Adrián
Me sentía bien por todo el gran progreso que han dado mis esfuerzos, es como ver el inicio del resultado, mientras pensaba esas palabras se me acercan tres compañeros que son grandes amigos mío.
-Heeey Adrián, estás muy pensativo, qué cosas piensas, he…
Ese fue el saludo de Simón, cosas que solo se esperan de él. Y Richard le sigue la corriente diciendo:
-De seguro está pensando de qué trató el examen de ayer, jajajajaja…
Es inevitable reírse si esos están cerca. De reojo pude ver a Manny que al parecer se quería unir, pero le dio vergüenza según noté, bueno esto es unos de los momentos más difícil de la amistad, elegir cuál es más importante.
Después de cinco minutos llegó el profesor y todos se colocaron en sus butacas. Yo me quedaba pensando en que cómo se habrá quedado Manny por este momento tan inesperado, él debe de pensar que no solo él es mi amigo, hay otros que, igual que él, tienen el privilegio de ser mi amigo, solo espero que no se sienta mal.
Una vez acabada la clase, me acerqué a Manny y le pregunté que, si quería hablar de algo, por lo contrario, solo me miró y siguió caminando, pues, insistí diciéndole:
-Para eso estamos, para hablar, comunicarnos, desahogarnos, para sentirse apoyado, para aconsejar, y si no me dices que tienes o qué hay que mejorar, no lo podré hacer.
Giró a verme con una cara de tristeza y haciendo seña con la cabeza me dijo que lo siguiera, luego comenzó hablar:
-A pesar de que no somos amigos a profundidad, cuando te vi con esos compañeros sentí celos de ellos, no sé a qué va eso, pero se me fue inevitable sentirlo.
Sonreí y después, le dije:
-Es normal, pero debes de entender que hay otros amigos de importantes como tú hacía mí.
Mientras, caminábamos íbamos hablando, hasta que llegamos a su casa ya que era la más cercana, yo seguí de largo hacia la mía. Noté algo maravilloso de Manny, él es muy bueno escuchando, es algo extraordinario en una amistad, creo que esta amistad dará frutos.
Llegado el fin de semana, lo he invitado a un centro comercial para compartir un poco. Fuimos a diversos juegos, comimos donas, vimos una película y luego nos fuimos al parque para hablar un poco, resulta que también es muy bueno aconsejando. Se podía sentir la felicidad que tenía, al parecer tenía mucho que no salía a distraer la mente. De repente me agradece:
-Gracias…
-No tienes que agradecerme, por algo somos amigos, ¿No?
-Pero de todos modos esto es más que por una simple amistad.
-No es una simple amistad, es una verdadera amistad.
Me miró con asombro y yo solo le sonreí y le pregunté:
- ¿Verdad?
-Ssi.
Todavía era un poco tímido, se podía sentir en su vos, pues, le di una palmada en la espalda, mencionándole:
-Tienes que dejar esa timidez que tienes y más conmigo.
-Está bien.
Esta vez lo dijo muy confiado de sí mismo, ya estaba dando un gran paso y no conmigo, sino, con su vida.
Manny
No tengo palabras paro lo que fue el día de hoy, de verdad que fue inolvidable, necesitaba esto de verdad que sí.
Eran las 8:30 p.m., me encontraba en mi casa, ya era hora de cenar, pues, bajé al comedor y me encuentro con la sorpresa de que solo estaba mi tía, me dio curiosidad de preguntar y lo hice:
- ¿Dónde está tío?
-Él tuvo que trabajar hasta tarde, por hora extra.
Seguí comiéndome la cena, y fue inevitable ver a mi tía, ya que se estaba riendo, le pregunté:
- ¿De qué te ríes?
-Vamos, dime qué tal te fue hoy.
Respiré hondo, y le contesté con una sonrisa en el rostro:
-Hoy fue uno de los mejores días que he tenido desde hace mucho tiempo.
-Increíble, asombroso, me alegro por ti, deberías tener más días así, por lo menos por ahora para que el dolor se suprima.
Después de unos minutos de charlar con mi tía, me fui acostar, un poco relajado y alegre, emocionado y sin estrés.
Al pasar el tiempo, iba con más entusiasmo a clases, pues ya tenía a un verdadero amigo. Hoy quiero hacer otros amigos. No hay mejor momento que hoy, ya que se estábamos decorando la escuela para una actividad de aniversario de la misma. Surgió de repente una necesidad de dos personas para pintar un cartel enorme, pues yo sé y me gusta pintar, me ofrecí con el objetivo de que podría formar otra buena amistad.
Nos pusimos en marcha a dibujar las letras, pero había algo que me inquietaba de esta persona, ni saludo, ni se presentó, ni nada, él es como un poco tímido u orgulloso. No podía perder la oportunidad y empecé yo:
-Hola, soy Manny…
Me miró extraño y después de unos segundos dijo: