CAP 34: La llegada de Ryusui Nanami

Había pasado un mes desde el final de la guerra, pero lamentablemente, la grave herida que Tsukasa recibió, hizo que Senku tomara la decisión de criogenización, y aunque tomar aquella decisión fue difícil, era lo único que podía hacer para salvarlo, después de todo, si lograban encontrar el método de la petrificación, podrían sanar y revivir a Tsukasa.

Por otro lado, Nyoko acogió a Mirai en su casa junto a sus niños, obviamente, Hisui y Mirai se volvieron muy unidas, ya que tenían varias cosas en común.

Sin embargo, el nuevo objetivo era ir a la isla donde los astronautas y El padre de Senku habían descendido, por lo tanto, necesitarían de un barco para navegar las olas del mar, por lo que Gen sugirió una competición para diseñar el barco que se usaría. Magma era el más emocionado, ya que era una buena oportunidad para demostrar que él sería un mejor jefe de aldea que Senku. Y, sin dar opción,  jaló a Nyoko a su equipo aprovechando que ella había diseñando la mayoría de los barcos que la aldea Ishigami contaba. Dato que a Senku habían olvidado mencionar.

El día siguiente apareció, y para mala suerte de Magma, las habilidades de Nyoko fueron aplastadas por la propuesta novedosa de Senku. Volviendo a todos en la aldea motivos por lo que realizarían.

—Gracias Nyoko—dijo uno de los aldeanos al recibir un poco de agua.

Tanto Nyoko como sus niños y Mirai, se comprometieron en llevar agua a los trabajadores para que así no se deshidrataran.

Nyoko sonrió y siguió su camino, observando el gran tamaño que sería el barco. Desde que llegó a la aldea, siempre sintió fascinación por la construcción de barcos, no le importaba el tamaño, le era fascinante poder sacar al ojo las dimensiones y los pasos a seguir para su construcción.

Una fresca brisa acarició su rostro mientras una lágrima traicionera se resbalaba por su mejilla,  cómo estrañaba ver la encantadora sonrisa de Ónix mientras construía junto a sus colegas, uno de los barcos que diseñó.

No muy lejano, Senku la observaba desde la distancia, apreciando la gentileza de sus actos a la vez que veía como sus niños se acercaban por su tras, asustandola en el proceso mientras los niños reían de aquella fechoría. Sin duda, oír aquella risa, le alegraba el día. Pero el tiempo era oro y necesitaban de un profesional que supiera navegar por los mares, por lo que al se dirigió a la chica reportera Minami, ella era la encargada de la información de quiénes eran los que se despetrificarían.

—Se de alguien, pero no lo recomendaría—expresó Minami preocupada.
 

(***)

Senku, junto a un pequeño grupo conformado por: Minami, Taiju, Kohaku, Nikki, Magma y Nyoko; surcaron por las aguas en un pequeño bote hacia una isla cerca de ahí. Y mientras Magma y Taiji se encargaban de conducir el barco, Nyoko disfrutaba de la brisa y del viaje, era la primera vez después de tanto tiempo que subía a uno y definitivamente, extrañaba mucho subir a ello.

 «Parece que no tengo que preocuparme de más» pensó Kohaku aliviada viendo cómo su amiga tocaba el agua salada con sus dedos. 

—¿Segura que encontraremos a alguien que sepa navegar un barco velero?—preguntó Nikki.

—Definitivamente—respondió Minami viendo que se aproximaban a la isla—La academía Nanami es una escuela naval y estoy segura que entre sus barcos deben de haber también veleros.

—En ese caso—dijo Senku cuando el barco tocó tierra firme—¡es hora de la excavación de estatuas!

—¡Déjalo en nuestras manos!—gritó Taiju y junto a Kohaku, Nikki y Magma, empezaron con la labor luego de desembarcar.

—¡Que energía!—comentó Minami asombrada mientras que Nyoko desde el barco pescaba lo que comerian.

Pasaron unas cuantas horas y ya habían apilado un pequeño grupo de estatuas mientras el pescado asado ya faltaba poco para que esté listo.

—¿Y a quien escogeremos?—preguntó Kohaku viendo las estatuas.

—Bueno—habló Minami—, según mis investigaciones como reportera, he llegado a conocer a algunos de ellos por lo que el más calificado sería...—su voz se cortó al reconocer la estatua que estaba frente a ella—…¿Por qué… Ryusui está aquí—comentó para sí con un escalofrío recorriendo su espalda.

—¿Ryusui?—repitió Kohaku.

—Ha de ser bueno para que lo hayas nombrado—comentó Senku con una sonrisa de satisfacción.

—...Este hombre es Nanami Ryusui, hijo del dueño de la academía y conglomerado Nanami, quien es considerado como el rey de la industria de la navegación, su padre le inculcó a él y a su hermana el gusto por los navíos. El hijo mayor, Ryusui Nanami, era un mocoso muy extravagante con una afición a coleccionar en botellas, distintos modelos de barcos y coches. Y cuando llegó a la secundaria, obtuvo su propio barco velero con el que viajaba en vacaciones con su hermana a todos los lugares del mundo.

—Si fue capitán desde secundaria, ¡a de ser muy bueno!—comentó Taiju entusiasmado.