Noah, aunque aún amaba a Mihaela, se dejó llevar por la pasión con Selene una vez que Lucius les permitió retirarse. En sus aposentos, se entregaron a sus deseos, buscando consuelo en la cercanía del otro. Después de su momento de intimidad, permanecieron abrazados, disfrutando de la calma que seguía a la tormenta de emociones.
De repente, alguien llamó a la puerta. Noah, sorprendido, se levantó y se puso una bata antes de abrir. Al hacerlo, se encontró cara a cara con Lucius. La sorpresa fue evidente en su rostro, ya que Lucius había salvado su vida siglos atrás, convirtiéndolo en vampiro. Lucius siempre había visto a Noah como alguien impecable, alguien digno de admiración. Pero ahora, al verlo con Selene, sentía una gran decepción.
Selene, al ver a Lucius, se levantó de la cama y lo miró con desprecio, asegurándose de que Noah no se diera cuenta. No le importó que la viera desnuda, tampoco le importaba a Lucius, ya que sus preferencias eran otras. Selene sin dejar de mirar a Lucius se puso una bata de seda, que le cubría hasta los tobillos. Lucius, con una voz firme, pidió a Selene que se marchara, ya que necesitaba hablar en privado con Noah. Sin rechistar, Selene le dio un beso en la mejilla a Noah y salió de la habitación, dejando a los dos hombres solos.
Lucius entró y encaró a Noah, su expresión llena de desilusión.
—Noah, sé que mi hermana cometió un gran error y hablaré con ella sobre eso. Pero siempre pensé que tú eras más inteligente, que tu amor por Mihaela iba más allá. Nunca imaginé que te rendirías tan fácilmente —dijo Lucius, su voz cargada de decepción.
Noah, sintiendo el peso de las palabras de Lucius, respondió con firmeza.
—Mihaela pasó la línea, Lucius. No puedo perdonarla por lo que hizo —dijo Noah, su voz llena de dolor y determinación.
Lucius, aún más decepcionado, se dirigió hacia la puerta. Antes de salir, miró a Noah una última vez.
—Te arrepentirás, Noah. Y cuando te des cuenta, ya será muy tarde —dijo Lucius, su voz llena de una tristeza profunda.
Con esas palabras, Lucius salió de la habitación, dejando a Noah solo con sus pensamientos y la creciente sensación de que había tomado una decisión que podría lamentar para siempre.
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Mihaela, con el corazón aún pesado por los recientes eventos, fue a buscar a Kai. Lo encontró en la habitación que un guardia le había asignado, una habitación que sería suya a partir de ahora. Kai, al verla, sonrió y la abrazó con fuerza, sintiendo la tensión en su cuerpo.
—Dormiré con Lucius esta noche —le informó Mihaela, su voz suave pero cargada de emociones.
Kai, aunque sorprendido, entendió la importancia del vínculo entre los hermanos. Asintió y la besó en la boca, un beso lleno de pasión y consuelo. Mihaela, dolida por la situación con Noah y Selene, se dejó llevar por el momento, buscando en Kai una forma de olvidar el amor que aún sentía por Noah.
El beso se intensificó, y ambos se dejaron llevar por la pasión del momento. Mihaela sintió cómo el dolor y la confusión se desvanecían, aunque fuera solo por un instante, mientras se entregaba a Kai. En ese momento, nada más importaba que el consuelo y la conexión que compartían.
Kai, consciente de la fragilidad de Mihaela, la sostuvo con ternura, queriendo ser el refugio que ella necesitaba. Sabía que su relación con Noah era complicada, pero en ese instante, solo quería hacerla sentir amada y segura.
Mihaela, por su parte, se permitió olvidar, aunque fuera por un breve momento, el tumulto de emociones que la rodeaban. En los brazos de Kai, encontró un respiro, una pausa en medio del caos que la rodeaba. Y aunque sabía que los problemas no desaparecerían, agradeció ese instante de paz y pasión compartida.
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Lucius, después de dejar a Noah, se dirigió a los aposentos de Nicolae. Sabía que debía hablar sobre el tema de Selene, pero no quería preocupar a su hermana con más problemas. Al entrar, encontró a Nicolae revisando algunos documentos. Nicolae levantó la vista y sonrió al ver a Lucius, pero su expresión se tornó seria al notar la preocupación en el rostro de su amante.
—Nicolae, necesitamos hablar sobre Selene —dijo Lucius, su voz firme pero cargada de preocupación.
Nicolae asintió, dejando los documentos a un lado y enfocándose completamente en Lucius.
—Sé que Selene ha causado problemas antes. Ambos sabemos que mató a uno de su último clan y que no sigue las reglas. Aún mata a humanos —continuó Lucius, su voz llena de frustración—. No entiendo por qué se ha presentado en el clan Sangre Nocturna.
Nicolae, con una expresión pensativa, asintió lentamente.
—Es una mujer hermosa y sabe cómo utilizar eso a su favor. Pero su presencia aquí es peligrosa, especialmente ahora que está con Noah —dijo Nicolae, su voz llena de preocupación.
Lucius suspiró, sintiendo el peso de la situación.
—No quiero preocupar a Mihaela con esto. Ya es bastante complicado con que Selene esté con Noah. Pero debemos tomar una decisión —dijo Lucius, su voz firme—. Voy a llamar a los cuatro líderes de los clanes vampiros más importantes. Necesitamos discutir qué hacer con Selene.
Nicolae asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.
—Es lo mejor. No podemos permitir que alguien tan impredecible y peligrosa permanezca entre nosotros sin control —dijo Nicolae, su voz llena de determinación.
Lucius, sintiendo el apoyo de Nicolae, se sintió un poco más aliviado. Sabía que la reunión con los líderes de los clanes sería crucial para decidir el destino de Selene. Mientras tanto, debía asegurarse de que Mihaela no se enterara de estos problemas adicionales, al menos hasta que tuvieran una solución clara.
—Gracias, Nicolae. Tu apoyo significa mucho para mí —dijo Lucius, su voz suave pero llena de gratitud.
Nicolae sonrió y tomó la mano de Lucius, apretándola con fuerza.
—Siempre estaré a tu lado, Lucius. Juntos, enfrentaremos cualquier desafío —respondió Nicolae, su voz llena de amor y determinación.
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Editado: 06.09.2024