Capítulo 0

Ha pasado una semana desde que dimos el último concierto de la gira OT y nuestros caminos comienzan andar por separado. Tengo que volver a mi nueva realidad; reorganizar mi antigua vida; ordenar mis ideas, mis sentimientos. 

Tengo que asimilar todo lo que se me viene encima y aunque toda esa adrenalina me gusta, siento que cada vez queda menos para que todo lo que ha pasado y todas las tonterías que he hecho me exploten en la cara. 

Entro en la habitación del hotel encontrándome con ella de frente. No reacciona, pero se que nota mi presencia, así que observo desde la entrada como da sus últimas caladas, mirando a la nada. 

La conozco lo suficiente para saber qué está pensando todo lo que me quiere decir y para qué mentir, debería de estar igual, pero al verla me he quedado en blanco, como siempre que estoy con ella, pero… ¿por qué arriesgar algo con alguien que acaba de llegar a mi vida, cuando tengo a alguien que siempre ha estado y se que siempre estará?

—No piensas decir nada—Suspiro bajando la mirada. Tenía todo en mi cabeza, iba a ser sencillo y...—. ¡Miriam joder!

—Lo sabías Mimi—Dije casi en un susurro. Intento mirarla, hablarlo con valentía y sin miedo a equivocarme—. No puedo arriesgar…

—¿No puedes o no quieres?

Levanto la cabeza, encontrándome con esos ojos que me engancharon en el momento que vi sus casting y es lo que no necesitaba en este momento.

—Tienes pensado decir algo. 

—No puedo dejarlo cuando ha sido mi apoyo incondicional y son muchos años…

—Ya está… no nece...—Da la última calada y la apaga—, no quiero saber nada Miriam.

Sin dejarme decir nada más, intenta salir de la habitación, pero lo impido -o eso intento-, porque no soy capaz de dejarla ir de esa manera. 

—Mimi quiero hablar las cosas—La sujeto con el brazo—. Tenemos que hablar las cosas.

—Poco tengo que escuchar y todo lo que tenía que escuchar lo he hecho. 

—Pero no quiero que acabe así…

—Solo quiero que sepas una cosa: sabes como soy, sabes que poco soy de arriesgarme en el tema de los sentimientos… pero iba arriesgarme si tu lo hacías. 

—No es tan fácil…

—Se que no es fácil, pero gallega, eres increible… ¿Piensas de verdad que toda tu vida será igual? ¿Con qué cara mirarás a Pablo después de follar cada noche conmigo? ¿Y esos te quieros jadeando? Miriam… tú sabrás. 

La solté y ahí me quedé quieta… sin saber qué hacer.

—Adiós Miriam, suerte en tu carrera y sobretodo en tu vida—Siento como me da el último beso en mi sien—Te querré eternamente...