Ambrose bebía un té caliente junto a la chimenea, mientras sus pensamientos se perdían recordando el rostro dormido de la señorita Josephine en el carruaje. Su cabeza descansando en su hombro, el suave aroma de su perfume…
Se veía tan frágil, cualquiera que no la conociera pensaría que es una persona muy débil y no la heredera y líder de la más grande compañía de teatro de Europa. Y es que detrás de su rostro frío se esconde el mismo fuego, una pasión tan grande que a veces puede resultar abrumadora, pero de la cual te resulta imposible huir…
Es que su personalidad y forma de enfrentar la vida difieren totalmente a las de una dama normal, porque definitivamente es especial, quizá esa misma particularidad es la que la vuelve fascinante. Nadie podría quedar indiferente ante la seguridad y determinación de sus acciones, aunque comprendo que pudiese resultar amenazante para quien la enfrenta por primera vez. Pero cuando llegas realmente a conocerla, no puedes evitar quererla y sentirte atraído por su misterio. De alguna forma ella te envuelve en su mundo, uno lleno de oscuridad y fantasía; un mundo que te seduce, pero a la vez temes.
Una de las cosas que más me sorprenden e inquietan, es que pareciera saber los secretos del mismo cielo, siempre existe tanta profundidad en sus pensamientos que a menudo me parece inverosímil que puedan nacer de su juventud. Recuerdo que una vez me dijo «Lo más importante es pulir tu alma, incluso la música es sólo una excusa para depurar tu espíritu, porque sólo a través de ella podrás expiar tus faltas», aquellas palabras que para algunos sonarán vacías, para mí estaban llenas de significado, ya que no existe nada en el mundo que tenga la cualidad de transmitir mayor divinidad que la expresión artística. Fue entonces que comprendí el por qué actuaba de esa manera, así como su constante obsesión por la virtud, y no pude evitar sentir tristeza; mi corazón fue tocado por la nostalgia y anhelo que escondía aquella frase, al extremo de tener que contenerme para no abrazarla.
La vida de la señorita Josephine es una constante búsqueda, por eso hará cada cosa que se proponga y dará vida a cada proyecto que inquiete su espíritu, porque simplemente nunca dejará de crecer, nunca se permitirá estar satisfecha, ya que eso significaría abandonar su don. Ahí radica su extraordinaria fuerza y energía, por una férrea convicción, que es tan profunda, que estoy seguro no dudaría en entregar su propia existencia.
Pasión y emoción, fueron las palabras que pronunció cuando nos conocimos y que me han inspirado a mejorar, aquellas palabras que hasta hoy resuenan en mi cabeza cada vez que piso un escenario o interpreto una canción… Mientras más crezco como tenor más consciente soy de mis debilidades y de todo lo que me falta por aprender. No niego que a veces resulta frustrante, pero este tiempo con DIES IRAE me ha ayudado a descubrir al artista en el que deseo convertirme, porque antes sólo soñaba ser como aquellos a quienes admiraba, ahora entiendo que estaba profundamente equivocado, transitando perdido por un sendero que no tenía fin.
Han pasado nueve meses desde que nos conocemos y, sin embargo, siento que han transcurrido años, ¿o será que mi vida nunca fue tan intensa como en estos meses? he llegado a la conclusión de que a veces se aprenden más cosas en un día que en todos los años que puedas vivir. Formar parte de esta compañía ha significado replantearme no sólo mis habilidades como cantante, sino también mis creencias y la vida que algún día quiero alcanzar.
Hay ocasiones en que me siento abrumado pensando en el futuro, y sólo deseo que alguien sostenga mi mano y me acompañe sin juzgar, poder abrirme y compartir los miedos que me aquejan sabiendo que encontraré la comprensión y consuelo que necesito. Creo que la señorita Josephine también se siente así, aunque jamás lo reconocería. Ella es muy introvertida, no le gusta que otros sepan lo que hay en su mente, pero, aunque no quiera, he llegado a conocer parte de ella, una parte que me atrae, y que inevitablemente hizo que me enamorara, aunque tal vez es momento de que ella también lo sepa...
***
Era una noche cálida, y la señorita Josephine descansaba plácidamente en uno de aquellos sillones de estilo barroco que tanto le gustaban. Iluminada tan sólo por las velas que se alzaban con elegancia sobre un soporte de plata, leía una de las novelas que más amaba y que constantemente la inspiraba en su propio arte, Frankenstein. A pesar de conocerla y haberla estudiado en profundidad, siempre encontraba algo nuevo y estimulante cada vez que se enfrentaba a este clásico.
Le gustaba la noche, la seducía, por eso las cosas más importantes las realizaba cuando el sol ya se hubiese ocultado. La noche la inspiraba y le permitía crear, era su momento de intimidad; sólo para ella y sus más grandes placeres, entre ellos, la lectura.
Se sentía con derecho a descansar, las últimas semanas habían sido bastante agotadoras, no sólo por las funciones programadas, sino por la composición de nuevas piezas musicales, que darían vida a la próxima temporada. Su vida había sido consumida por completo por el trabajo, teniendo que sacrificar aquellos momentos de ocio en beneficio de la reputación y continuidad del teatro oscuro. Pero a pesar de todo, se sentía de buen ánimo, veía al grupo más unido y Ambrose poco a poco ya era parte de DIES IRAE, no sólo en los afiches, sino también en el sentir de sus miembros.
Sabía que su idea de que el tenor escribiera algunos temas, lo ayudaría a integrarse y sentirse parte de su familia. Y efectivamente era así, Ambrose cada vez se mostraba más seguro y no tenía miedo de expresar su opinión cuando algo lo ameritaba. El compartir más tiempo, hizo que la relación entre los integrantes se volviese más cercana y el recuerdo de la muerte de William, así como la sombra de Frederick, cada vez se diluían más en este nuevo DIES IRAE, ahora más oscuro y gótico.
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Editado: 04.10.2021