Etérea

Caoitulo 2

Mis parpados se sienten tan pesados que mantenerlos abiertos es una tarea titánica, el profesor Maxwell no me ayuda mucho a mantenerme atenta a la monótona explicación de la historia de las artes plásticas. No es que esto no me interese, digo, por algo estudio esta carrera y no mercadotecnia como mis padres querían. Entiendo su punto de vista, solo quieren lo mejor para mí pero no han entendido que vivir de tu pasión es cien veces mejor que vivir de algo que no te gusta pero te dará de comer.

–…Así es como llegamos a la época de la ilustración – Maxwell parece tan apasionado con su relato que no se da cuenta de que media clase ha caído rendido en sus lugares – esto fue un parte aguas en la historia general, ya que la iglesia católica perdió muchísimo poder y se da entrada al verdadero libre albedrío…

La campana sueña y nos vamos antes de que el profesor pueda dejar trabajos sorpresas, suficiente tenemos con el final de parcial y la entrega de calificaciones finales. Quien diría que llegaría hasta el cuarto semestre, a veces ni si quiera yo me lo creo, no me malinterpretes soy buena chica, solo un poco floja. Voy rumbo  a la cafetería para pedir un café, irónico ¿no? Pues sí, este es el líquido que más se consume en estos tiempos de desesperación.

– ¡Nino! – Gritan tras de mí y siento unos brazos robustos rodear mi cintura – ¿estas libre esta noche?

–Claro que no, es final de semestre.

Luca hace un puchero y se cuela en la fila tras de mí, ganándose algunas miradas de reproche pero ningún comentario. El nivel de estrés aun no nos hace ser animales rabiosos pero no falta poco. El implacable viento entra por las angostas puertas y todos nos cerramos los abrigos, además de soportar la presión de entregar trabajos finales hay que aguantar las heladas típicas de esta época del año. Luca me abraza y yo recargo mi cabeza sobre su hombro.

–Y… ¿Terminaste el trabajo de Sossa?

–Dios no, voy a tener que trasnochar para arreglar detalles.

–Ese perfeccionismo te va a terminar por matar, Nino. Vi esa mí y es fabulosa además Sossa te adora, eres su alumna favorita.

–Ojala pudiera decir lo mismo de Tello – Suspiro sonoramente y me gano una risita ronca de mi amigo.

Cualquiera que no nos conociera y nos viera pensaría que somos pareja o que estamos quedando pero no, paren sus trenes prejuiciosos que aquí solo hay una amistad que raya en la hermandad de la necesidad de apoyo. Fuimos un salvavidas mutuos cuando estábamos a punto de repetir una materia y desde hay una particular relación de compañerismo surgió, jamás se me ha cruzado ver a Luca de una forma romántica porque lo tengo como la viva imagen de hermano mayor y mejor amigo, algo romántico entre nosotros jamás podría surgir.

–Eres tan escuálida, sin todo esto – sujeta mi abrigo – ni si quiera te daría calor.

–Silencio gordo ¿acaso no te has visto en un espejo? Tus lonjas salen por doquier.

Ambos reímos y avanzamos en la fila hasta que una mujer corpulenta y mirada cansada nos atiende, pagamos y con el tiquet esperamos a que nuestras bebidas salgan, las preparamos y nos vamos a una mesa apartada del bullicio para conversar cómodamente. Luca le da un sorbo a su café y nos ponemos manos a la obra. Una de las ventajas de esta amistad es que compartimos la carga de los trabajos. Mientras que él se ocupa de las investigaciones yo le paso los apuntes y entre los dos aterrizamos los conceptos de los trabajos prácticos.

 –Necesito que me hagas un favor – habla tan repentinamente que me da un micro infarto. – déjame quedarme en tu departamento esta noche...

– ¡¿De nuevo?! – gruño molesta.

–Por favor Nino, Dalila consiguió mi dirección y no me la quito de encima…

–Solo  tíratela y ya está, problema resuelto.

–No es solo sexo, ella de verdad quiere algo serio conmigo…

–Y como el hombre que eres huyes del compromiso de las relaciones humanas.

–Ni si quiera me gusta – Frunce el ceño, asqueado – es todo lo que no me gusta en una mujer.

–Creí que esa era yo – digo en tono fingidamente ofendido.

–Tú me caes bien, además no eres una obsesiva controladora… bueno, no todo el tiempo.

–Mi corazón podrá soportar tu rechazo Luca, sabes que solo estoy contigo por conveniencia.

Ambos nos miramos y sonreímos divertidos.

–Entonces es una buena relación.

–Así es pequeño saltamontes.



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En el texto hay: magia negra, misterio suspenso, magia blanca

Editado: 30.05.2018

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