- ¡Mami, no te vayas! -los gritos de una pequeña niña se dan a relucir en la entrada de la escuela atrapando la mirada de algunos niños y madres- ¡Prometo portarme bien, pero no quiero entrar!
-Cariño, tienes que ir a la escuela-dice una la madre de la niña algo cansada con su hija- además Nick estará contigo, ¿verdad que si Anna?
-Claro que sí, hermosa-dice una mujer de cabello castaño claro con una sonrisa tierna en su rostro- él te cuidara, es como tu hermano mayor... espera, ¿dónde está Nick?
La mujer fue a buscar a su hijo un poco desesperada dentro del majestuoso edificio que era la escuela primaria a la cual la niña de cabello rojo no quería entrar. La pequeña aun no convencida de entra siguió pataleando y rogándole a su madre que no se fuera.
-Julieta-su madre se agacha hasta estar a la altura de la pequeña-Sé que te asusta el estar lejos de papá y de mí pero tienes que ir a la escuela, conocer a otros niños.
-Tengo a Nick-dice la pequeña pelirroja
-Pero Nick también tiene sus amigos, cariño ya es hora de que hagas los tuyos-la mujer toma su rostro con ternura- Además pensé que mi hija era valiente, ¿0 no lo eres?
- ¡Si soy valiente! -dice la niña con un tono más animado
-Entonces ve y demuéstrame que tan valiente es mi hija-la mujer toma su cara con ternura-hazlo por mi ¿sí?
-Lo hare mami-la pequeña abraza con fuerza a su madre.
Después de un rato la madre de la pequeña pelirroja se fue acompañada de la mujer de cabello castaño, claro después de haber encontrado a su hijo. Los dos niños estaban acompañados por una maestra de quizás pasando por los 30 con un rostro amable, pues eran los nuevos de la escuela. Los dos niños estaban tomados de las manos caminando juntos hasta llegar a una puerta blanca con dibujos de animales pegados en la misma, pero algo asusto un poco a la pequeña.
La maestra abrió aquella puerta, dejo al pequeño Nick en ese salón separándolo de la pequeña Julieta. A diferencia de la niña el pequeño no estaba tan asustado, pero si algo perdido, despidiéndose con la mano cierran la puerta de aquella habitación en la cara de la niña. La maestra la toma de la mano y se la lleva de manera amable a pesar del pataleo y pucheros provenientes de la pequeña pelirroja.
Después de un gran esfuerzo por parte de la maestra al fin logra meter a la criatura al salón de clases lleno de niños, algunos corriendo, otros sentados dibujando o simplemente tomando una siesta. La maestra dulcemente le pide a la pequeña que se siente en algunos de las sillas que están esparcidas por el salón de clases. Ella asustada y algo enojada se va a sentar en una de las sillas del fondo que esta completamente sola.
Algo cabizbaja la niña saca de su mochila unos lápices de colores y un cuaderno en donde dibuja cualquier cosa que le guste sin fijarse quien pasa o no, pues los demás niños no se dan cuenta de su presencia excepto uno que dejo de jugar con un grupo grande de niños y fue a sentarse al lado de la pequeña Julieta.
-Hola-dice el pequeño niño con rasgos delicados, cabello castaño con reflejos dorados, pequeñas pecas rodeando su nariz y ojos que por la luz se ven un café no tan claro-Me gusta lo que dibujas
-No es cierto-dice la pequeña- Nadie sabe, solo yo lo veo
-Y yo también-dice el niño de manera simpática- Es tu casa
La niña después de tanto levanta la cabeza y mira al niño que la ve con una sonrisa de boca cerrada
-Si eso es-dice la pelirroja un poco más animada-mi mama dice que no es una casa pero si lo es, es muy obvio
-Claro que lo es-dice al niño seriamente- ¿Cómo te llamas?
-Julieta, me llamo Julieta-dice más alegre la niña- ¿y tú?
-Romeo, me llamo Romeo
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Editado: 01.08.2020