Coloco los documentos en la canasta de la bicicleta y suspiro.
-solo será rápido -Miro los contratos
-esto habrá enojado a Sofia
Para la suerte de Eydan el local estaba repleto de gente por lo que solo entro y entrego los documentos, solo dijo palabras de saludo y nada más, cuando se fue pudo ver de reojo a Leah quien sonreía a cada cliente.
Aunque solo era de cortesía la chica tenía una linda sonrisa.
Cuando regreso a su oficina fue llamado por Álvaro
- ¿tomarme tres días libres?
-sí, aunque los domingos no trabajamos, así que toma tus cosas y relájate, sobre todo despeja tu mente. Piensa en ti y en el futuro
- lo que haya dicho ese doctor está mal.
-mira no se si está bien o mal porque no soy médico, pero sí sé que algo te pasa además no es bueno para tu cuerpo recibir tanta presión y estrés, tu corazón no lo puede resistir
-yo estoy bien. Soy fuerte.
-lo se. Pero yo no
- ¿que?
-si algo te sucede…
-ok está bien lo are, descansaré y despejare mi mente
- ¡qué bueno! -sonrió por las palabras de su pequeño primo -Entonces no quiero ver tu cara desde este momento ¡seguridad!
- ¿que?
De repente apareció un hombre muy alto en traje azul quien portaba un arma guardada en un cinturón amarrado en la cintura del guardia.
-sí señor -dijo con su voz gruesa y fría.
-por favor escolte al subgerente Eydan hacia la salida. Tiene prohibido ingresar hasta el lunes
-como usted ordene -el hombre alto se acerco hacia Eydan dispuesto a llevarlo consigo.
-puedo irme yo solo
-por favor Eydan deja que te escolten -insistió Álvaro
- ¡no! -dijo firme -No es por ti Ricardo eres un excelente colaborador
-gracias -el guardia sonrió, su sonrisa era de alguna forma…robótica. Era como mirar la sonrisa de “the terminator” esa película de hace años.
Miro de mala forma a su primo
Maldito traidor dijiste tres días
En teoría era cierto lo que decía entre sus pensamientos, pero su primo Álvaro era un hombre al que le encantaba jugar con las palabras. ÉL dijo “aunque los domingos no trabajamos” entonces no había que contar ese día. Hoy era jueves casi al medio día así que Eydan pensó que su descanso correría a partir desde mañana viernes, Álvaro se aprovecho de su falta de comprensión causado por la sorpresa para jugarle una broma. En resumen, dos días y medio laborables y un día no laborable de descanso, tres días y medio de descanso para la gente normal.
-Ya entendí jefe. No vera mi cara hasta el lunes. Gracias por el descanso forzado -se fue cerrando de un porrazo la puerta de la oficina.
- ¿no crees que tengo un excelente ayudante Ricardo? hasta se rehúsa en tomarse un descanso, es una hermosura.
-las órdenes del jefe no se pueden ignorar
-bien dicho Ricardo ¡dame esos cinco! -dijo alegre
Un poco incomodo Ricardo acepto los cinco del jefe
Ya estando en su departamento, Eydan se tumbó en el sofá y desajusto la corbata.
-pensar es lo que no quiero.
Cerro los ojos y se dejó dominar por el sueño acumulado. Esa misma noche Leah se preparaba para visitar la tumba de su querido amigo.
-bien ya tengo todo para mañana, ojalá te guste mi sazón. Es la comida que preparamos ese día.
Ese día era cuando ambos apenas habían comenzado la etapa de adolescencia. Bastián la había invitado a cenar, pues sus padres adoptivos llegarían tarde. Ese día compraron varios ingredientes y se pusieron hacer un platillo que Leah jamás había escuchado, pero de alguna forma el resultado fue delicioso
-tenías tu talento culinario bien oculto
-solo es por ti
Palabras dulces como esas salían de sus labios desde que se conocieron, antes no los entendía porque eran niños, pero ahora palabras como esas la hacían ruborizar.
-ya…siempre dices esas cosas ¿Por qué siempre eres así? -con timidez se acomodó el mechón de cabello y fingió mirar hacia otro lado.
La acción de una chica común y corriente, una chica normal sin preocupaciones solo crecer estudiar, trabajar y luego formar una familia a futuro, libre de cargar pesadas responsabilidades, pesadas vidas en sus hombros. Le gustaba ver eso, vivir así sin preocupaciones, con tanta libertad.
La corona y el titulo ya no estaban, esos tiempos eran lejanos, no había que preocuparse que ojos maliciosos la miren buscando alguna debilidad en su contra. Todo era más fácil ahora.
-Te dijo esas palabras porque me gustas
- ¿Qué? -antes cuando tenían conversaciones similares las respuestas que obtenía de Bastián siempre eran con alguna broma y Leah siempre le seguía el juego para no avergonzarse de su inútil intento de sacarle algunas palabras al chico.
#32192 en Novela romántica
#15044 en Fantasía
amor desilusion encuentros inesperados, tiempo y dimension, maltrato dolor sufrimiento angustia
Editado: 12.03.2022