Capítulo 6

Mimi

¿Por qué le he puesto una excusa tan barata? Podría haberle dicho que si de vernos, de intentar arreglarlo, pero algo en mi hace que al final no lo haga. ¿Sigo teniendo rencor hacía Miriam? Obvio. Estuve meses en la mierda por su culpa, porque la quería... porque la quiero. 

No tardo mucho en llegar a casa, cuando al abrir me encuentro a Ricky -como no-, sentado, mirando fijamente la puerta. 

—Ricardo, te he dicho mil veces que avises antes de entrar—Digo medio en broma, medio en serio. 

—¿Ha pasado la noche con ella?—Ignora lo que digo y se levanta viniendo directo hacia mi—Perra, tú has follado con Miriam.

Le pongo la mano en la boca cuando comienza a gritar—No quiero que se entere el barrio entero cielo—Cuando veo que se relaja, le quito la mano despacio—. Y bueno...—Me quito los zapatos, tirándome en el sofá.

—Sabía que lo vuestro...

—No hay vuestro. Un polvo y adiós...—Ruedo los ojos. ¿Realmente es así?—Me ha dicho de quedar luego y le he puesto excusas...

—Porque no estás preparada...—Tiene un don este hombre de acabar las frases—. Y pienso que la has cagado Mimi. 

—No me hables de cagada, cuando fue ella la primera que me dejó en la puta mierda. 

—Enserio hace falta hablar de esto otra vez...—Se sienta a mi lado y Ricky deja su lado party, para ponerse serio -cosa que me da pánico- —¿Te acuerdas como te pusiste cuando te enteraste de la verdad?

—¿Es una pregunta trampa?—Suspiro y cierro los ojos para evitar que esto me afecte más de lo que lo hace. 

—Estuvo en el hospital, porque casi la mata...

—Pudo quedarse conmigo...

—Sabes cómo son las cosas y conoces demasiado bien a Miriam, ella se quería aferrar a su pasado porque su experiencia en la academía no fue nada bueno y vivía con los ojos tapados a lo que es ahora su futuro—Suspiro tapándome la cara—. Es cabezota pero ha sido su pareja durante toda su adolescencia, no ha conocido más de él…

—Ya pero... ¿Por qué no me busco? 

—La gallega tiene una coraza dura que no deja que piense con el corazón, sino con la razón... 

—Pero ese no es mi problema—Toda esta situación hace que me enfade más de la cuenta—. Tuvo la oportunidad de ser feliz y decidió irse a la mierda, por estar ciega. 

—Pero no tiene ella toda la culpa—No, por ahí no paso Ricardo—. Estuviste ahí con ella y cuando fue a despertar, huiste como ella hizo. No quisiste darte una hostia con la realidad...

Ya me da igual todo. Comienzo a llorar cuando me recuerda lo cobarde que fui ese día, el día que pude haberme quedado. Pero hui por no ser capaz de hablar con ella, por tener miedo de no saber como controlar la situación. Porque realmente, la Miriam Doblas, quiere tener un mínimo de control en su vida y en las situaciones que está implicada. Lola Índigo solo se sube a un escenario, canta y baila.

—Estás a tiempo de arreglar las cosas.

—No soy capaz. 

—Lo eres, pero tienes miedo a como reaccione Miriam y como lo hagas tú. 

Y aunque me joda, tengo que reconocer que Ricky tiene razón una vez más. 

Miriam

Volvemos a casa y comienzo a preparar todo lo que necesitaré para volver a casa. Por el camino, estuve avisando a mi manager y a la productora, por lo cual todo está en orden para poder irme. Una parte de mi quiere avisar a Mimi por si dijera de volver, pero otra grita que solo fue una noche... que no volverá. 

 —¿Estás bien?—Vuelvo en mí al sentir a Efren a mi espalda.

—Siento que no tuve que volver a ver a Mimi y mucho menos haber permitido que ocurriera nada entre nosotras. 

—Mimi ha sido lo mejor que te ha pasado en la academia y sabes…

—Efren... mejor no. 

Sin hacer caso a mi alrededor acabo todas las cosas que necesito para ir a casa y lo dejo en la entrada. Aviso a mi hermano para coger y partir a Pontedeume, mi casa.