El pequeño Grugnil es despertado por Escar.
Grugnil se alista, se puso un abrigo de piel y salió con Escar rumbo a los árboles. Escar guio a Grugnil hacia una pequeña explanada y le pidió que se sentara.
Escucha ¿Tú quieres ser un Gran guerrero? – pregunto Escar
Grugnil miró a su maestro, parecía mirarle serio, entonces recordó la imagen de su padre, había escuchado las historias que su madre le contaba sobre su padre, de como con su hacha había derrotado las fuerzas enemigas en las fronteras o como una vez se enfrentó a un ejército de 200 hombres y salió victorioso. Sin duda alguna Grugnil estaba fascinado por las acciones estoicas de su padre, y de su lema “Un Gran guerrero jamás retrocede, ni flaquea, solo sigue adelante”
Recordando aquel lema de su padre, Grugnil se llenó de valor.
Si, maestro, yo quiero ser un gran guerrero – dijo con unos ojos llenos de convicción.
Escar suspiró y cerró los ojos un momento.
Bien, entonces empecemos – dijo Escar, entregándole una vara.
¿Maestro? – preguntó Grugnil con duda
Esa vara que tienes será tu arma, familiarízate con ella porque te acompañará hasta tu prueba final – dijo Escar mirando al niño.
En el clan ZorroMaldito hay dos pruebas para los que quieren convertirse en guerreros. Primero, está la Prueba de las Dos Piedras. Segundo, la prueba del Orgullo. Como mi discípulo deberás pasar las dos pruebas como el mejor, así no deshonraras la sangre de la familia, pero primero debo entrenarte – dijo Escar moviéndose de un lado al otro.
Eres débil chico, eres pequeño, sin músculos y sin destreza, pero eso se puede arreglar, todos los días entrenaremos aquí, tomaremos un descanso al medio día, luego volveremos y en la noche, regresaras al hogar para dormir. Sin distracciones y sin juegos ¿entendido? – dijo Escar con un tono amenazante.
Grugnil asintió en silencio, su convicción era más fuerte que su sentido común, pero nadie le culparía, después de todo solo era un niño de 4 años.
El entrenamiento diario de Grugnil consistía en flexiones con la vara, trote durante 15 minutos, puños al aire, ejercicios de respiración, patadas al aire, trepar arboles con bolsas de tierra en los pies y manos y casería. Durante el entrenamiento Grugnil sufrió heridas de mano, rasguños en el cuerpo, desgarres musculares y heridas abiertas en brazos y piernas. Grugnil sufría cada día de su entrenamiento, el fuerte dolor hacía cada vez menos pensara como un niño, Escar le ayudaba dándole ánimos y recordándole la meta de ser un gran guerrero.
Grugnil se volvió hábil y creció mucho, 4 otoños pasaron y ahora Grugnil medía poco o más de un metro setenta, su mente se había agilizado y era un gran cazador, vestía la piel de un lobo gris como capa y la piel de un oso negro como cinturón.
El niño Grugnil actualmente tiene 8 años, se desenvuelve bien en la cacería, aunque case con un cuchillo. Su altura es el promedio en términos de los humales, sin embargo, su contextura es algo delgada y su rostro afeminado.
Grugnil había recibido de Escar un cuchillo con mango rojo, que utiliza frecuentemente en sus caserías, el pequeño zorro que lo seguía, naturalmente se volvió más grande y ahora solo era un zorro.
Grugnil lo bautizó como Jin, el zorro, porque cuando come carne pareciera que digiera Jin.
Jin y Grugnil son inseparables, incluso en el entrenamiento. Los dos se comunican entre sí, Grugnil hablándole y Jin, ladrando o haciendo gañidos.
En el Bosque del Eterno otoño habitan muchas criaturas silvestres, en la que destacan los ciervos, zorros, conejos, jerbos, lobos, jabalís y aves.
Un jabalí de tres cuernos estaba bebiendo agua cómodamente, estaba solo, no había otro animal que le acompañase; las hojas de los árboles se balanceaban, los arbustos resistían el frio roce del viento, las flores dejaban caer sus pétalos, el ruido del agua fluyendo se escuchaba en el ambiente junto al cantar lejano de algunos pájaros. De repente, algo emergió entre los arbustos con velocidad, tan raudo y feroz como una bestia que caza a su presa, fue directamente al cuello del jabalí tomándolo por sorpresa, el frio puñal de acero atravesó la dura piel del animal, haciendo que el animal agonice de dolor, soltando gritos y empujes desesperado, sin embargo, el cazador apretó más el puñal y con su cuerpo restringió el movimiento del animal, unos minutos más tarde el animal le dio la bienvenida a la muerte.
*Hiiek*
Un zorro salto desde un arbusto, parecía contento y se acercó al cazador.
El cazador ignoró al zorro y comenzó a desangrar al animal.
*Hieek* *Hiik*
El zorro dio pequeños saltos entre el cadáver del jabalí y el suelo parecía decirle al cazador que la presa también era de él.
Jin, deja de saltar harás que la carne sepa mal – dijo el cazador
El cazador naturalmente era Grugnil, estaba en disfrutando de la caza, esta vez cazó un jabalí, luego de quitarle la sangre, lo amarró y lo llevó en sus hombros hacia su hogar.
En la casa, le esperaba Escar.
Bien hecho chico, te has vuelto habilidoso siendo un cazador, enorgulleces a tu maestro – dijo Escar al ver llegar a Grugnil.
El chico descargó el cuerpo en una mesa de madera que estaba afuera de la casa, desató los nudos y con un machete comenzó a descuartizarlo en pedazos, quitándole la piel y la cabeza primero.
He estado cazando por más de un año en estos bosques, no hay nada ahí afuera que pueda matarme ¿Cuándo me enseñaras a pelear con una espada? – pregunto Grugnil.
Relájate muchacho, sé que eres buen cazador y puedes acertarme algunos golpes en el entrenamiento, pero aún no estás listo para una espada – se detuvo de repente Escar.
¡¡Salgan!! – gritó Escar, tomando su hacha de su espalda.
Detrás de unos árboles apareció dos figuras humales.
Será mejor que guardes tu hacha, Escar, no querrás traer más deshonor al clan – dijo una de las figuras.