La noche aún no había terminado, pero algo en mí había cambiado. Sabía que lo que fuera que sucediera con Taehyung, lo tomaría con calma. No había prisa. Todo lo que importaba era que, en ese momento, todo se sentía exactamente como debía ser.
Y con eso en mente, me dejé llevar de nuevo por la música, las risas y la sensación de libertad que la noche nos ofrecía.
La noche continuaba, y aunque la música seguía resonando a nuestro alrededor, sentía que algo había cambiado en el ambiente. Mientras caminaba junto a Taehyung hacia la piscina, aún con nuestras manos entrelazadas, mi mente no podía dejar de repasar lo sucedido en la terraza. La química entre nosotros era innegable, pero había algo más, algo que no podía identificar con claridad.
Cuando llegamos a la zona de la piscina, Lía ya estaba allí, riendo y jugando con otros amigos. Al vernos, levantó la mano en señal de saludo, con una sonrisa que decía más de lo que las palabras podían expresar. Me sentí más relajada al verla disfrutando de la fiesta, recordándome que, al final, esto era lo que habíamos planeado: una noche para disfrutar, sin preocupaciones.
Taehyung soltó suavemente mi mano, pero no se alejó demasiado. Se inclinó hacia mí, su voz baja y casi imperceptible entre el ruido.
—Voy a buscar algo de beber. ¿Quieres algo? —preguntó.
—Un cóctel estaría bien, gracias —respondí, tratando de parecer despreocupada.
Mientras lo veía alejarse, sentí una pequeña punzada de inquietud. No sabía exactamente qué era, pero había algo en el aire que me mantenía alerta, como si algo grande estuviera por suceder. Decidí sacudir esos pensamientos de mi cabeza. No tenía sentido arruinar una noche que hasta ahora había sido perfecta.
Lía, notando que estaba sola, se acercó rápidamente.
—¡Nena! —exclamó, su voz alegre mientras me abrazaba con fuerza—. ¡Esta fiesta ha sido épica! ¡Todo salió mejor de lo que esperaba!
Sonreí, tratando de igualar su entusiasmo.
—¡Lo sé! Ha sido increíble. ¿Estás disfrutando? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
—¡Muchísimo! —Lía hizo una pausa y luego me miró de manera más inquisitiva—. Pero bueno, ahora hablemos de ti. ¿Qué ha pasado con Taehyung? Los vi en la terraza, y no me mientas, hay algo ahí.
Suspiré, sabiendo que Lía no se detendría hasta obtener una respuesta.
—Sí, hemos tenido un momento… intenso, por decirlo de alguna manera —admití, sin querer entrar en demasiados detalles.
Lía levantó las cejas, claramente intrigada.
—¿Intenso? ¡Eso suena interesante! ¿Y qué piensas hacer?
Antes de que pudiera responder, una sensación extraña recorrió mi cuerpo, como si algo estuviera mal. Miré a mi alrededor, pero todo parecía normal. Sin embargo, la sensación de inquietud persistía. Traté de ignorarla, centrándome en Lía.
—No lo sé, Lía. Es complicado. Taehyung tiene algo… diferente. Me atrae, pero también siento que hay mucho que no sé sobre él.
Lía frunció el ceño, claramente curiosa.
—¿Diferente cómo? ¿En el buen sentido o en el malo?
—No estoy segura —respondí sinceramente—. Es como si hubiera algo que está ocultando, pero no sé si quiero saber qué es. —Lía asintió lentamente, considerando mis palabras.
—Bueno, lo importante es que tú estés bien. Si sientes que algo no está bien, escucha a tu instinto. Y si decides seguir adelante, entonces, solo asegúrate de estar preparada para lo que venga.
Agradecí su consejo. Lía siempre había sido directa, pero también sabía cuándo apoyarme sin hacer demasiadas preguntas.
En ese momento, Taehyung volvió, llevando dos cócteles en las manos. Me ofreció uno con una sonrisa encantadora que parecía borrar cualquier preocupación que pudiera haber tenido.
—Aquí tienes —dijo suavemente, mientras me entregaba la bebida.
Le sonreí y tomé un sorbo, disfrutando del sabor refrescante. La tensión que había sentido antes comenzó a disiparse lentamente, reemplazada por la calidez del momento.
—Gracias —respondí, devolviéndole la sonrisa.
Lía, viendo que la conversación entre nosotros se reanudaba, decidió darnos un poco de espacio.
—Bueno, yo iré a ver qué están haciendo los demás. ¡No se diviertan demasiado sin mí! —dijo con una sonrisa juguetona antes de alejarse.
Taehyung y yo nos quedamos de pie junto a la piscina, observando cómo los demás seguían bailando y disfrutando de la fiesta. El agua reflejaba las luces, creando un efecto hipnótico que parecía envolverse en el ambiente.
—¿Qué piensas de todo esto? —preguntó Taehyung de repente, su tono casual, pero con un trasfondo más profundo.
—Creo que ha sido una noche increíble —respondí—. Todo ha salido perfecto, y me alegra haber podido disfrutarla.
Taehyung asintió, pero había algo en su mirada, algo que me decía que estaba pensando en algo más.
—Me alegra que lo pienses —dijo finalmente—. Porque creo que esta noche es solo el principio.
Sus palabras me hicieron fruncir el ceño, pero antes de que pudiera preguntar a qué se refería, la música cambió a una melodía más lenta, y algunas parejas comenzaron a bailar cerca de la piscina.
Taehyung me extendió la mano, con una sonrisa que era imposible resistir.
—¿Bailas conmigo?
Sin decir una palabra, acepté su mano, dejándome llevar por la música y el momento. Mientras bailábamos, sentí que la tensión que había estado entre nosotros antes comenzaba a desvanecerse. Estábamos en sintonía, moviéndonos al ritmo de la música, y por un momento, todo lo demás dejó de importar.
La noche aún era joven, y aunque había muchas preguntas en mi mente, decidí que por ahora, solo quería disfrutar del momento. Lo que fuera que sucediera después, lo enfrentaría cuando llegara.
Mientras bailábamos bajo la luz tenue de las estrellas y el reflejo de las luces en la piscina, sentí que algo en el ambiente cambiaba de manera sutil pero palpable. Aunque estaba en los brazos de Taehyung, disfrutando de la música lenta, una sensación de inquietud se colaba lentamente en mi mente. Era como si el aire mismo se hubiera vuelto más denso, cargado de una energía oscura que no podía ignorar.
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Editado: 26.11.2024