¿Por qué lo había besado?
Me hice esa pregunta una y otra vez en mi cabeza, mientras caminaba por las calles con las manos en los bolsillos. Si hubiese podido hubiese pateado algo para sacar mi frustración.
¿Por qué lo había besado?
Woo Hyun había aparecido de la nada, cruzando la mitad del departamento como un rayo y se había plantado junto a Sung Jong. Ví el miedo en el rostro de este último.
Abrí la boca para soltar alguna excusa, pero Woo Hyun ni siquiera me miró, se limitó a abrazar a Sung Jong durante algunos segundos para después comenzar a regañarlo.
—¿Por qué no respondías el teléfono?
—Es que...
—¿Sabes lo preocupado que estaba?
—Lo siento, pero...
—Pensé que algo te había pasado. Incluso llegué a pensar que el tío...
—¡Woo Hyun!
Fue esa la primera vez que ví a Sung Jong levantarle la voz a su hermano.
—Estaba preocupado.
—Lo sé y lo siento.
Fue entonces que Woo Hyun se percató de mi presencia.
—Sung Kyu dijo que tú lo encontraste.
—No tienes que agradecerme.
—No iba a agradecerte.
Pero por la cara que puso me di cuenta que lo había ofendido. Hizo un puchero idéntico al de su hermano menor y se volvió hacia él de nuevo.
Miré hacia la puerta, pero Sung Kyu no apareció.
Sin decirles nada a esos dos abandoné el departamento para ir a buscar a mi hermano.
¿Por qué rayos había besado a Sung Jong? ¿Qué parte de mi había considerado siquiera la posibilidad de sentirme atraído por ese chico?
¿Por qué precisamente él?
Me hubiese traído menos dolores de cabeza si hubiese sido Sung Yeol.
Casi a punto de llegar al punto donde me había encontrado con Sung Jong vi a mi hermano. Iba a paso lento, pero visiblemente preocupado.
Me detuve, esperando que él llegara hasta mí.
—L, ¿cómo está Sung Jong? —fue lo primero que quiso saber en cuanto me vio.
—Bien. Lo he dejado con Woo Hyun.
—Así que ya llegó —se rascó la cabeza —esperaba que pudieras hablar un poco con él antes.
—¿De qué tendría que hablar con ese chico? —salté, a la defensiva.
—Tienen la misma edad, podría confiar en ti —volvió a rascarse la cabeza —me temo que algo le preocupa.
—Lo único que debería preocuparle ahora es que los Black Eyes vuelvan a molestarlo.
—Sobre eso. He ido a hablar con Chul Moo.
—Ya lo había hecho yo.
—Lo sé, pero una segunda advertencia no esta de más.
Echamos a andar rumbo al departamento.
—Eso fue muy temerario de tu parte, Sung Kyu —dije entonces —su número se ha duplicado. Está vez no ganarías.
—También sé eso —respondió, pero no añadió nada más. Sin embargo, noté que estaba realmente preocupado.
Al llegar al departamento vimos a los hermanos sentados en el sofá. Sung Jong volvió el rostro, pero cuando nuestros ojos se encontraron se apresuró a apartar la vista. Tenía las mejillas rojas.
¿Por qué lo había besado?
Pensé que esa pregunta podría atormentarme por el resto de mi vida.
—Sung Jong, me alegra ver que estás bien —comentó mi hermano, quitándose el abrigo.
—Gracias.
—Sung Kyu, ¿quienes son esos tipos? —exigió saber Woo Hyun.
Sung Kyu soltó un suspiro y tomó asiento frente a ellos.
—Son una pandilla. Se hacen llamar los Black Eyes, su líder es Chul Moo.
—¿Y por qué molestaron a Sung Jong?
—No es nada personal —repuso Sung Kyu —les gusta molestar chicas. Seguramente se confundieron.
Ladeé la cabeza. ¿Nada personal? Así que Sung Kyu no pensaba contarle la verdad a Woo Hyun, ¿eh? Bien, era su asunto.
—Pues aunque se hayan confundido no estaré tranquilo sabiendo que andan sueltos por ahí. Sung Jong tiene que ir mañana a la escuela, ¿que tal si se los topa de nuevo? No puedo acompañarlo debido a mi trabajo y lo sabes, Sung Kyu.
—Cálmate, Woo Hyun. Los Black Eyes no suelen mostrarse de día —no me pasó desapercibido su intento por suavizar las cosas, ya que no dijo lo que siempre solía decir: que esos tipos no atacan de día —y además L irá con él y también lo acompañara de regreso.
Sung Kyu me dedicó una mirada. Como si acaso no lo hubiese estado haciendo los dos últimos días.
—¿Y qué hay con sus clases de canto?
—Puedo dejar de ir —escuché la pequeña y suave voz de Sung Jong.
Nuestras miradas volvieron a cruzarse y sentí un escalofrío recorrer mi piel ante esto. Sung Jong tenía los labios entreabiertos y desde mi sitio alcanzaba a verselos un poco hinchados, aunque no creía haberlo besado con tanta fuerza.
Haberlo besado...
Sentí una opresión en el pecho. Algo que no había sentido antes.
¿Por qué lo había besado?
—De eso nada, Sung Jong. Seguirás tomando esas clases —le respondió Woo Hyun, aferrado a sus locas ideas.
—L también puede acompañarlo —ofreció mi encantador hermanastro, por completo ajeno a mi sufrimiento emocional.
—No sé si la idea me agrada —replicó Woo Hyun, mirándome con odio.
La idea tampoco me agradaba, pero me agradaba mucho menos que Chul Moo y los otros volvieran a acercarse a él.
—Lo haré —respondí y me di la vuelta para ir a mi habitación. Ya había tenido suficiente. Necesitaba pensar las cosas y aclarar mi cabeza.
—Myung Soo —me sorprendió la voz de Sung Jong detrás de mí.
Me detuve.
—¿Qué?
—Muchas gracias por todo.
Volví el rostro.
No. No. No.
Intenté negarmelo una vez más, pero ya no había caso.
Al ver su rostro sonriéndome de esa manera supe cual era la respuesta.
¿Por qué lo había besado?
Porque Lee Sung Jong me gustaba.