Ava
—¿Eres mi protector?
—¿Tu qué crees?
—Creo que eso de contratar un protector es una estupidez. Tengo casi diecinueve, ¿creen que soy una niña aún?
El chico llamado Jaku se encontraba preparando una ensalada. Era inevitable no fijarme en sus brazos, o en su pecho. ¿Quien demonios cocina sin camisa?
—Para mi todavía eres una niña.
—¿En serio?— ruedo los ojos y me dirigo al refrigerador para tomar un refresco —. Podrías ponerte una camisa. Me irrita verte sin ella.
Jaku soltó una sonrisa lobuna y se limpio las manos con la manta. Tomo el cuchillo y comenzó a picar cebolla.
—Estoy haciendo una ensalada para que puedas comer. Ese es mi trabajo, y me gusta hacer mi trabajo sin estorbos.
—¿Me estás llamando estorbo?— cuestiono sorprendida.
—Me refería a la camisa— sigue cortando la cebolla y se detiene un momento para observarme—. Pero tú te estas convirtiendo en uno.
Decido ignorarlo y observo como le agrega salsa a la ensalada. Algo que me pareció, muy extraño suponiendo que se tratara de mi protector.
—¿Por qué le colocas salsa?
—Una ensalada sin salsa, no es ensalada—. Responde.
—Soy alérgica a la salsa. ¿No te dejaron la lista mis padres?
Jaku me miró con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Qué lista?
Desde ese momento tuve que comenzar a hacer mis sospechas. Pero sus encantos me nublaron.
—Papá siempre deja una lista de las cosas que debes hacer y las que no. Entre ellas esta la de no agregarle salsa a las comidas.
—No me dio nada. Pero no te preocupes, ya arreglo eso.
Limpio sus manos en su pantalón y camino hacia el patio. ¿Adonde carajos iba? No preste atención a eso y tome mi celular para llamarle a Mamá y preguntarle como iba el viaje. Sin embargo, cuando comencé a marcarle escuché algo que me dejó anonadada.
Creep—Radiohead
Era el tono de llamada de mi madre. Su celular seguía en casa. Y miles de preguntas comenzaron a pasar por mi cabeza.