iba a estar por aquí, a que se debía a que le hubieran reencarnado en éste cuerpo. De repente una voz que venía detrás suyo le dijo: - A lo mejor es porque a mi me queda poco tiempo aquí. Tu y los demás seréis los nuevos Sabios de éste mundo.- Jules se giró de golpe y al mirar al señor mayor le preguntó: - ¡Uno de los Sabios! - Jules se tiró al suelo haciendo una reverencia hacia él. Cuando lo hizo el Sabio le dijo: - Levántate por favor. Eres mi nieto. Me dijeron que estarías por aquí, así que decidí pasar a verte y conocerte un poco. Cuéntame. ¿Has visto la verdadera figura de nuestro Dios en los sueños o aún te da instrucciones?- Jules al escuchar la pregunta le dijo: - Así que no soy el único que viene de otro mundo. Lo veo como si fuera una luz parlante sin forma física. - El Sabio le dijo: - Ya veo. Siéntate conmigo y hablemos un poco. - Jules se sentó al lado de su abuelo. Su abuelo le dijo: - Nosotros nos queda poco tiempo aquí. Éramos cinco, pero con el tiempo la edad no perdona, ahora solo quedamos dos Sabios. Cuando llegamos éste mundo estaba en un caos. Fue un duro trabajo hacer las paces entre las razas, poner fronteras, etc. Había mucho odio entre ellos. Tardamos quince años en poder tener la paz entre territorios y aún nos quedan algún que otro problema que arreglar. Lo malo que lo tendrás que hacer tú y los otros cuatro. Deberás embarcarte en una aventura con tu amiga Venelope y mientras viajas encontrar los otros tres miembros del grupo. Tienes que crecer como mago, mejorar tus habilidades para cuando te encuentres con Xizzko poder hacerle frente. Piensa que lo tendréis que hacer en equipo como una familia. - Jules le dijo: - Así que mi propósito en ésta vida es liderar un grupo de aventureros acabar con el mal y luego convertirme en Sabio para prosperar la paz… Y yo que me quejaba de la vida aburrida que tenía antes. - El Sabio le contestó: - Mira el lado bueno. Yo pensaba como tú y era como tú en mi vida pasada. Y es lo mejor que me ha pasado. Pude aprender de la gente, de las diferentes razas y de las culturas que hay en éste mundo. Al acabar te sentirás lleno de vida, ésa sensación es muy reconfortante. Bueno yo me tengo que ir, éste cuerpo necesita descanso. Por cierto recuerda pasarte por el bazar, en la tienda de artículos de magia. Le dices al dueño de la tienda que vienes de parte del Sabio Sebastián, te dará un obsequio muy útil en tu viaje. - Jules le respondió: - ¿Que artículo?- Su abuelo le dijo: - Yo sentí la misma frustración que tu cuando luché por primera vez con Xizzko. Ése objeto te servirá cuando luches contra él. - El Sabio se levantó, acarició la cabeza de Jules y salió de la catedral. Jules le siguió para despedirse y siguió el consejo, se fue hacia el Bazar de la capital. Al llegar a la tienda de artículos de magia, le preguntó al dueño: - Hola señor. Creo que tengo un artículo de parte del el Sabio.- el vendedor le respondió: - Si claro, lo acaba de pedir. Espera que lo busco. - el dueño se fue hacia el almacén. Al rato de estar esperando el dueño salió con una caja pequeña de madera, al abrirla Jules se fijó que era una pulsera con una piedra de color verde, parecía una esmeralda incrustada, la pulsera era de plata con los símbolos de la corona. Jules lo cogió con las manos y el vendedor le dijo: - Es una pulsera que anula los efectos de los hechizos anti-magia. Una vez que te la pones nadie podrá sellar tu magia y podrás utilizarla cuanto tu quieras. - Jules se sorprendió al escuchar éso y le dijo: - Espera un momento… ¡me dices que ya no podré quedarme indefenso! Que ilusión. Gracias, lo guardaré con mucho cariño. Muchas gracias señor y a mi abuelo.- El vendedor le dijo: - De nada. Son difíciles de encontrar, espero que te sea útil. Cuídate. - Jules guardó la caja y volvió hacia el Palacio. Al rato volvió al Palacio, dejó el regalo de su abuelo en su habitación y se fue a cenar. Después regresó a su cuarto, antes de irse a dormir Ging le dio las buenas noches y se fueron a dormir.




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