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A la mañana siguiente, el sol entraba por las ventanas, iluminando la habitación con un cálido resplandor. Lía ya estaba despierta, revisando su teléfono con una sonrisa traviesa en el rostro.

—Buenos días, dormilona —dijo, lanzándome una almohada—. ¿Lista para el plan de hoy?
Me incorporé lentamente, frotándome los ojos.

—¿Qué plan? —pregunté, aún algo somnolienta.

—¡La fiesta de piscina! —exclamó Lía con emoción—.tu tia nos dio porfin las llaves de la mansión, ¡Hannah la podemos hacer en la mansión de verano que tus padres te dejaron,! Y pensé…¿por qué no hacer una fiesta increíble? Invitamos a todo el mundo, buena música, bebidas, y claro, una piscina enorme para divertirnos.

El entusiasmo de Lía era contagioso, y rápidamente me desperté por completo. La idea de una fiesta en la mansión de verano, con piscina incluida, sonaba como justo lo que necesitábamos para despejarnos y vivir algo memorable.

—¡Me encanta la idea! —respondí, sintiendo la emoción crecer en mí—. Podemos hacerla súper alocada, con un montón de gente, buena música y quizá algunos juegos.

Lía sonrió, sacando su teléfono.

—Ya he hablado con algunas chicas y están emocionadas. Pero necesitamos planear bien. Comida, bebidas, la lista de invitados… y claro, los trajes de baño perfectos.

Nos pusimos manos a la obra de inmediato. El plan de la fiesta tomó forma rápidamente: sería una fiesta de día, con una temática de "verano sin fin", colores brillantes, flotadores extravagantes en la piscina y música que nos mantuviera bailando toda la tarde.

—¡Podemos contratar un DJ! —dijo Lía, mientras anotaba ideas en su cuaderno—. Será la fiesta del año.

Hicimos una lista de personas para invitar, asegurándonos de incluir a todos nuestros amigos cercanos y algunos conocidos que sabíamos que animarían el ambiente. Y, por supuesto, Lía insistió en que debíamos invitar a Taehyung. Aunque una parte de mí dudaba, al final decidí que lo mejor sería seguir adelante y disfrutar de la ocasión sin expectativas.

—Esto va a ser épico —dije, imaginando cómo sería la fiesta en esa increíble mansión con una vista al mar, una piscina infinita y el sol brillando sobre todos nosotros.

Lía asintió, emocionada.
—Y lo mejor de todo es que es solo el comienzo del verano. ¡Estamos a punto de vivir las mejores semanas de nuestras vidas!

Con la energía por las nubes, nos pusimos a organizar todo: encargamos la comida, reservamos un DJ, y comenzamos a enviar invitaciones. Sabía que esta fiesta no solo sería una forma de olvidar los misterios que me rodeaban, sino también una oportunidad para crear nuevos recuerdos inolvidables junto a mis amigos.

El sol brillaba con fuerza en el cielo mientras nos preparábamos para un fin de semana que prometía ser épico.
A medida que el día avanzaba, Lía y yo nos sumergimos completamente en la planificación de la fiesta. Todo comenzaba a tomar forma: habíamos reservado un catering que ofrecía comida fresca y tropical, los cocteles ya estaban pensados —mojitos, margaritas, piñas coladas—, y el DJ había confirmado su presencia, asegurándonos que traería los mejores hits del verano. No podíamos dejar nada al azar.

—Ya tenemos la comida, la bebida y la música, pero ¿qué hay de la decoración? —pregunté mientras revisaba nuestra lista de tareas.

Lía se rascó la barbilla, pensativa.
—Definitivamente necesitamos luces, esas guirnaldas de luces cálidas que hacen que todo se vea más mágico cuando cae la noche. Y flotadores gigantes para la piscina, algo colorido y extravagante. Quiero flamencos rosas, unicornios, todo eso.

Reí, imaginando lo espectacular que se vería la piscina llena de flotadores brillantes bajo el sol de la tarde.

—También podemos agregar antorchas tiki para darle un toque exótico —añadí—. Eso le dará un aire tropical. Y flores, muchas flores.

Con cada detalle que añadíamos, la visión de la fiesta se volvía más clara y emocionante. Al final de la tarde, teníamos una fiesta perfectamente planeada. Todo lo que faltaba ahora era llegar a la mansión de verano de los padres de Hannah y empezar a preparar el lugar.

—Hablando de eso, deberíamos empacar nuestros trajes de baño y algo de ropa increíble —dijo Lía mientras revisaba su armario—. Esta fiesta va a ser de fotos épicas, así que necesitamos vernos perfectas.

Asentí de inmediato, y ambas comenzamos a elegir nuestros mejores looks para la fiesta. No solo queríamos que todo saliera bien, sino que también queríamos ser el centro de atención, lucir fabulosas mientras disfrutábamos del ambiente que habíamos creado.

—¿Te imaginas cómo será la noche? —dijo Lía, emocionada—. Todos en la piscina, con música a todo volumen, la brisa del mar… ¡Va a ser como una escena de película!

Sonreí ante su entusiasmo. La verdad era que también me emocionaba la idea de vivir una noche tan inolvidable. Y aunque en el fondo me seguía preguntando si Taehyung aparecería, decidí no centrarme en eso. Quería disfrutar del presente, dejarme llevar por la emoción del momento.

Al día siguiente, salimos temprano rumbo a la mansión de verano. El lugar era aún más impresionante de lo que recordaba: una enorme casa blanca de estilo moderno, con ventanales que daban al mar, una piscina infinita que parecía fusionarse con el horizonte y una terraza perfecta para pasar el día entero bajo el sol.

—¡Este lugar es un sueño! —exclamó Lía, abriendo los brazos y girando sobre sí misma mientras observaba la casa—. Aquí vamos a hacer la fiesta del siglo.

Nos pusimos a trabajar de inmediato, colgando las guirnaldas de luces alrededor de la piscina y la terraza, llenando la piscina con los flotadores gigantes que habíamos conseguido y organizando las mesas con las bebidas y la comida. Todo estaba listo para que, cuando llegara la gente, quedaran tan impresionados como nosotras.

El sol ya empezaba a ponerse cuando los primeros invitados comenzaron a llegar. Gente con trajes de baño coloridos, risas y música que empezaba a resonar en el ambiente. El DJ montó su equipo en una esquina de la terraza y comenzó a tocar música relajada para ambientar, mientras todos se instalaban y comenzaban a disfrutar.