Me encontraba en el estudio que era de mi padre, tomando una botella de vodka, pensando en todo lo que he vivido siendo el imbécil que soy, pensando en ¿cómo llegue a esto?, ¿cómo me convertí en esto? En un maniático que lo único que hace es enojarse, frustrarse hasta consigo mismo. Estoy mal. Tome la botella que se encontraba en el escritorio y la aviento contra la pared, estoy harto, cansado.
_ ¡aaaah! - Grito de frustración, por no poder hacer nada conmigo mismo, por no poder controlarme, grito, por estar completamente solo… – ¡Benjamín!... ¡benjamín!- llamo a mi mayordomo, el cual es la única persona en este mundo que ha permanecido a mi lado, y aun no sé por qué…
_ ¿si, señor? - se acerca con paso decidido hacia mí, pero levanto la mano dándole una seña para que no se acerque más- ¿qué sucede?
_ ¡otra de esas estúpidas sirvientas!...- miro hacia la puesta por donde la chica salió corriendo y con la mano que tengo levantada apunto hacia ella - ¡huyo!... con tan solo gritarle huyo…- mi cabeza decae con solo recordar lo sucedido, y mi cuerpo cae junto con ella quedando de rodillas en el suelo, llorando como un imbécil- no quise hacerlo…- decía entre sollozos- ¡pero ella!... ¡entro al estudio aun sabiendo que estoy borracho!.. ¡Me levanto la voz diciendo que era una escoria y que no merecía estar en el mismo mundo que ustedes!... no lo soporte, y… ¡la abofetee! ¡Toque su rostro con mis manos, dándole una fuerte bofetada!...- por una milésima de segundos, volteo mi rostro mirando a benjamín, quien me veía con lastima.. Odio eso- ¡no te atrevas a mirarme así! ¡Te lo prohíbo!
_ Lo siento, señor. No era mi intención el mirarle de esa manera…- hace una leve inclinación como disculpa- pero… señor, ¿se da cuenta de lo que hizo? Esa chica puede demandarlo por agresión- suelta y noto preocupación en su voz- tenemos que hacer algo, antes de que llegue a las autoridades- tenía razón, las últimas cuatro chicas anteriores iban a hacer lo mismo, pero conseguí detenerlas dándoles dinero para que guardaran silencio, algunas no quisieron aceptar el dinero, pero benjamín se encargó de hablar con ellas y las convenció de quedarse calladas…- hablare con ella y hare lo de siempre para que guarde silencio- habla con tranquilidad, asiéndome ver que esto ya es normal para él.
_ si, dale dinero, ofrécele cuanto sea, solo evita que llegue a la fiscalía- benjamín me mira un poco más antes de retirarse, dejándome solo, ahogándome más y más en alcohol.
Ella tiene razón, soy una escoria, ¿porque Dios me puso en este mundo si no encajo? No pertenezco aquí. Salgo del estudio encaminándome hacia la parte trasera de mi mansión… si, mi mansión, la mansión Romans, mi nombre es Herick Romans, hijo de Josef Romans y Cáterin New, los empresarios más famosos de toda la ciudad de Nueva York. Cualquiera cree que por ser famosos y extremadamente millonarios tenemos la vida resuelta, pues no, nuestra vida es un completo asco. Mi padre es un empresario que frente a los medios es profesional, muestra siempre una sonrisa, y esta hay para todos sus empleados, pero frente a mi madre y a mí, es una persona depresiva, un borracho que piensa que con el alcohol se resolverán todos sus problemas.
Mi madre por otro lado, antes de casarse con mi padre era una mujer que se ganaba la vida trabajando como ama de llaves, un día fue contratada por mi padre, y fue cuando el romance comenzó entre ellos, o eso le hizo creer a mi padre, él se casó con ella por amor, ella se casó con él por ambición, mi madre solo quería salir de su vida de mierda y se casó con mi padre para obtener dinero de él. Ella era una mujer muy ambiciosa, si, “era”, mi madre ya no se encuentra en este mundo, y esa es una de las cruces con las que cargo... desde la muerte de mi madre, mi padre empeoro en su estado depresivo, me culpa por la muerte de mi madre, y tenía razón, soy el culpable de su muerte, papá se fue de la mansión dejándome solo con un mayordomo que se convirtió en mi amigo, y un par de sirvientas que cada vez van disminuyendo en cantidad… y todo por mi culpa.
Iba caminando hacia el único lugar en donde puedo encontrar eso a lo que llaman paz, el lugar en donde puedo estar tranquilo y relajado, mi campo de flores… paso por un arco hecho por un arbusto con flores moradas y violetas, y entro por el pasillo en donde se encuentran las Orquídeas, tomo una bocanada de aire olfateando un poco el aroma de las orquídeas, sigo caminado hasta llegar al área en donde están los Girasoles, junto a estas están las Calas y a estas le sigue un lago en donde se encuentran flotando en el agua muchas flores de Loto. Pero no me detengo a verlas, solo continuo pasando todas las demás flores, quiero llegar a mi campo preferido… las Rosas.
Al pasar el lago, cruzo por una curva que me lleva al campo de rosas. Cuando por fin me encuentro en este, y observo todas esas hermosas flores rosadas, siendo iluminadas por la luz del sol. Me acerco a una de ella tomándola desde el tallo, un pequeño quejido sale de mis labios al sentir como una pequeña astilla es clavada en mi dedo pulgar.
Saco la astilla con mi boca, y miro la rosa con suma atención.
_ tu y yo, somos casi idénticos…- suelto un largo suspiro- tu eres hermosa, pero al mismo tiempo peligrosa, mientras yo.- siento como mis ojos se llenan nuevamente de lágrimas-… yo solo soy peligroso- una lagrima se resbala por mi mejilla, siendo el principio de un llanto incesante.
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Editado: 30.07.2021