Esto no es mío

CAPÍTULO 22: CENA CONMIGO MAÑANA

¿desde cuándo se habían puesto así?

¿Qué paso con las lentillas?

Mas importante

¡él me vio así y no dijo nada!

Eran algunas de las muchas preguntas que se hacia la pobre Leah. Hace poco había salido de una crisis para ahora entrar en otra. Debía de controlarse. Eydan no había dicho nada, solo la vio así después de regresar para llevarla de regreso, todo estaba bien. La chica respiro hondo, se lavó el rostro y se arregló el cabello. Era una mujer que no parecía haber llorado hace rato, su rostro claro estaba bien pulcro, una belleza sin duda.

La chica regreso a la mesa, cuando lo hizo ya habían servido los platillos entre ellos estaba la sopa wonton, esa sopa trajo recuerdos en Leah. Se aclaro la garganta y dijo

-gracias por la invitación.

-no lo agradezcas, te lo estaba debiendo desde algún tiempo.

-¿…?

Ah… es cierto

La chica recordó las veces que Eydan intentaba invitarla a comer, ella siempre lograba esquivarlo, pero esta vez de algún modo sucedió.

-la próxima yo también te invitare algo -para Leah era mejor no deber nada a nadie, si le invitaban algo entonces ella también tendría que hacerlo, aunque con su situación financiera actual, no sería un almuerzo o cena de lujo ¿sería descortés llevarlo a una carretilla? Después de todo este chico era de la gerencia. No pensó en ello por más tiempo y se apresuró a comer lo servido.

El almuerzo fue silencioso, no hubo preguntas incomodas, solo pequeñas conversaciones respecto al sabor de la comida, como; este platillo esta bueno, prueba esto también, etc etc. Cuando terminaron de comer, Eydan insistió en llevarla a su casa, por su lado Leah no podía oponerse ya que todavía se sentía avergonzada por lo sucedió anteriormente.

-Listo -dijo Eydan cuando coloco el cinturón de seguridad en la chica.

-Gracias

- ¿Cuál es la dirección de tu casa?

-No te preocupes solo… -suspiro resignada

¿Querrá saber mi dirección para después tomar represalias contra mí?

No lo culpo, después de todo yo….

Sacudió su cabeza para alejar sus pensamientos. Respiro hondo y le dijo la dirección, Leah solo dejo que la vida se encargara del asunto, si el chico quería denunciarla estaba bien, ella no se resistiría, mientras solo se metiera con ella y no con su prima todo estaba bien. El camino también fue silencioso así que solo se limitó a mirar las calles y de vez en cuando el cielo que estaba un poco despejado.

-Aquí está bien gracias -dijo Leah. Eydan se estaciono cerca de la vivienda.

-No hay de que, esto…

- ¿sí?

-umm…- el chico parecía dudar de sus palabras - ¿podría darte mi número?

- ¿Qué?

-no me malinterpretes, es que dijiste que me invitarías una comida la próxima vez. Es solo por eso.

El en verdad está esperando que lo invite

Lo hecho echo estaba y lo dicho había sido dicho. Leah se aclaró la garganta y sonrió amablemente como lo hacía con los clientes del restaurante.

-es verdad, dime tu número para agregarte -sonrió amablemente, hasta casi se podía observar brillitos alrededor suyo para acompañar la atmosfera, a lo cual Eydan evito reír a carcajadas y solo se aclaró la garganta para disimular.

Una vez dada la información, la chica se apresuró a entrar y subir las escaleras para inquilinos sin mirar atrás. Solo de despidió con un;

-gracias por el almuerzo y disculpa por lo de antes. Te contactare para la próxima reunión.

Una vez que llego al piso de su alquiler, se dispuso abrir la puerta con llave hasta que escucho una voz conocida e indeseable.

- ¿Por qué estas tan ansiosa por abrir la puerta? -dijo Iván. Leah se congelo al escuchar su voz.

- ¿tú qué haces aquí? ¿no deberías estar en el restaurante?

- ¿Por qué no me vez cuando me hablas? -pregunto Iván. Leah no quería voltear su rostro, no sabía si sus ojos habían cambiado de color o seguían siendo rojos. No quería mostrar su falta de control a este colega suyo.

- ¿es necesario verte para hablar contigo? No creo que sea necesario -segundos después solo lo ignoro y siguió metiendo la llave. La cerradura estaba vieja y algo oxidada por lo que había que poner un poco de presión para abrir la puerta.

Iván solo ignoro el comentario grosero de la chica.

- ¿Te ayudo? -coloco sus manos encima de las manos de la chica y finalmente abrió la puerta -listo ya esta

Leah oscureció su rostro y finalmente la volteó para mirar la cara del chico que la estaba acosando.

- ¿Qué crees que estás haciendo? Suéltame -su tono era frio como el hielo. Iván solo la miro y no hizo caso a sus palabras.

-Tus ojos son rojos ¿No te dijo nada la gente? ¿no te miro como un bicho raro?




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