35. Te gusta

Ahora entiendes que mi vida es una mierda llena de apariencias...

Si, esas palabras habían resonado en mi mente. Casi eran ecos inundando toda mi cabeza.

—¿Pero que estupideces hablas? —sonreí un poco, Levante la mirada, lo que acababa de decir me sonaba mas a un chiste o quizas una simple broma. Para mi sorpresa su mirada seguía fija y quieta en el suelo.

—¿Estupideces? —se volteó a mirarme —¿realmente piensa que lo de que mi vida es una mierda llena de apariencias es una estupidez?

Tragué saliva, su mirada intensa no me permitía estar lo suficiente tranquila.

—P-Pues.... te conozco, quiero decir, toda la escuela te conoce. ¿Crees que jamás te analice cuando caminabas por los pasillos? ¿recuerdas cuando ni siquiera notabas mi existencia? Bueno, pues mis ojos estaban puestos sobre ti cada que cruzabas con tus amigos.

Entre cerró los ojos, y no pude llegar a descifrar si aquéllo significaba enojo, preocupación o simplemente desinterés —¿enserio crees que eso me hace una persona más importante? 

Quise justificar mi respuesta —Pero tu te veías tan seguro, tan inalcanzable, casi parecía que te valía pasar por encima de todo el mundo y yo...

—Escucha —el hizo una señal para que me callara.

Ladee la cabeza sin embargo guardé silencio —¿no lo entiendes? ¿aún no lo captas? —replicó, apretando con más fuerza mi mano.

—No... la verdad aún no entiendo a que quieres llegar.

Pone sus ojos en blanco.

—Dime algo, ¿de que sirve todo eso cuando... —para instantáneamente, y con esto consigue que me quede a medias.

Asiento puesto que quiero que siga.

Tyler suspira.

—De que sirve que todos piensen que tu vida es perfecta cuándo tu mismo eres consciente de que... —me jala de pronto el antebrazo.

—Cuando tu eres consciente de que —le miró a los ojos, estoy tan cerca de el que puedo sentir su respiración. Mis manos ahora se sienten resbaladizas y su agarré es mucho mas profundo e intenso —de que tu vida real es una mierda.

Su mano libre de un segundo para el otro pasa a mi cuello acercandome aún mas a sus labios. No puedo evitar agachar la mirada, sus dientes muerden sus labios para posteriormente mojarlos apenas un poco con su lengua.

De repente siento mis labios secos, quiero remojarlos de la misma manera que el, pero el tiempo no juega a mi favor, y en menos de lo que pienso siento una calidez chocar en esa zona, la cual viaja por todo mi cuerpo.

Abro los ojos, nisiquiera me habia dado cuenta del momento en que los había cerrado. Y me encuentro con los labios de Tyler sobre mí.

El castaño aprieta apenas un poco mi cintura, mientras muerde mis labios, de cierta manera esa sensación me gusta y mucho.

Y cuando menos me lo esperé paro lo que estaba haciendo, creí que solo se alejaría pero, me tomo de ambos brazos haciéndome parar de la silla enseguida.

Frunci el ceño y pude notar que el lo notó —¿que ha... —le grité medio enojada, pero me callé en el momento en que este me volteó quedando mi espalda pegada a su pecho.

—Eres un demente... —alcance a decir antes de sentir sus labios succionar mi cuello, —¿q-que haces? —traté de soltarme, pero fue inevitable para mí no soltar un quejido que sonó más como un gemido.

Agache la cabeza, dejando que todo mi cabello tapara el rubor de mis mejillas.

Su mano se posicionó sobre mi clavícula, alcanzando un mechón de mi cabello el cuál puso atras de mi oreja para darse paso aún más por mi cuello.

Una enorme sensación de placer inundó todo mi cuerpo.

—Se que te gusta —me susurró con sus labios apenas palpando un poco mi cuello.

—N-No —traté de formular palabras, sabiendo que las suyas eran ciertas, malditamente ciertas.

—Empiezo a creer que eres tonta conejito —me dio media vuelta con una gran fuerza y de una manera brusca —deja de temblar tanto que me haces más difícil dejar marcas, mis marcas.

Su comentario tan desubicado y fuera de lugar me toma desprevenida y por ende doy un par de pasos hacía atrás —yo... yo creó que mejor vamos adentró porque empieza a hacer frío —finjo sobar las palmas de mis manos contra mis brazos, pero este detiene mis movimientos enseguida. 

Su mano se recarga en mi hombro. Entonces su dedo índice se desliza desde mi clavícula hasta mi cuello —¿segura? —escuchó su ronca voz y con ello su sonrisa irónica —porque según lo que yo veo estas sudando.

Y no era mentira.

¡Maldita sea! Era cierto, era muy cierto.

Carraspeo un poco mientras agachó la mirada, la cuál no tardó mucho en levantar enseguida. Sigue ahí parado, mirándome mientras su mano lentamente llega a la parte trasera de mi cuello.

Entonces en ese momento me di por vencida. Agache por unos segundo la cabeza, analice el pequeño charco de agua debajo de la banca, el cuál reflejaba el brillo de la luna y con ello la cabeza de Tyler quien me observaba.

Tomé aliento y me alente a mirarlo de nuevo.

—¿Piensas burlarte de mi ahora? Pues hazlo. Te dejaré hacerlo, ya no revirare si lo haces —contesté arrugando apenas un poco la comisura de mis labios.

Cerré mis puños con fuerza... y si, lo estaba haciendo. Mis oidos resonaron fuerte cuando lo escuche, una sonora carcajada salió de sus finos labios.

El me miró quieto en su lugar, como si esperará una respuesta en mi lugar, su sonrisa cínica seguía allí intacta; lo único que hice fue mirarle mal.

Di media vuelta enojada. El se estaba burlando de mí en mi propia cara.

Apenas di dos pasos me vi detenida por algo que sostenía mi brazo derecho, aquéllo era su mano.

—¡Déjame! —le grité soltandome. 

—Dijiste que podría reirme y no revirarias si lo hiciera —afirmó con tono burlón.

Y ahí estaba el. Ese era el verdadero Tyler Stones, al menos el Tyler Stone que todos conocíamos.

—¡¡¿Realmente que maldito problema tienes conmigo?!! —estaba realmente enojada. Por primera vez mi corazón temblaba de la furia. Comenzaba a sentir que el trataba de jugar conmigo. Primero se acercaba a mí y luego se burlaba de mi en mi cara, aunque inicialmente yo le habia dado la idea de hacerlo.