Euphoria -- Amor sobre el escenario, el amor de un idol.

#24

Volvimos en mi auto dado que Jungkook había llegado en la ambulancia no hubo discusión de como volvería él al hotel y ya que ellos se hospedaban en el mismo que mi equipo y yo, el trayecto de vuelta fue silencioso. 

-Aún te debo la cena - le dije mientras veía como se recostaba en el asiento del copiloto. 

-Lo dejaremos para otro día - respondió sin abrir los ojos. 

-Tienes que comer algo, Jeon -

 No hubo respuesta, - Entonces yo necesito comer -, insisto pensando que Jungkook cedería si no tenia que pensar solo en él, - Pero, a estas horas se me antoja más un desayuno, ¿Me acompañas? - y al ver que no se negaba, me detuve en la primera cafetería que encontré abierta. 

Y si, tuve razón, Jungkook si comió algo, no mucho pero si lo suficiente para quedarme tranquila. 

 

 

JK

Me sentía realmente frustrado y enojado conmigo mismo, porque no pude hacer nada, cuando vi a Tae desaparecer bajo ese templete la sangre se me congeló y estuve a punto de colapsar cuando lo vi inmóvil ahí tirado. El reporte médico no fue alentador pero tampoco drástico, no supe en que momento llegó TN, pero es algo que realmente agradezco pues su compañía me ayudo a mantener la compostura. Cuando salimos del hospital ella me condujo directamente a su coche, y yo no tenía ganas de discutir el como regresaría así que solo me deje llevar. En el transcurso me dijo que me debía la cena aún, pero yo me negué insistió para que la acompañará y así lo hice ya que al parecer ella si quería comer algo y se lo debía por el tiempo que estuvo conmigo. 

Llegamos al estacionamiento del hotel a las cuatro treinta de la madrugada, cuando TN apago el motor un silencio cargado de fatiga y preocupación cayó entre nosotros. Ninguno decía nada y de pronto me encontré mirandola a los ojos, me sentía cansado y de pronto ella alargó su mano y la posó sobre la mía. 

-Es fuerte - me dijo de repente y yo cubrí su mano con la mía, - Se recuperará y ya veras que podrá seguir haciendo lo que tanto le gusta - 

-Si, es fuerte - dije, y sin embargo yo no me sentía fuerte, al menos no en estos momentos. 

Ella entrelazo sus dedos con los míos y me dio un apretón, para inmediatamente comenzar a retirarla, yo la sujete con un poco de fuerza y levantó la mirada. 

-Gracias - le dije con mi voz entronquecida, creo que por la emoción, trague saliva, - Muchas... gracias - 

Cuando sus ojos se encontraron con los míos, estos brillaban de una manera realmente diferente, y entonces empecé a comprender el porqué. Y la respuesta me asombro. 

TN no estaba a mi lado simplemente porque supiera que yo la necesitaba, estaba a mi lado porque era donde quería estar. La revelación me resultó tan paralizante que apenas oí que ella me apremiaba a salir del auto para ir a descansar un poco. 

Mire fijamente a los ojos a esta mujer que hsbia sido para mi un refugio en una tormenta de incertidumbre, vi mucho más que la belleza de su superficie. Vi compasión, seguridad, tenacidad y bondad. Y eclipsando todas esas cualidades, vi la única cosa de la que debia huir, más por el bien de ella que por el mío. La verdad me golpeó tan fuerte que por primera vez, sentí desvanecer. TN habia decidido brindarme su amor. 

Un dolor que apenas podía definir me inundó y tuve que soltar su mano para que no notara que estaba temblando. 

Por Dios, ¿Qué le pasaba a esta mujer?, yo no era el hombre que ella necesitaba, jamás había pretendido que se enamorara de mí. Reconozco que sólo habia deseado disfrutar un poco de ella. 

Pero eso fue antes de conocer la existencia de su hijo, antes de decidir qué por una vez en la vida tenía que hacer lo correcto y dejarla en paz. Y eso pensaba hacer hasta la caída de Tae, que fue cuando necesite a alguien y TN había estado ahí a mi lado, ofreciendome un consuelo que necesitaba más que nada en el mundo. 

TN se había enamorado de mi, era la broma más cruel que jamás hubiera imaginado. De repente sentí enojo, enojo y frustración, no era justo maldita sea, ni para ella ni para mi, no podía lanzarme a sus brazos, ahora que sabía que estaba enamorada, porque tal vez podría pensar que podía corresponderle. Sentí ganas de gritarle, pero también me sentía hundido y al mismo tiempo orgulloso, que una mujer como ella se hubiera enamorado de un desgraciado como yo. 




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