Te conocí bajo la luz de la luna, acompañado por conocido, hipnotizada por tu mirada, que para mí era un misterio, como si estuviera ocultando un crimen que te da mucha intriga que quieres arriesgarte a descubrir.
Tu figura alta se quedó clavada en mi mente, al igual que tu fragancia, afecto tanto en mi mente que a la hora de escribir un poema o una rima nada más tú y solo tu llegaba a mi mente, como si fuera una condena donde no hay abogado que te salve de ella.
Al parecer te agradé en el momento que me escribiste por privado aparte del chat grupal, en ese mismo instante pensé que había captado tu atención (si, lo sé, muy rápida) pero tan rápido llego esa ilusión así mismo se fue con tu mensaje.
Lastimosamente sentí impotencia y decepción por tu mensaje.