Esto es amor?

2.

Se encontraba caminando a la escuela, como de costumbre iba hablando sola, pero no sola diciendo que veía personas, sino que le parecía apropiado hablar con ella misma. Habrán pasado un par de personas que la veían y pensaban que estaba loca, pero a ella no le importaba, no veía que lo que hacía era de personas locas. 
A eso de un par de calles, se encuentra con el chico misterioso con el cual cruzaba siempre. No sabía que hacer, así que simplemente decidió pasar desapercibida como normalmente hacía, pero en una milésima de segundos, el chico le saluda.-h..hola, te habré visto unas cuantas veces pasar cerca mío y siempre quise saludarte, pero nunca tuve el valor de hacerlo- dijo el chico con algo de vergüenza.-h..ola, yo también te he visto y nunca pude hablarte, como te llamas?- dijo Amanda con tono curioso y con algo de vergüenza. -ah sí, me llamo Harsal, cual es el...- fue interrumpido inmediatamente-AMANDA!perdón, soy Amanda-. Dijo ella casi gritandolo- que lindo nombre- dijo Harsal con las mejillas rojas.

Y así estuvieron los dos hablando un largo rato, hasta que Amanda se percató que estaba llegando tarde a la escuela. Le dijo a Harsal que se tenía que ir, pero este la tomó del brazo y le suplicó que vaya con el, así podían conocerce a profundidad. Ella se negó, pero en el fondo quería ir con el, por más que no se conocieran ella solo quería ver quién era el realmente.
Luego de un rato de tener una guerra en su interior, aceptó ir con el.

De camino a la casa de Harsal, Amanda se comenzó a preguntar si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero por otro lado decidió ignorar eso.- bien, aquí es- dijo Har -que estamos esperando? Vamos- dijo Amanda algo emocionada.
Se fijo que la casa de su nuevo amigo, era realmente lujosa. Tenia muchas cosas de vidrio que parecían ser caras por su aspecto, tenia un sueño reluciente, era fascinante porque era como verte en un espejo, solo que en suelo...
*se cierra la puerta con llave*
-ahora no te irás nunca- le dijo Harsal. Sin dejar que Amanda dijese una palabra, la levantó de la cintura, la puso en su hombro y, la llevó a su habitación, y la soltó bruscamente sobre la cama.
-no me hagas daño- suplico Amanda con lágrimas en los ojos. *Harsal le acaricia las mejillas* -nunca haría nada para lastimarte, Princesa-. Princesa, fue la palabra que le hizo recordar a su madre, lo que la hizo romper en llanto por el simple hecho de que nunca la volvería a ver.



#36801 en Novela romántica

En el texto hay: secuestro, amor, obsecion

Editado: 19.08.2019

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